El exsecretario de Estado y exconsejero de Seguridad Nacional norteamericano murió a los 100 años tras una dilatada y controvertida trayectoria diplomática

Henry Kissinger: adiós a la principal figura de la política exterior estadounidense en el siglo XX

AFP/FILE - Retrato del secretario de Estado de Asuntos Exteriores estadounidense, Henry Kissinger, tomado el 25 de marzo de 1974 en Tel Aviv. El exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, figura clave de la diplomacia estadounidense en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, murió el 29 de noviembre de 2023 a la edad de 100 años

Henry Kissinger, exsecretario de Estado de Asuntos Exteriores y exconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, murió a los 100 años en su residencia de Kent, en Connecticut, dejando un legado político tan impresionante como controvertido.

Nacido en la ciudad bávara de Fürth, en Alemania, dentro de una familia judía y bajo el nombre de Heinz, se convirtió en el diplomático más importante de Estados Unidos durante el siglo XX tras un impresionante ascenso. 

Henry Kissinger llegó a Estados Unidos a los 14 años después de que su madre convenciese a su padre para salir en 1938 de la Alemania liderada por Adolf Hitler, que padecía una oleada de persecución a los judíos, un terrible escenario que desembocó en la consolidación del régimen nazi, el cual provocó el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y el ignominioso Holocausto contra los judíos. 

Un joven Kissinger vivió el denominado “sueño americano” y ascendió a la élite a pesar de ser extranjero y llegar con unos recursos limitados. Empezó trabajando a los 16 años en una fábrica de brochas y aprendió rápido inglés, aunque nunca dejaría su acento alemán, que se convirtió en el principal rasgo de su imagen pública. Fue llamado a filas en el final de la Segunda Guerra Mundial y condecorado por sus dotes organizativas con el conflicto armado ya terminado. Ingresó en Harvard tras dejar las Fuerzas Armadas y destacó como un estudiante brillante con gran interés por la política internacional. Así, terminó doctorándose en la Universidad de Harvard, donde fue incluso profesor.

Richard Nixon le reclutó para llevar la política exterior de Estados Unidos bajo su presidencia y estableció su modelo político para la diplomacia, que se basaba en el juego de balances de poder y la búsqueda de la que él entendía como estabilidad mundial, con tres potencias principales, como Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), como principales polos de poder, y una ascendente China, que fue potenciada por el propio Kissinger para que hiciese algo de oposición a la Unión Soviética dentro de la esfera comunista, siguiendo la táctica del “divide y vencerás”. Su escala de poderes la tenía clara, incluso despreciaba en parte a Europa, dejando en su día una famosa afirmación respecto a las dudas que tenía sobre a qué número de teléfono debía llamar para hablar con Europa. 

FILE/AFP - El presidente estadounidense Richard Nixon (Izquierda) le da la mano a Henry Kissinger, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, septiembre de 1973 en Washington

Hace casi 47 años dejó su puesto en activo como responsable de Exteriores norteamericano tras el ascenso al poder de Jimmy Carter como presidente en sustitución a Gerald Ford, aunque su alargada figura ha seguido estando presente en el gigante estadounidense y la posición geopolítica del país. 

Henry Kissinger desempeñó la labor de consejero de Seguridad Nacional y secretario de Estado con los presidentes republicanos Gerald Ford y Richard Nixon y, durante un periodo de tiempo, ejerció los dos cargos a la vez, todo ello entre enero de 1969 y enero de 1977. 

FILE/AFP - El asesor especial del presidente estadounidense Nixon, Henry Kissinger, se ríe durante una conferencia de prensa, tras el comunicado final sobre la implementación de los Acuerdos de Paz de Vietnam, firmado por Kissinger y el líder de la delegación norvietnamita, Le Duc Tho, el 13 de junio de 1973 en París

Luces y sombras

Su mayor éxito político fue propiciar el acercamiento entre Estados Unidos y China, que no disfrutaban de relaciones diplomáticas desde la llegada al poder de los comunistas liderados por Mao Zedong en 1949. El entonces presidente Dwight D. Eisenhower consideró la idea de atacar con bombas atómicas al enemigo chino para salvaguardar la independencia de Taiwán en la década de los cincuenta lo que produjo un gran enfrentamiento con la órbita comunista representada por aquel entonces por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y por la República Popular China, pero la posterior intervención de Kissinger años después propició el acercamiento entre ambas potencias y la atracción de Pekín hacia el capitalismo, algo que marcó también la historia china, ya que la mezcla actual de modelo económico capitalista con modelo político comunista de partido único, liderado con mano de hierro por el Partico Comunista de China, está llevando actualmente al gigante asiático a unos parámetros de crecimiento económico y posicionamiento geopolítico con los que aspira a destronar a Estados Unidos como primera potencia mundial.

