La gira del presidente Tebboune revela escasos avances en los proyectos públicos argelinos
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, realizó recientemente una inusual visita a varias ciudades y provincias del centro de Argelia. La gira arrojó luz sobre los modestos logros de su presidencia, ya que se encontraron muy pocos proyectos e inversiones públicas, aparte de un hospital.
Durante la visita, el presidente Tebboune colocó la primera piedra de dos plantas desalinizadoras de agua de mar en Boumerdes, situada al este de la capital. También inauguró un proyecto de ciudad mediática en la capital. Sin embargo, estas iniciativas no llegaron a satisfacer la creciente demanda de inversiones públicas para mejorar los servicios e impulsar la economía local.
Parece que la actuación del Gobierno en este ámbito ha sido mediocre. En los últimos años, la atención se ha centrado principalmente en resolver problemas sociales, como aumentos salariales, ajustes de las pensiones y subsidios para los desempleados. Sin embargo, estas medidas han sido contrarrestadas por la inflación y el descenso del poder adquisitivo. El Gobierno también ha dado prioridad a la organización de eventos deportivos y a la consecución de hitos políticos y diplomáticos.
Aunque se han reanudado algunos proyectos heredados de la administración anterior, sobre todo en infraestructuras deportivas, la Argelia del presidente Tebboune ha logrado avances relativamente modestos en las inversiones públicas en diversos sectores. La asignación de los presupuestos anuales se ha dirigido predominantemente a cubrir los salarios, los aumentos previstos y las transferencias sociales, dejando una parte limitada para las inversiones públicas. Este planteamiento no logra satisfacer las crecientes necesidades de la sociedad argelina, como la vivienda, el empleo, las infraestructuras, la sanidad y la educación.
En los últimos años, se ha producido un notable descenso en el número de proyectos de desarrollo inaugurados o lanzados durante los acontecimientos y fiestas nacionales. Esto indica una falta de equilibrio y planificación en la asignación de fondos públicos, descuidando el desarrollo local y las inversiones públicas, que son esenciales para la estabilidad social, la creación de empleo y la prosperidad general de los argelinos.
Como informa el medio Alarab, a los observadores de los asuntos locales no les sorprende la disminución de los resultados en materia de desarrollo. Atribuyen este declive a la concentración presupuestaria en los salarios y las medidas sociales, dejando de lado el papel crucial de las inversiones públicas. El presupuesto del año en curso, estimado en unos 100.000 millones de dólares, ha hecho hincapié en gran medida en las medidas sociales, las capacidades de defensa, la diplomacia y las actividades presidenciales, obstaculizando los esfuerzos de desarrollo local.
Se prevé que el presupuesto del próximo año supere los diez mil millones de dólares, pero sigue sin estar claro si el Gobierno mantendrá el mismo enfoque o reevaluará el equilibrio entre gastos administrativos e inversiones públicas. El futuro incierto de las exportaciones energéticas y las posibles crisis, como la ucraniana y las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo, complican aún más la toma de decisiones sobre la asignación del presupuesto.
El Gobierno parece apostar por los esfuerzos para recuperar los fondos malversados, sobre todo a nivel nacional. El presidente Tebboune ha mencionado la posible recuperación de cerca de 40.000 millones de dólares, así como la reactivación de proyectos paralizados debido a los obstáculos burocráticos y políticos creados por lo que él denomina una "banda", en alusión al anterior régimen del presidente Abdelaziz Buteflika. Sin embargo, el alcance y la utilización de estos fondos, su contribución al Producto Interior Bruto y su impacto en los ingresos públicos y la economía local siguen sin estar claros.
Durante su visita, el presidente Tebboune destacó el papel de la "contrarrevolución" en el debilitamiento de las aspiraciones de la nueva Argelia. Los casos de sabotaje, como los repetidos ataques al suministro eléctrico de las plantas desalinizadoras y el despilfarro deliberado de agua para exacerbar la sequía, han obstaculizado sus esfuerzos. Estas acciones también han contribuido a los problemas de liquidez financiera en 2021.
Aparte de la inauguración de un hospital gubernamental especializado en quemaduras en el suburbio de Zeralda de la capital, la gira del presidente sólo se tradujo en el lanzamiento de dos proyectos: una planta desalinizadora de agua de mar de mediana escala y una ciudad mediática destinada a instituciones gubernamentales y privadas de televisión y radio.
Aunque se han producido asociaciones limitadas en sectores estratégicos como el petróleo, el gas y los minerales, con algunos descubrimientos recientes que satisfacen las necesidades de los socios occidentales, el capital extranjero aún no ha invertido plenamente en Argelia debido a las mencionadas razones y circunstancias.