El Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en Trípoli, no apoyará el acuerdo con su principal rival en la guerra civil

Fayez Sarraj rechaza el acuerdo de Haftar para levantar el bloqueo sobre la industria petrolera libia

photo_camera PHOTO/AP - Fayez Sarraj, presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia

Fayez Sarraj, presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional con sede en Trípoli, ha rechazado este sábado el acuerdo ofrecido por parte del mariscal Jalifa Haftar, líder del Ejército Nacional Libio y hombre fuerte en el este del país, para levantar el bloqueo sobre la industria petrolera, vital para los ingresos de la nación norteafricana, según informa la agencia Associated Press (AP).  “El primer ministro no ha dado el visto bueno a la versión final del acuerdo”, ha asegurado un funcionario del GNA, que ha solicitado el anonimato, en declaraciones a la AP. Haftar anunció en un discurso televisado este viernes que sus fuerzas permitirían que las instalaciones petroleras libias vuelvan a funcionar por primera vez desde enero con “condiciones que aseguren una distribución justa de los ingresos”. 

El acuerdo para empezar a bombear petróleo libio de nuevo ha estado encabezado por el viceprimer ministro del GNA, Ahmed Matiq, después de que Sarraj dijera que planeaba entregar el poder a finales de octubre a una nueva administración en Trípoli. Matiq consiguió llegar a un acuerdo para distribuir los petrodólares del país de forma más equitativa entre las partes en conflicto, según Ahmed al-Mosmari, el portavoz del Ejército Nacional Libio (LNA, por sus siglas en inglés) de Haftar.

Mosmari aseguró el sábado en comentarios televisados que el ejército de Haftar "abrió vías de comunicación" con el GNA Trípoli, acusando a Sarraj y a las milicias que lo respaldan de oponerse a la reanudación de la producción de petróleo. El acuerdo entre Matiq y los representantes de Haftar no abordó la veintena de mercenarios rusos de Wagner, una empresa de seguridad privada vinculada al Kremlin, estacionados en los campos petrolíferos que, según la Corporación Nacional de Petróleo de Libia (NOC), siguen siendo un obstáculo para la reanudación de las exportaciones.

Matiq ha negociado en gran medida el acuerdo a puerta cerrada con el hijo de Haftar, Khalid, y su forma final tomó a muchos líderes libios por sorpresa. Matiq y el hijo de Haftar se reunieron a principios de este mes en Rusia, un partidario clave de Haftar. Osama al-Juwaili, un líder militar de las fuerzas del GNA en Trípoli, ha calificado el acuerdo de "farsa" en comentarios televisados. Instó a Sarraj a que anunciara su posición total respecto al acuerdo.

Gomaa al-Gamaty, enviado de Sarraj a los países del Magreb, ha señalado que es probable que el acuerdo fracase ya que el primer ministro, la compañía petrolera nacional y el Banco Central de Trípoli no formaban parte del pacto. Mustafa Sanallah, el presidente del NOC, rechazó el viernes lo que llamó "negociaciones secretas" y "desorganizadas" con el objetivo de socavar un proceso político internacionalmente negociado para reabrir los campos petroleros.

El petróleo, crucial en las negociaciones del conflicto libio

El preciado crudo ligero de Libia ha sido durante mucho tiempo uno de los factores centrales en la guerra civil, ya que las milicias rivales y las potencias extranjeras se disputan el control de las mayores reservas de petróleo de África. Las tropas de Haftar tomaron el control de los campos petroleros por primera vez en enero, reduciendo los 1,2 millones de barriles diarios de Libia a un goteo y privando al país de un efectivo muy necesario, para señalar la desigual distribución de los ingresos petroleros entre las diferentes partes del conflicto. 

El bloqueo ha privado a la NOC, con sede en Trípoli, de casi 10.000 millones de dólares de los Estados Unidos en ingresos y ha provocado una escasez de combustible en todo el país. Libia es un país fragmentado en varias legitimidades políticas tras la caída de Muammar Gadafi en 2011. El país está dividido entre dos administraciones rivales, el este y el oeste, que están respaldadas por diversos gobiernos extranjeros, lo que ha llevado a una internacionalización el conflicto en los últimos años

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