Hamás acepta la resolución de la ONU para el alto al fuego
- Hamás accede a negociar los detalles
- La propuesta de alto al fuego
- Israel no contempla poner fin a la guerra
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en su octava gira por Oriente Medio, tenía como objetivo fundamental convencer a Hamás de alcanzar un acuerdo al que Israel ya había dado luz verde. Y, aunque se veía como un imposible por la exigencia de Hamás de poner fin definitivo a la guerra, finalmente han accedido a aceptar la propuesta redactada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y negociar los detalles de esta.
Hamás accede a negociar los detalles
Se trata de uno de los mayores avances logrados en los últimos meses. Cuando las negociaciones parecían abocadas al fracaso por la inflexibilidad de ambas partes, Estados Unidos, tras muchos intentos de mediadores regionales, ha logrado encontrar el punto medio que, al menos en el corto plazo, logrará una tregua centrada especialmente en el regreso de los rehenes secuestrados por Hamás desde el ataque terrorista del 7 de octubre.
El plan de Estados Unidos para el alto al fuego contaba ya con la aprobación de Israel, según aseguró Blinken: “Me reuní anoche con Netanyahu y reafirmó su compromiso con la propuesta”, aunque de cara a la galería quiera mantener su idea de no detenerse hasta acabar con Hamás por completo. El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, aseguró a la agencia Reuters que están dispuestos a negociar.
La propuesta de alto al fuego
Ayer lunes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CS) aprobó la propuesta de alto al fuego con 14 votos a favor y una única abstención, la de Rusia. La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha asegurado que Israel ya ha aceptado y esperan que Hamás, a falta de estudiar los detalles, haga lo mismo. Además, recuerda la importancia de alcanzar un acuerdo cuento antes ya que “cada día que pasa, continúa el sufrimiento innecesario. Los civiles palestinos están viviendo el infierno sin tener culpa por ello”.
El texto aprobado por el CS tiene algunos puntos dirigidos directamente al ala más extremista del Gobierno de Israel. El texto se refiere de forma explícita al “rechazo a todo intento de modificación territorial o demográfica en Gaza, incluyendo cualquier acción para reducir el territorio”. Al mismo tiempo que insta a las dos partes a implementar las medidas recogidas en la propuesta a la mayor brevedad posible, lo que se traduce en “un alto el fuego inmediato y la liberación de los rehenes”.
Israel no contempla poner fin a la guerra
Es el principal punto de bloqueo en las negociaciones a largo plazo, a pesar del optimismo lógico tras el acuerdo para el alto al fuego. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha repetido de forma incansable que no tiene intención de parar hasta destruir por completo a Hamás. La paz se presenta poco menos que imposible, al menos por la vía del acuerdo, ya que las líneas rojas de los israelíes y Hamás chocan frontalmente.
Desde el ataque terrorista de Hamás del pasado 7 de octubre, el número total de víctimas supera los 37.000. Y la – dura – realidad es que todo parece indicar que esa cifra no va a dejar de ascender, al menos en el corto plazo. De hecho, la reciente operación de rescate de rehenes por parte de Israel, que permitió traer de vuelta a cuatro de las personas secuestradas por Hamás, se saldó con 274 muertos gazatíes.
Y es que el Ejecutivo israelí está cada vez más presionado, especialmente por su población, que bajo el "Bring them home now" ("Traedlos a casa ya"), pide al Gobierno alcanzar un acuerdo que posibilite el regreso de sus familiares. Son cada vez más los que priorizan traer a vuelta a sus seres queridos en lugar de seguir con una ofensiva cuyo horizonte es imposible atisbar. Algo que comparten tanto desde los países socios de Israel como desde la ONU, como evidencia la propuesta aprobada por el Consejo de Seguridad.