Francia suaviza el tono sobre el golpe en Níger
Dos semanas después del golpe de Estado en Níger, Francia ha abandonado su tono duro sobre la crisis y se inclina ahora por soluciones diplomáticas, con la acción militar aparentemente descartada por ahora, según los expertos.
La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) había dado de plazo hasta el pasado domingo para que los golpistas restituyeran al presidente electo, Mohamed Bazoum, o se enfrentarían a un posible uso de la fuerza.
Pero los nuevos gobernantes de Níger desafiaron el ultimátum y éste transcurrió sin que se tomaran medidas. Los dirigentes de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) se reúnen de nuevo el jueves en Abuja, capital de Nigeria.
En vísperas del plazo, Francia mostró en voz alta su apoyo a la CEDEAO, afirmando que respaldaba “firme y resueltamente” los esfuerzos del bloque por restaurar a Bazoum.
Pero la última declaración de París del martes fue prudente y mesurada, marcando un claro cambio respecto a la postura anterior, más combativa.
Francia mantiene su política de apoyar los esfuerzos para “restaurar la democracia” en Níger, pero cree que corresponde a la CEDEAO “tomar una decisión sobre cómo restaurar el orden constitucional en Níger, sea cual sea esa decisión”, dijo una fuente diplomática, que pidió no ser citada.
La declaración se produjo después de que la vicesecretaria de Estado estadounidense en funciones, Victoria Nuland, se desplazara a Niamey para hablar con los golpistas.
Pero reconoció que sus conversaciones no avanzaron y que no pudo reunirse con el nuevo hombre fuerte, el general Abdourahamane Tiani, ni con el detenido Bazoum.
Ahora se trata de diplomacia
Bertrand Badie, profesor de la universidad Sciences-Po, afirmó que el tono beligerante inicial de Francia había desaparecido.
“Ya no se trata de una intervención militar, ya no se trata de negar toda legitimidad a este Gobierno, ahora se trata de diplomacia”, declaró Badie a la AFP.
“Se están retractando de lo que dijeron al principio”.
El nuevo Gobierno de Níger ha acusado repetidamente a Francia de planear una acción militar, acusación que París niega.
El tono más duro de Francia durante el fin de semana contrasta con los llamamientos al diálogo de Alemania, Italia y Estados Unidos.
Los respectivos golpes de Estado en Mali y Burkina Faso en 2020 y 2022 habían obligado a retirar las tropas francesas de esos países desplegadas para luchar contra una insurgencia yihadista en la región del Sahel.
Desde entonces, el presidente Emmanuel Macron se ha jugado mucho en la relación con Bazoum.
París tiene 1.500 soldados en Níger, la mayoría desplegados en una importante base aérea cerca de Niamey. Estados Unidos también cuenta con unos 1.000 militares, también en una base clave.
Badie, de Science-Po, afirmó que la postura inicial de Francia había sido “anormalmente confiada y agresiva” y que París se encontraba ahora a la defensiva.
“No hay duda de que Francia está perdiendo la iniciativa diplomática en este asunto”, afirmó Badie.
Un poco de libertad
“El silencio y la moderación no son necesariamente cosas malas”, observó Jean-Herve Jezequel, director del proyecto sobre el Sahel del International Crisis Group (ICG).
Francia “no es el país mejor situado para liderar este diálogo” con los nuevos gobernantes de Níger, afirmó.
Francia puede haber cometido un error táctico al rechazar el derecho de los golpistas nigerinos a cancelar los acuerdos militares bilaterales, argumentó Jezequel.
“Al mostrarse intransigente, Francia incitó a los militares a endurecer su posición” y les permitió ganarse el apoyo de la opinión pública, afirmó.
Se han producido protestas antifrancesas en Niamey, con pancartas ante la embajada francesa pisoteadas, aunque París advierte contra la exageración del alcance del sentimiento antifrancés y sugiere que la culpa es de la desinformación rusa.
Miles de personas se congregaron también el domingo en Niamey en una muestra de apoyo popular al golpe.
Según Francois Gaulme, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), es posible que Francia se haya arrinconado diplomáticamente.
En su opinión, es una “contradicción” que Francia, que ya había aceptado retirar sus tropas de Mali y Burkina Faso tras la toma del poder por los militares, niegue ahora a Níger el derecho a recibir el mismo trato.
“La diplomacia francesa me parece un poco libre”, afirmó.
Esto podría resultar dolorosamente obvio si la CEDEAO encuentra una solución diplomática a la crisis.
“La diplomacia francesa se vería profundamente humillada”, advirtió Badie.
Un resultado así se vería en toda la región como un indicio de la “incapacidad estructural de Francia... para salir de una actitud poscolonial”, afirmó.
La crisis de Níger es una señal de que “los tiempos de una fuerte presencia militar francesa en el Sahel han terminado”, afirmó Jezequel.
“Ahora también hay un interrogante sobre su futuro en África Occidental", afirmó.