Se trata de 28 oficiales del Ejército presuntamente asesinados en 1990

La Fiscalía de Sudán anuncia el hallazgo de una fosa común de represaliados de la época de Omar al-Bashir

AFP/ASHRAF SHAZLY - Sede del Fiscal General de Sudán en la capital, Jartum, el 15 de junio de 2020

Sudán camina hacia una nueva etapa y trata de dejar atrás la herencia islamista de Omar al-Bashir, que gobernó con un puño de hierro hasta que fue desalojado del poder en abril de 2019 tras 30 años en el poder. Pero eso no significa que los sudaneses hayan olvidado su pasado. Las instituciones de la nación trabajan sin descanso para desenterrar los crímenes del régimen anterior. Prueba de ello es el anuncio de la Oficina del Fiscal General este viernes. Este organismo ha comunicado el hallazgo de una nueva fosa común con los restos de 28 oficiales del Ejército presuntamente asesinados por el régimen en 1990 mediante una nota de prensa, según recoge el medio emiratí Al-Ain News. 

Hasta 23 expertos en diversos campos han investigado estos hechos durante tres semanas para clarificar el asesinato de 28 oficiales del Ejército en el Ramadán de 1990. Las pesquisas han llevado a encontrar la fosa común. El comité de especialistas y la Fiscalía hará todo lo necesario para completar los procedimientos para recuperar los cadáveres y darles una digna sepultura

La zona en la que se han encontrado los restos de estos oficiales ha sido acordonada por las Fuerzas Armadas para evitar que personas ajenas a la investigación se acerquen al área hasta que se completen todos los procedimientos. El Fiscal General ha asegurado a las familias de las víctimas que estos hechos no quedarán impunes y se investigará a fondo para hallar a los responsables de esta masacre. 

Un nuevo tiempo en Sudán

Sudán trata de reformar sus instituciones y dejar atrás la dictadura islamista de Omar al-Bashir. Sudán se ha convertido en una nueva zona de influencia disputada entre Arabia Saudí y sus aliados del Golfo, por un lado, y Turquía y Qatar, por otro. Abu Dhabi y Riad han ayudado financieramente a Sudán mediante transferencias monetarias, de petróleo, alimento o medicinas. También le han proporcionado a Jartum el acceso a créditos blandos.  

La capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha sido el escenario de negociaciones políticas entre grupos armados y el Gobierno de Sudán. Egipto, aliado de Arabia Saudí, ha utilizado la diplomacia dentro de la Unión Africana para apoyar la posición del Gobierno central de Jartum. Riad también mostró su apoyo a los generales que se hicieron con el control del Gobierno, tras el golpe de Estado que derrocó a Omar al-Bashir. Turquía y Qatar, en cambio, están del lado de los movimientos islamistas.  

Así, la posición geopolítica de Sudán ha cambiado tras la “Primavera Árabe”. Estados Unidos levantó en 2017 las sanciones que pesaban contra el país, que lo consideraba una nación que promocionaba el terrorismo. Sudán también anuló el pasado junio todos sus acuerdos de defensa con Corea del Norte. Poco a poco, Jartum ha ido abandonando la influencia de los islamistas y de Irán para acercarse a las posiciones sunitas, más cercanas a Arabia Saudí y la órbita occidental.

Como consecuencia de la nueva situación política del país se han empezado a investigar los crímenes de la dictadura y cada poco tiempo se descubren fosas comunes de personas que fueron asesinadas bajo el mandato de hierro de Omar al-Bashir. A mediados de junio se encontró un enterramiento al sureste de la capital, en Jartum, donde estaban enterrados docenas de cuerpos desde 1998. Según informó la Fiscalía del país en aquel momento, los cadáveres pertenecerían a estudiantes que trataron de huir del servicio militar aquel año, al denegárseles un permiso para visitar a sus familias por una festividad musulmana, Eid al-Adha.

Durante la época de Al-Bashir se generalizó el servicio militar obligatorio durante la guerra civil, que terminó con un acuerdo de paz en el año 2005 y posteriormente con la secesión de Sudán del Sur en el año 2011. “Los comandantes e instructores de reclutas a menudo eran miembros del Gobierno de Bashir y grupos aliados que, con frecuencia, enmarcaban el conflicto contra el SPLA, desde el sur principalmente cristiano, como una guerra santa”, explican desde dicha publicación. Por eso se cree que los presuntos asesinos de los estudiantes encontrados en la fosa eran miembros de la órbita de Al-Bashir y, además, habrían escapado del país, según informó en aquel momento la Fiscalía sudanesa.