El nuevo Ejecutivo norteamericano apuesta por fortalecer los lazos diplomáticos en esta región del Asia-Pacífico para contener la creciente influencia de China en la zona  

El Gobierno de Biden fortalece sus relaciones exteriores en el área Asia-Pacífico

AP/KIYOSHI OTA - El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el Ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Toshimitsu Motegi, y el Ministro de Defensa de Japón, Nobuo Kishi

La nueva Presidencia de Biden está apostando, en sus primeros movimientos, por una política exterior enfocada en contener al gigante chino y fortalecer las relaciones diplomáticas con los países vecinos de esta región asiática. En esta línea, la preocupación compartida entre las autoridades niponas y estadounidenses por el crecimiento de la influencia china en la zona de indo-pacifico ha propiciado que el responsable de Defensa, Llody Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken, entablen lo que serían las primeras conversaciones del nuevo Gobierno estadounidense con sus homólogos japoneses. 

El secretario de Defensa llegó este lunes a Japón mientras que el secretario de Estado, Antony Blinken, se le unirá esta semana en Tokio para reafirmar el compromiso de Washington con la región y la alianza entre los dos países, después de la política exterior de Trump con el país nipón basada en la coordinación y la “confianza mutua”. 

Este viaje pretende ser una señal de la importancia que el presidente Biden da a la alianza con sus dos aliados más cercanos en extremo oriente, Japón y Corea del Sur, frente a la creciente política expansionista de China. 

Con el objetivo de reanudar su presencia en la región Asia-Pacífico, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró el viernes una cumbre virtual de líderes de Australia, Japón, India e Estados Unidos, reiterando su compromiso con la región. Esta reunión pretende contener el poder y la influencia de China en la zona. 

Estos países integrantes del Quad están viviendo una creciente tensión con el gigante asiático: Estados Unidos se encuentra librando la gran batalla comercial con China, a pesar del cambio de administración, y ha aumentado sus misiones áreas y navales en el mar de China Meridional. Por otra parte, India y Japón protagonizan diversos momentos de tensión por el papel de Pekín a la hora de reclamar su soberanía sobre algunos territorios del Pakistán que se disputa con India y que el país acusa a China de ocuparlos ilegalmente. Por otra parte, Australia lleva viviendo tres años seguidos de diferencias diplomáticas con China tras la imposición de aranceles a varios productos procedentes del país austral. 

De esta forma, el primer viaje oficial al extranjero de secretarios del nuevo Gobierno está enfocado en fortalecer sus compromisos en la región, así como conseguir frenar la gran influencia china. Se tiene previsto que Blinken y Austin aborden también el tema de la pandemia del COVID-19 y el cambio climático, sin olvidar la amenaza nuclear que supone Corea del Norte y la situación de Myanmar tras el golpe militar.

Durante la estancia de los diplomáticos en Tokio se espera que se celebren reuniones virtuales con líderes empresariales y miembros de la sociedad civil antes de dirigirse a Corea del Sur, aliado clave en la región. 

La presidencia de Biden se diferencia así de la política exterior de Trump tras ser Arabia Saudí el primer viaje oficial que visitó el presidente republicano. En su primer viaje, Trump celebró una reunión con el rey Salman bin Abdulaziz para pedir  unión en la lucha contra el yihadismo en el mundo musulmán, describiendo el desafío como “una batalla entre el bien y el mal” y apelando a los líderes árabes a “expulsar a los terroristas de sus templos de oración”. 

En cuanto a la influencia en el área Asia-Pacífico, Trump fue el primer presidente que habló de una nueva retórica hacia China tras tildar al país chino como un rival y no como un socio. 

Por otra parte, la política exterior de Barack Obama se caracterizó por un intento de aislar a China mediante el acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica al que se habían adherido gran parte de sus países vecinos y que Trump canceló durante su primera semana como presidente. 

Con esta política de rebalance, Obama trató de buscar el mayor número de aliados en la zona para ejercer una contención efectiva contra su mayor enemigo en la región, China. Sin embargo, la administración Trump podría caracterizarse por la pérdida de liderazgo en esta zona de la región, zona de gran interés económico y comercial ya no solo para el país estadounidense, si no para el mundo entero. 

El expresidente republicano llevó a cabo una agresiva política contra el país chino sobre todo en materia de comercio al acusar a China de competencia desleal y de manipulación de la moneda lo que, según el presidente, contribuyó a la destrucción de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos. 

En sus relaciones con Corea del Norte, Donald Trump llevó a cabo una política firme enfocada a desnuclearizar el país norcoreano pero sus crecientes tensiones acabaron en mantener políticas de disuasión. 

Del mismo modo, Biden no ha aclarado aún cuál será su enfoque hacia Corea del Norte y su Gobierno mantiene actualmente conversaciones con exfuncionarios para gestionar cual sería la mejor forma de responder ante la amenaza que supone el programa nuclear del país norcoreano. 

Un alto funcionario del país reveló el pasado sábado a la prensa que el Gobierno demócrata ha intentado contactar con Corea del Norte a través de diferentes medios, incluyendo su misión con Naciones Unidas, pero sin éxito al no haber recibido respuesta. En la actualidad, Estados Unidos lleva sin recibir noticias de Corea del Norte desde hace un año.