El diario marroquí rechaza las versiones de algunos medios británicos basadas en informaciones publicadas por Hespress hace dos años
Hespress denuncia la manipulación sobre los hermanos Azaitar
14 de mayo de 2023 (08:45 h.)
Responsables del diario marroquí Hespress han comentado la manipulación que están realizando algunos medios en el Reino Unido sobre los hermanos Azaitar y sus actividades en Marruecos, dos años después de que el propio medio de comunicación marroquí abordara el tema. Estos responsables señalan que, con su misión periodística, Hespress estuvo a la vanguardia de la denuncia del "rico" historial delictivo de los gemelos "monstruos", en referencia a algunos de los hermanos Azaitar. De hecho, hace aproximadamente un año, Hespress publicó un artículo en el que analizaba los retos asociados a su rápida transición del infierno de las cárceles a la dicha de los palacios.
En aquel momento, Hespress no pretendía difamar ni entrar en polémicas estériles, sino dar la voz de alarma y llamar la atención sobre los peligros de la manipulación de los lemas y símbolos del Reino por parte de estos hermanos alemanes, y su excesivo alarde de relojes caros y coches de lujo, en un momento en que Marruecos se enfrentaba a una crisis social marcada por el alto coste de la vida, la inflación y la subida de los precios.
A pesar de que el debate estaba aún en pañales, Hespress no se escondió ni cedió a los tabúes. El medio publicó artículos que se alineaban con su convicción, afirmando que "Abu Azaitar tiene un historial criminal lleno de precedentes judiciales que supera el tamaño de un rollo de papel higiénico", tal y como lo había descrito años atrás el canal regional alemán "WDR".
Años antes del ataque mediático británico
Años antes del ataque de los medios británicos, en junio de 2021, casi dos años antes de los artículos de "The Economist" y "The Times", Hespress publicó un artículo en árabe y francés en el que describía a los hermanos Azaitar como "bombas de relojería".
Hespress afirmaba audazmente que "Abu Bakr Azaitar es un boxeador que oscila entre las ilusiones del califato y la codicia de riquezas".
Hespress dio muestras de valentía periodística al escribir: "los tres hermanos se han convertido en bombas de relojería colocadas por todas partes, que acabarán explotando en la cara de los marroquíes, además de su sospechosa riqueza y su excesiva extravagancia, que repugna a la gente."
Hespress no esperó más de dos años, como "The Economist" y "The Times", así como algunos medios de comunicación españoles y franceses, para plantear esta cuestión. Por el contrario, contribuyó a crear un debate público, junto con otros medios de comunicación nacionales, basado en los principios de libertad de expresión, ética periodística y protección del interés público, y se preguntó: ¿Cuál es el papel de Azaitar en el escenario político y social de Marruecos? ¿A qué túnel sin salida arrastrarán a Marruecos con sus rostros demoníacos?
Antes de que un periodista de "The Economist" se basara en fuentes que no son "de confianza en Marruecos", Hespress planteó preguntas sobre el origen de la revolución de Abu Azaitar y revisó todos sus combates deportivos y el valor de sus triunfos. En aquel momento, Hespress llegó a la conclusión de que Abu Azaitar debería leer atentamente la historia de Rasputín, pero no estábamos seguros de que fuera capaz de entenderla y comprender sus objetivos. Esta cuestión sigue abierta a todas las posibilidades excepto a una, que es la de comprender la historia.
A pesar de que las acciones de los tres hermanos son repulsivas, los artículos actuales de algunos periodistas extranjeros que abordaron tardíamente esta cuestión también produjeron repugnancia e indignación. Plantearon un amplio interrogante sobre la profesionalidad y credibilidad de estos medios que se cubren con el manto del "periodismo de investigación."
Representaciones raciales
Cuando Hespress mostró su escepticismo ante el intento de los hermanos Azaitar de engañar al público haciéndole creer que el rey Mohammed VI les concedía una "presunta protección", Hespress declaró explícitamente que esta opción era "muy exagerada y también engañosa". En aquel momento, ni el corresponsal de The Economist ni los periodistas del Times o del Independent habían empezado a remover este asunto a su manera, llena de confusión entre la política y los puntos de vista racistas coloniales.
Después de que el escándalo de los hermanos Azaitar recibiera una amplia cobertura en los medios de comunicación nacionales durante casi dos años, medios extranjeros como The Economist, Times y algunas publicaciones españolas y francesas publicaron artículos que retomaban el mismo debate marroquí y plagiaban artículos de Hespress y otros, con conclusiones impregnadas de política y que apuntaban excesivamente al rey marroquí y a sus instituciones de seguridad.
