La guerra con Ucrania debilita la posición de Rusia en África
Tras la disolución del Grupo Wagner, un cuerpo de mercenarios disidente de las políticas rusas, en agosto de 2023, Moscú decidió establecer una nueva compañía militar, dependiente del Ministerio de Defensa y denominada Africa Corps, para mantener su influencia en el continente africano.
Con este cambio, Rusia está buscando mantener su influencia en el continente africano. Sin embargo, el descontento de las tropas, los métodos de reclutamiento y la falta de cohesión entre las tropas y quienes las dirigen están limitando la acción rusa. Asimismo, los esfuerzos que está dedicando el Kremlin en los últimos días en Ucrania, con el desplazamiento de tropas procedentes de todos los “países satélites”, está afectando seriamente a la actividad rusa en África.
Estrategia y retórica rusa
Aunque Moscú alardea de contar con el apoyo de pequeños países como Santo Tomé y Príncipe, lo cierto es que, de cara a sus rivales, esto es solo una muestra de debilidad. Desde la entrada de Rusia en el continente africano, su poder siempre se ha basado en la seguridad que las acciones rusas ofrecen a los gobiernos africanos.
De hecho, el Kremlin no ha logrado recuperar completamente su influencia utilizando su poder económico o la labor propagandística de la Iglesia Ortodoxa rusa. Un estudio realizado por el portal de noticias Verstka y el centro de análisis Nordscent reveló el descontento existente entre los soldados del Africa Corps. Además, sugirió que Moscú debía depender de exmiembros de Wagner para poder reclutar hombres rusos. El estudio pone de relieve los problemas a los que se enfrenta Moscú con los Africa Corps y los esfuerzos de reclutamiento que están realizando.
Entre los principales motivos que han llevado a Moscú a esta situación se encuentra la falta de cohesión y lealtad entre las tropas del Africa Corps; el descontento con las promesas incumplidas; y la alta dependencia del Gobierno ruso respecto a extremistas y separatistas africanos, para suplir bajas en el frente de combate ucraniano.
Además, el informe también ha puesto sobre la mesa el desafío que representa para Moscú el incentivar a los rusos a alistarse en el ejército, pagando bonificaciones cada vez más altas a aquellos que sirven en Ucrania.
Influencia rusa limitada
A pesar de los desafíos, Rusia ha logrado avances significativos en África al promover mensajes anticoloniales y antioccidentales, como se vio en la reunión del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, con sus homólogos africanos en Moscú. En el encuentro, Lavrov leyó una carta del presidente ruso, Vladimir Putin, en la que se ofrecía “apoyo total a los países africanos en su lucha por liberarse de la influencia y control occidentales”.
Según las agencias de noticias occidentales, este mensaje demuestra que Rusia está intentando ganar influencia en África, desplazando a Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la ayuda de estos países africanos es limitada e indirecta, y seguramente desaparecerá pronto si Rusia no es capaz de proporcionar su principal forma de ayuda: la seguridad a los gobiernos afectados.
En cambio, la posible llegada de un alto al fuego en la guerra con Ucrania puede cambiar todo el tablero político. Si este conflicto se detiene, Rusia podría redirigir su esmero y sus intereses militares hacia África, continuando con la estrategia que ha seguido durante los últimos años de mandar mensajes anticoloniales y antioccidentales. Un mensaje que se vería afectado principalmente por el gran papel que tiene Ucrania en el continente africano en cuanto al envío de alimentos.
Riesgo de escalada en África
La transición del Grupo Wagner a Africa Corps ha resultado ser más problemática de lo que la Administración rusa y, en especial, el Ministerio de Defensa, esperaban. Desde la muerte del líder del Grupo, Yevgeny Prigozhin, la eficacia con la que contaba la influencia militar y política rusa en África se ha debilitado. Moscú sigue tratando, a pesar de todo, de expandir y mantener sus estrategias políticas y propagandísticas.
Un eventual fin de la guerra en Europa podría provocar que África se convierta de nuevo en “el campo de batalla más grande del mundo”. En el supuesto caso de que sucedieran tales acontecimientos, la rivalidad entre occidente y Rusia no solo no cesará, sino que se recrudecerá conforme el conflicto se expande lejos de sus fronteras.
Actualmente, la dependencia rusa del exterior es cada vez mayor, por lo que la capacidad de Rusia para sostener su influencia quizás pase por un alto al fuego en Ucrania, para así centrar todos los esfuerzos en una pugna por la influencia política de África.