Francia suspende el acuerdo de exención de visados con Argelia

La decisión del Gobierno francés es un gesto recíproco, señal de la profundización de la crisis diplomática entre París y Argel

La crisis entre Francia y Argelia finalmente ha tomado un carácter estructural y profundo, marcado por una pérdida de confianza mutua y medidas diplomáticas recíprocas. 

Durante más de una década las tensiones entre París y Argel han mermado los lazos diplomáticos, sin embargo, el detonante final ha sido la suspensión formal por parte de Francia del acuerdo bilateral de exención de visado para pasaportes diplomáticos y de servicio, firmado en Argel el 16 de diciembre de 2013 y promulgado mediante el Decreto n.º 2014‑1003 el 4 de septiembre de 2014. 

Las autoridades francesas han arrestado a varios influencers argelinos que residen en su territorio, acusados de terrorismo e incitación a la violencia y al odio, en una medida que convirtió la tensión diplomática entre Argelia y Francia - REUTERS/PHILLIPPE WOJAZE

El acuerdo que ha sido anulado permitía a los diplomáticos argelinos ingresar sin visado a Francia para estancias de corta duración. Esta facilidad formaba parte de los esfuerzos de París para reforzar las relaciones con Argel, especialmente en materia de seguridad, cultura y relaciones consulares. 

Las constantes negativas de Argelia a recibir a ciudadanos argelinos procedentes de Francia con orden de expulsión del país han llevado a las autoridades francesas a suspender el pacto que facilitaba la movilidad de funcionarios de alto nivel argelinos entre ambos países. 

Desde hace meses, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean‑Noël Barrot, ha mantenido una postura dura y de firme reciprocidad frente a las acciones diplomáticas de Argelia. Todo comenzó cuando Barrot viajó a Argelia para intentar llegar a un acuerdo con su homólogo argelino, Ahmed Attaf, pero lejos de poder negociar, Argelia expulsó a 12 diplomáticos del país. 

Ahmed Attaf, Ministro de Asuntos Exteriores de Argelia - REUTERS/ EDUARDO MUÑOZ

Las tensiones se agravaron tras la decisión de Francia en julio de 2024 de reconocer el Plan de Autonomía de Marruecos, propuesto por el rey de Marruecos, Mohamed VI, sobre el Sáhara Occidental, una región en disputa cuyo control ha sido fuertemente rechazado por Argelia, aliada del movimiento separatista Frente Polisario. Esta decisión fue interpretada por Argel como un acto hostil que rompía con la tradicional neutralidad francesa en el conflicto saharaui. 

Ante la respuesta argelina, Barrot ha oficializado la exención de visas argelinas. “Nuestra respuesta es inmediata, firme y completamente proporcionada”, indicó en una entrevista con Europa Press. 

Una postura totalmente contraria a la que ha tomado el presidente de la República, Emmanuel Macron, y el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quienes en varias ocasiones han señalado que “Francia debe ser fuerte y exigir respeto, pero siempre desde el diálogo y no mediante acciones que puedan perjudicar a los lazos históricos entre Francia y Argelia”. 

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, y el presidente francés, Emmanuel Macron, conversan antes de una sesión sobre Inteligencia Artificial (IA), Energía, África y el Mediterráneo en el segundo día de la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Italia, el 14 de junio de 2024 - REUTERS/ LOUISA GOULIAMAKI

No obstante, Macron ahora busca también la connivencia de la Unión Europea a la hora de prohibir los visados Schengen para los argelinos, una solicitud que activó Emmanuel Macron a través del Ministerio del Interior francés. 

Desde que se formalizara el 7 de agosto y se publicara el 19 de agosto en el Diario Oficial, el portal oficial France-Visas ya refleja que los titulares de pasaportes diplomáticos argelinos deben obtener visado para ingresar a Francia. 

Frente a esta situación, Argelia insiste en que Francia violó el acuerdo de forma bilateral mediante filtraciones a medios cuidadosamente seleccionados, sin usar el canal diplomático, una práctica que calificó de “curiosa y dudosa”. Y recordó que fue Francia quien promovió inicialmente este acuerdo, y que recurre ahora a suspenderlo sin asumir las consecuencias. 

Las autoridades argelinas han denunciado públicamente lo que consideran una “política de presión y amenazas” por parte de Francia, y afirman que no se someterán a ninguna forma de chantaje, que desde Argel se interpreta como una maniobra unilateral e inamistosa, que solo profundiza el deterioro de los vínculos históricos entre ambos países.