Félix Sanz Roldán, exdirector del CNI: “En algún momento tendremos que hablar con Rusia, por eso debemos administrar bien las victorias”
El exJEMAD y exdirector del CNI Félix Sanz Roldán ha participado este jueves en la octava y antepenúltima sesión del seminario anual de seguridad y defensa, ‘Los americanos está de vuelta’, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos (APE) en Toledo, en el marco de la próxima cumbre anual de la OTAN en Madrid, para tratar algunas de las claves de la Alianza Atlántica en el orden internacional emergente surgido tras la invasión rusa de Ucrania y el regreso de Washington al continente europeo.
El director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de Francia (IRIS, por sus siglas en francés), Pascal Boniface, estrenó el panel con una declaración contundente: “La OTAN ha vuelto a nacer”. El analista sostiene que Putin ha hecho mejor el trabajo que cualquier otro secretario general de la organización con su agresión sobre Ucrania. Hoy, la alianza es más fuerte que nunca y su existencia ha vuelto a cobrar sentido meses después de que el mítico exsecretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, hablara del “desentendimiento transatlántico”.
Pero Boniface advirtió de que, con la guerra en Ucrania, hemos olvidado otros problemas: “Han pasado a un segundo plano cuestiones como el AUKUS –el ambicioso acuerdo militar de la anglosfera en el Indo-Pacífico firmado en septiembre de 2021 que desplazó a Francia– o, incluso, la retirada de Afganistán de EE. UU.”. La caída de Kabul fue un ‘shock’ para los aliados europeos y asiáticos, pocos confiaron entonces en la estrategia estadounidense y se preguntaron entonces si eso mismo podría pasar en sus regiones.
El exjefe de los servicios secretos españoles subrayó a colación del título de la sesión que, para que vuelvan los americanos, antes tendrían que haberse ido. “Esta condición se ha dado, y se notó especialmente durante la Administración Trump”, subrayó Sanz Roldán. El expresidente de Estados Unidos, recientemente señalado como el precursor de un intento de golpe de Estado por un comité investigador del asalto mortal al Capitolio, despreció el “nexo principal entre EE. UU. y Europa”, como lo definió el exJEMAD.
“Trump llegó a decir que la alianza estaba obsoleta –recordó–, e incluso cuando vio el nuevo cuartel general dijo: ‘¿Y para esto pago yo?’”. “Hemos vivido momentos críticos, pero la OTAN ya venía teniendo dudas desde la Administración Obama”. En este sentido, el exdirector del CNI reconoció que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca nos genera cierto confort, porque “ha ido tomando decisiones prudentes, pero siempre bajo la consideración que se plantea en casa, a nivel de política interna. Y desde una reputación mermada como socio fiable por lo ocurrido en Kabul”. “Aquello fue un golpe para la Alianza”, trasladó en referencia a las palabras de Boniface.
“A partir de agosto habrá menos Europa y más Asia Pacífico; habrá menos OTAN y más AUKUS o QUAD. Y se prestará más atención a los conflictos locales que a los problemas regionales”, anticipó el general Sanz Roldán, que puso el foco en el repliegue de Washington en espacios donde tradicionalmente ha tenido peso: “El Golfo Pérsico es el ejemplo”.
La Alianza Atlántica mantiene a Rusia bajo el radar, pero ahora “[las autoridades norteamericanas] declaran a China como la principal fuente de su inquietud. No habrá Guerra Fría, porque las relaciones bilaterales se están dando”, avanzó. En cuanto a Rusia, el general sostuvo que Occidente había establecido hasta la fecha una relación basada en la condescendencia: “Usted diga que es grande y yo hago como que me lo creo”, y narró una anécdota con el exJEMAD ruso, a quien desafió un miembro de la OTAN durante las negociaciones para la ampliación de la Alianza en el marco del Consejo OTAN-Rusia: “Si para usted es ‘casus belli’… súbase al tanque mañana”.
“El penúltimo orden mundial duró cuatro meses, desde que Estados Unidos abandona Afganistán –señaló Sanz Roldán–, y el nuevo orden mundial emergerá al final de la guerra [en Ucrania]”. El antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa aventura para entonces un refuerzo de los vínculos transatlánticos y una Europa geopolítica “más fuerte”. Este nuevo esquema geopolítico estará basado en una triangulación entre Occidente, el resto y los nuevos no alineados: “Es el fin además de la ostpolitik”.
El que dirigiera el servicio secreto español hasta 2019 puso de relieve la mala gestión de la crisis cuando el Kremlin concentró 140.000 soldados en la frontera con Ucrania: “Se produjo una escalada retórica negativa, los que gestionaron aquello no fueron a clase ese día”. Preguntado sobre las diferencias entre las alertas de inteligencia estadounidenses y británicas y la contención europea, Sanz Roldán precisó que “nadie nos puede asegurar que la información de inteligencia fuera similar, el caso depende de la credibilidad que dé a los informes cada líder político”.
Para el exJEMAD es “preocupante” que se hable de fatiga en Europa respecto a la guerra. “Son los principios los que nos dan el espíritu aliado, los principios tienen que liderar nuestras acciones”, declaró, haciendo alusión al reciente desplazamiento a Kiev de cuatro líderes europeos –el presidente francés Macron, el canciller alemán Scholz, el primer ministro italiano Draghi y el presidente rumano Iohannis–.
“Rusia es un apestado geopolítico –sentenció– y tiene un futuro complejo, pero nada es eterno”. El exJEMAD dejó claro que en algún momento “tendremos que hablar con Rusia, por eso es importante administrar bien las victorias, entre otras cosas porque tiene armas nucleares”. A diferencia de Rusia, China mantiene las distancias: “Pekín es un maestro del ‘soft power’ reforzado. No quiere poner un tanque, quieren poner una tienda”.
El exdirector del CNI expresó “serias dudas” sobre la próxima cumbre anual de la Alianza Atlántica que acogerá Madrid en los días 29 y 30 de junio. “Hablamos de lo que hemos hablado siempre”, trasladó Sanz Roldán, quien no advierte ninguna novedad a nivel comunicativo en el seno de la organización: “Lo que me preocupa no es el nuevo concepto estratégico, el problema es si vamos a ser pragmáticos por fin, como hemos sido en Ucrania, o no”.
“¿Alguien ha llamado a la OTAN por casos de terrorismo o de ciberataques? –se preguntó–, la OTAN tiene que ocuparse de las cosas del comer”. El exjefe de los servicios secretos españoles abogó por seguir la senda de actuación implementada en el tablero ucraniano: “De forma espontánea hemos hecho una división de funciones entre la UE y la OTAN que ha sido un éxito”.