AFP/FOTOS DE NOTICIAS CONSOLIDADAS - El enviado especial de Estados Unidos, Henry Kissinger (derecha), se reúne con el primer ministro chino, Zhou Enlai, en julio de 1971 en Pekín

Aunque la figura de Henry Kissinger fue controvertida también por su firme alineamiento contra el comunismo y su fuerte posicionamiento para lograr un mayor beneficio diplomático para su país y para preservar lo que él entendía como estabilidad global, una postura que llevó a episodios de derramamiento de sangre y sufrimiento. 

Como fue el caso de Chile; en este caso todavía se recuerda una famosa sentencia: “No sé por qué tenemos que quedarnos quietos y ver cómo un país va hacia el comunismo por la irresponsabilidad de su propia gente. Lo que está en juego es demasiado importante como para dejárselo a los votantes chilenos para que lo decidan ellos”. Una postura política que fue un apoyo en cierta parte a lo que fue posteriormente el golpe de Estado de Pinochet en Chile en 1971 contra el legítimo presidente Salvador Allende. 

También se apuntó en su día a su alineamiento con el golpe de Estado militar de Argentina de 1976 y la posterior represión, en la que desaparecieron decenas de miles de personas bajo la dictadura argentina de personajes siniestros como Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera u Orlando Ramón Agosti. 

PHOTO/TASS - El secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev (Izquierda), se reúne con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, en Moscú el 25 de marzo de 1974

Además, fue el gran apoyo del presidente Richard Nixon para que éste lanzara una invasión por tierra acompañada de la mayor campaña de bombardeo de la historia sobre Camboya, en la que murieron más de 100.000 personas, en gran parte civiles. 

O el todavía más famoso episodio de la guerra de Vietnam, donde la lucha contra los comunistas vietnamitas se desarrolló durante muchos años dejando miles de muertos y un país arrasado por un conflicto bélico que acabó con la salida por la puerta de atrás del Ejército estadounidense y la consolidación en el poder del comunismo en Vietnam tras la retirada norteamericana.

A pesar de estos dudosos episodios, Henry Kissinger ganó el Premio Nobel de la Paz, precisamente por sus negociaciones para la retirada estadounidense de Vietnam.

PHOTO/REUTERS TV - El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Henry Kissinger, estrecha la mano del miembro del Politburó norvietnamita, Le Duc Tho, antes de las conversaciones de seguimiento tras los Acuerdos de Paz de París sobre Vietnam, en Saint-Nom-la-Breteche, cerca de París, Francia 12 de junio de 1973 en esta captura de pantalla extraída de un vídeo

Su ideología se basaba en la estabilidad sin ser un dogmático de una u otra línea política. Se veía a sí mismo como un intelectual e historiador, cuyo objetivo era mantener la estabilidad del mundo fuese cual fuese el precio para pagar. Esta estabilidad tuvo su máximo exponente con la buena relación que se estableció entre Estados Unidos y China gracia a su intervención diplomática.

En 1975 fue perdiendo poder y su puesto de secretario de Estado ante el ascenso de su sucesor, Donald Rumsfeld, quien 28 años después dirigiría la invasión de Irak bajo el mandato de George Bush. Dos años más tarde, en 1977, dejó la Casa Blanca con una caída en desgracia que fue comparable a su meteórico ascenso. 

La llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca le separó todavía más del poder pese a que ambos formaban parte del Partido Republicano. Algo que ponía de manifiesto que Henry Kissinger tenía enemigos en el propio Partido Republicano y obviamente en el rival Partido Democrático, más de izquierdas. 

Kissinger era muy pragmático y sus enemigos políticos le criticaban principalmente por no tener principios y permitir prácticamente cualquier cosa para llegar a los objetivos marcados. 

REUTERS/BIBLIOTECA GERALD R.FORD - Henry Kissinger señala un mapa del Sinaí durante una reunión con el presidente estadounidense Gerald Ford y miembros del Congreso en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca en Washington DC, Estados Unidos, el 20 de enero de 1977

Entre sus éxitos mayores está el mencionado acuerdo de paz para la guerra de Vietnam, la estabilización de las relaciones de Israel con sus vecinos árabes tras la guerra de 1973 y la buena sintonía en parte con la antagonista URSS y con China. Un personaje que fue admirado y odiado a partes iguales y que tuvo gran influencia en el mundo.

Kissinger deja un legado de hombre de Estado incomparable para algunos y de criminal de guerra para otros. Lo cierto es que nadie determinó más que él, para bien o para mal, la política internacional en la historia moderna. Y muchos líderes le tuvieron en cuenta; de hecho, asesoró a doce presidentes -desde John Fitzgerald Kennedy a Joe Biden-, tuvo relación con todos los líderes de China -de Mao Zedong a Xi Jinping- y, cuando dejó sus responsabilidades políticas, fue muy solicitado como consultor, conferenciante y asesor.