Francia frena a la ultraderecha
Francia ha frenado a la ultraderecha. El partido de Marine Le Pen y Jordan Bardella, Reagrupamiento Nacional, era el gran favorito en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas tras ganar la primera vuelta, pero el cordón sanitario impuesto por la coalición de izquierda, el Nuevo Frente Popular, y la formación más centrista del hasta ahora presidente Emmanuel Macron, Ensamble, ha parado los pies a la ultraderecha liderada por Le Pen y Bardella.
“El Nuevo Frente Popular está listo para gobernar”, afirmó el líder de la coalición de izquierdas Jean Luc Mélenchon, después de que la amalgama de partidos de izquierdas del Nuevo Frente Popular lograse una remontada histórica en la segunda vuelta de las elecciones legislativas para llegar a obtener 182 escaños superando al Reagrupamiento Nacional, que al final ha quedado en tercera posición con 143 diputados, siendo superado incluso por la coalición más centrista liderada por Emmanuel Macron, que obtuvo 168 parlamentarios.
Marine Le Pen, máxima líder del partido Reagrupamiento Nacional y candidata a la presidencia gala, y el candidato a liderar el Gobierno como primer ministro desde la ultraderecha, Jordan Bardella, tenían el poder al alcance de la mano tras la primera vuelta electoral, pero los llamamientos políticos y sociales de todo tipo hechos en Francia han evitado que la ultraderecha se alzase con el poder en la República francesa.
Este domingo, tras la jornada electoral, estaba prevista la comparecencia triunfante de Marine Le Pen junto a Jordan Bardella en la sede de Reagrupamiento Nacional, pero Le Pen no salió al atril ante los medios tras la derrota y sí Jordan Bardella, quien criticó la “alianza deshonrosa y los peligrosos acuerdos electorales realizados por Emmanuel Macron y Gabriel Attal con la extrema izquierda”, los cuales “privan a los franceses de una política de recuperación”.
Y es que el partido Reagrupamiento Nacional ha logrado un resultado electoral histórico, pasando casi de la marginalidad a acariciar el poder, pero no le ha dado para obtener una mayoría absoluta. El propio Jordan Bardella ya dejó claro durante la campaña que solo se postularía a primer ministro si tenía mayoría absoluta, algo que no ha sucedido al final.
El programa político de Reagrupamiento Nacional es de ultraderecha, de corte nacionalista, conservador y populista y ha progresado bastante entre la población francesa, muy descontenta por problemas sociales, laborales y económicos que atraviesa el país en los últimos años. El discurso de Reagrupamiento Nacional rompe totalmente con la línea del Gobierno dirigido por Emmanuel Macron durante los últimos años y, aunque ha hecho grandes esfuerzos por moderar su postura de cara al electorado, mantiene unos principios muy críticos con la inmigración, muy proteccionistas, euroescépticos y con reformas muy profundas. Una línea muy de derechas.
Ahora se espera que llegue el acuerdo electoral para una compleja alianza de Gobierno que requiere que el Nuevo Frente Popular de izquierdas obtenga el apoyo de la coalición del presidente Emmanuel Macron para llegar a los 289 diputados que otorgan la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
La figura del líder de izquierdas Jean Luc Mélenchon no es muy querida entre el seno del partido de Emmanuel Macron, pero advirtió al todavía presidente de Francia sobre el deber de acudir al Nuevo Frente Popular para gobernar después de que la población francesa descartase “la peor solución”.
Se esperan movimientos políticos de calado después de que el actual primer ministro galo, Gabriel Attal, anunciase la intención de dimitir de su cargo; una salida ante la que Emmanuel Macron no reaccionará de momento nombrando un nuevo primer ministro a la espera de las negociaciones políticas para la instauración de un nuevo poder en el país galo. De esta forma, en principio se va a esperar a que la Asamblea Nacional tome forma para designar un nuevo primer ministro y un nuevo Ejecutivo, que seguramente sea una figura impulsada desde la izquierda, que es la ganadora de las elecciones legislativas francesas. Aupada por el miedo a la llegada de la ultraderecha al poder.
Oficialmente, la elección del primer ministro de Francia recae en el presidente del país, que posee importantes prerrogativas en el país galo, y no existe un texto legal claro que lo vincule a los resultados de las elecciones, pero la costumbre política dicta que el primer ministro sea elegido entre las filas de la fuerza política más fuerte en la Asamblea Nacional.
Durante la campaña electoral, el Nuevo Frente Popular optó por no nombrar a un candidato claro a primer ministro para encabezar su lista electoral, a diferencia de Reagrupamiento Nacional, que designó a Jordan Bardella como candidato, y de la coalición de Macron, que estaba encabezada por el primer ministro saliente Gabriel Attal.
Ahora se esperan movimientos en el seno de la coalición de izquierdas, con mayor peso de la formación más radical de Jean Luc Mélenchon incluida en el Nuevo Frente Popular y denominada Francia Insumisa, y de los socialistas, lo que excluye de la carrera a otras formaciones como la de Los Verdes.
Se habla sobre todo del nombre de Jean Luc Mélenchon como principal candidato a ser primer ministro, pero hay sectores que ven esta figura como demasiado radical por su posición ante temas como la guerra de Gaza o la economía. Ante esto, pueden surgir otros nombres dentro de la propia corriente de Mélenchon, como Manuel Bompard, coordinador del Nuevo Frente Popular.
Fuera de Francia Insumisa, otros representantes de izquierda de otras formaciones incluidas en el Nuevo Frente Popular también podrían ser candidatos a primer ministro. Se esperan movimientos importantes, aunque la principal figura que sobresale es la de Jean Luc Mélenchon.