Francia, decidida a zanjar su pasado colonial en Argelia
La visita de Macron a Argelia ya ha traído consigo las primeras consecuencias políticas en un momento en el que Europa atraviesa una importante crisis energética que, en palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, nos ha llevado “al fin de la abundancia”.
El primer día de visita al país argelino ha coincidido, además, con la celebración del 60º aniversario de la independencia de Argelia, algo que no ha sido baladí ya que, como primera media política conjunta, tanto Macron como su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, han anunciado la creación de una comisión sobre la colonización y la guerra de la independencia de Argelia.
Con la creación de esta comisión ambos países buscan “construir una nueva cooperación bilateral” y afrontar “los retos regionales y globales” con una mirada en común. Consciente del pasado colonialista francés en el país, Macron ha lamentado el compartir “una historia dolorosa con Argelia (…) lo que nos importa es construir el futuro común de nuestros dos países”.
De acuerdo con las declaraciones de Macron, “estamos viviendo un momento único que nos permite mirar hacia atrás. Lo conversamos y acordamos conformar una comisión que trabajará sin tabúes, con acceso a nuestros archivos para realizar esta labor de reconocimiento”.
Y es que, para Argelia, la desclasificación de los documentos que prueban cómo Francia realizó en el país argelino, antes y después de la independencia de Argelia, pruebas nucleares son parte de los reclamos históricos que los argelinos llevan realizando desde hace años. En este contexto, la primera prueba nuclear oficial que habría realizado Francia en Argelia está fechada en la década de los 60 en el municipio argelino de Reggane. Según diferentes documentos, esta prueba habría propiciado la contaminación del desierto sahariano con plutonio y la exposición a material radioactivo de la población local de los Tuareg, además de los soldados del Ejército francés.
Las declaraciones de acercamiento y redención se alejan de las que el presidente francés emitió el año pasado, acusando a Argelia de hacer “un uso rentista de la memoria”, lo que provocó una crisis diplomática con la retirada del embajador argelino en Francia. Un año después, Francia, consciente también de su progresiva pérdida de influencia en el continente con la retirada de sus tropas tras el fin de la Operación Barkhane, ha apostado por realizar con Argelia un nuevo partenariado en la que han acordado crear “un nuevo horizonte”.
Además, el presidente argelino ha informado que se realizaran varias visitas diplomáticas en las que se trataran de llegar a soluciones sobre “temas de interés común” relacionados con la inestabilidad regional en países como Libia, Mali, la región del Sahel y el Sáhara Occidental.
Asimismo, Tebboune ha celebrado lo que él ha considerado como “resultados alentadores” que conducen hacia “perspectivas prometedoras en la asociación especial que une a los dos países”.
Otro de los temas que ha conducido al presidente francés a viajar hasta a Argelia ha sido el asegurarse el suministro gasístico por parte de Argelia a las puertas del otoño. A diferencia de España, que en la actualidad atraviesa una importante crisis diplomática con Argel - que tiene repercusiones en el suministro del gas -, París estrecha sus lazos con el objetivo de hacer que ese “fin de la abundancia” tenga el menor impacto posible.
Desde España, y en ese intento de tratar de buscar alternativas al gas ruso, la construcción del proyecto del gasoducto MidCat continúa totalmente paralizado. Este gasoducto, que podría conectar a España con el resto de los países de la Unión Europea a través de Francia, se ha llevado de manera continuada la negativa francesa. Este hecho ha empujado a Madrid a buscar otros socios para una futura construcción, como ha sido el caso de Italia, aunque todavía no hay nada asegurado.