Etiopía da comienzo a una nueva fase de la Gran Presa del Renacimiento
La Gran Presa del Renacimiento de Etiopía (GERD, por sus siglas en inglés), una de las iniciativas más costosas de la historia reciente de todo el continente africano, ha inaugurado este jueves la segunda turbina funcional de sus instalaciones. “Estamos orgullosos de poder hacer la historia que se decía que era imposible”, dijo Abiy Ahmed, primer ministro del país, durante una ceremonia en la que también estuvieron presentes la presidenta de la República Democrática Federal de Etiopía, Sahle-Work Zewde, así como varios otros altos cargos.
Ahora, con dos turbinas operativas –de las 13 que tendrá en total– la presa se ha convertido en la segunda mayor planta de producción eléctrica de todo el país, según ha informado la Corporación de Radiodifusión de Etiopía (EBC, por sus siglas en inglés), aunque, por el momento, las informaciones acerca de su capacidad productora son todavía contradictorias. Mientras que, por un lado, la EBC afirma que la puesta en marcha de esta segunda turbina, denominada Unidad 9, doblará la producción eléctrica, de los 375 megavatios (MW) generados hasta ahora por la Unidad 10, a los 750 MW; la Agencia de Noticias de Etiopía (ENA) sostiene que la Unidad 9 solo aumentará la producción en 270 MW. Hasta los 540 MW.
En total, se calcula que la capacidad energética total de la presa rondará los 5.000 o 6.000 MW una vez las obras –que actualmente se encuentran al 84% en el caso de las instalaciones de transmisión de agua, al 95% de las instalaciones civiles, y al 61% del desarrollo electromecánico– se den por concluidas, y las 13 turbinas estén operativas.
Durante su discurso de inauguración, Abiy Ahmed se dirigió también a los países río abajo, Egipto y Sudán. También atravesados por el Nilo, y con quienes las negociaciones sobre la gestión de la Gran Presa del Renacimiento continúan congeladas desde hace ya más de un año. “Nuestro objetivo es producir energía para el desarrollo, pero sin dañar a los países río abajo”, afirmó el primer ministro.
Y es que desde que el proyecto multimillonario comenzase a construirse, en el año 2010, la Gran Presa se ha convertido en el epicentro de las tensiones diplomáticas entre Etiopía, Egipto y Sudán. Especialmente a partir de los últimos años. Es por ello que el primer ministro de Adís Abeba ha dirigido parte de sus palabras a sus vecinos del norte. “Aunque el tercer proceso de llenado [del embalse] ha confirmado la incautación de cerca de 22.000 millones de metros cúbicos de agua, y ha permitido generar energía por segunda vez, el proceso se ha llevado a cabo sin causar ningún daño a los países río abajo, pues el proceso de liberación de agua procede naturalmente del curso del río”.
El llenado al que Ahmed hace referencia sería el tercer llenado de la presa (que tiene una capacidad total de unos 74.000 millones de metros cúbicos) desde el verano de 2020, que, según las autoridades etíopes, se llevará a cabo durante la actual temporada de lluvias, entre los meses de agosto y septiembre. Algo que Egipto y Sudán denuncian se está haciendo “de manera unilateral”, al margen de unas negociaciones a tres que establezcan las normas de funcionamiento y llenado de la presa del Renacimiento. Violando así la declaración de principios firmada en el año 2015 por los tres países, donde se establecía la determinación de un marco para el uso del agua, el funcionamiento y las fórmulas para conservar las cuotas de agua asignadas.
Así, mientras Etiopía mantiene que “al generar energía estamos desarrollando nuestra economía” y la de sus vecinos, El Cairo afirma que estos llenados terminarán por reducir el flujo del Nilo río abajo. Paralelamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Jartum dice “seguir con preocupación las declaraciones del director de la presa del Renacimiento, ignorando la posición de Sudán” sobre el embalse que se extiende a ambas orillas del Nilo en la región de Benishangul-Gumuz, cerca de la frontera con Sudán y de los territorios de Al-Fashaga, disputados por Jartum y Adís Abeba.
De hecho, Egipto ha advertido recientemente sobre las grietas en la fachada de hormigón de una "subpresa", vinculada a la Gran Presa del Renacimiento, en una carta dirigida al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La misiva incluía también las declaraciones del ministro de Riego y Recursos Hídricos egipcio, Mohamed Abdel-Aty, quien subrayó que El Cairo responsabilizará a Etiopía plenamente de cualquier daño significativo en Egipto, y tomará las medidas necesarias para garantizar y proteger su seguridad nacional.
Adís Abeba, por su parte, confirmó a principios del mes de junio su intención de reanudar las negociaciones con Jatum y El Cairo bajo los auspicios de la Unión Africana (UA).