Lo intrigante es que estos medios de comunicación extranjeros, que llegaron tarde al asunto de los hermanos Azaitar, se permitieron publicar descripciones que, como mínimo, eran "tendenciosas, racistas y poco profesionales"
Cuando estos medios de comunicación extranjeros retuitearon y tergiversaron los artículos de Hespress sobre los tres hermanos, se atribuyeron falsamente la práctica del "periodismo de investigación", a pesar de basarse únicamente en una plataforma preexistente e incurrir en una excesiva focalización política debido a sus fuentes, que decidieron colorear con sus propios prejuicios.
Además, cabe señalar que el periódico "Economist" atacó indirectamente a Hespress, a pesar de basarse en él como "fuente y referencia para su artículo". Se trata de una extraña y abiertamente hipócrita desviación de sus normas y posiciones.
Cuando Hespress crea un acalorado debate público sobre la riqueza y los excesos de los hermanos Azaitar, se le tacha de estar próximo al bando del poder de forma condescendiente, afirma "The Economist". Sin embargo, cuando el propio "The Economist" publicó un artículo atacando al rey y a las instituciones marroquíes, imaginó que estaba practicando periodismo de investigación.
Es importante reconocer que Hespress no está aquí para entablar un diálogo estéril ni disputas mediáticas sobre la atribución de profesionalidad y evaluaciones periodísticas.
Por el contrario, necesitamos comprender los motivos ocultos y las agendas subyacentes de estos medios de comunicación extranjeros cada vez que publican artículos que abordan cuestiones marroquíes. Cada vez que los medios británicos, franceses o españoles publican un artículo sobre Marruecos, debemos buscar cuidadosamente en las profundidades del artículo los intereses de esos países en primer lugar, y las ambiciones y deseos de quienes se ocupan de ellos internamente.
Discusión nacional, objetivo extranjero
Cuando Hespress dedicó varios artículos a la cuestión de los hermanos Azaitar, el objetivo no era apuntar contra el rey o el sistema político en general, como hace en la actualidad exclusivamente la prensa española, francesa y británica.
En aquel momento, nuestra intención no era apuntar contra los propios hermanos Azaitar. Más bien, el objetivo deseado era disipar el "aura artificial" con la que los tres hermanos se estaban cubriendo para saltarse la ley y socavar los símbolos y lemas del Reino.
A pesar de esta discusión general que se ha consumido en exceso durante más de dos años en Marruecos, The Economist, The Times y otras publicaciones españolas y francesas han decidido saltar sobre este tema, incluso montándose a lomos de los hermanos Azaitar, para marcarse objetivos "políticos y difamatorios" contra el rey y las instituciones de seguridad del país.
Algunos que se presentan como "fuentes informadas sobre los asuntos marroquíes" han encontrado una ocasión de oro para transmitir sus mensajes políticos contra el sistema en el poder a través de estos periodistas extranjeros.
Y todos imaginan detrás de esta "colaboración" que se han beneficiado y han logrado sus metas y objetivos: estas "fuentes marroquíes desconocidas" creen que están desacreditando al sistema real y a las instituciones de seguridad mediante la táctica de "socavar por debajo de la jellaba", mientras que los periodistas extranjeros están vendiendo a Occidente artículos teledirigidos y manipulados.
Al igual que Hespress pidió hace unos dos años a los hermanos Azaitar que sacaran lecciones de la historia de la Rasputina, Hespress advirtió entonces a los marroquíes sobre lo que calificamos de "bombas de relojería".
Una vez más, Hespress hace un llamamiento a los "guardianes de la prensa y autoproclamados activistas de los derechos humanos" para que se arremanguen y muestren el valor necesario para hablar de las cosas en su contexto oportuno, en lugar de montarse en ellas tardíamente e imaginar que están en medio de un "¡gran avance periodístico!".
En aquel momento, Hespress no pretendía difamar ni entrar en polémicas estériles, sino dar la voz de alarma y llamar la atención sobre los peligros de la manipulación de los lemas y símbolos del Reino por parte de estos hermanos alemanes, y su excesivo alarde de relojes caros y coches de lujo, en un momento en que Marruecos se enfrentaba a una crisis social marcada por el alto coste de la vida, la inflación y la subida de los precios.
A pesar de que el debate estaba aún en pañales, Hespress no se escondió ni cedió a los tabúes. El medio publicó artículos que se alineaban con su convicción, afirmando que "Abu Azaitar tiene un historial criminal lleno de precedentes judiciales que supera el tamaño de un rollo de papel higiénico", tal y como lo había descrito años atrás el canal regional alemán "WDR".
Años antes del ataque mediático británico
Años antes del ataque de los medios británicos, en junio de 2021, casi dos años antes de los artículos de "The Economist" y "The Times", Hespress publicó un artículo en árabe y francés en el que describía a los hermanos Azaitar como "bombas de relojería".
Hespress afirmaba audazmente que "Abu Bakr Azaitar es un boxeador que oscila entre las ilusiones del califato y la codicia de riquezas".
Hespress dio muestras de valentía periodística al escribir: "los tres hermanos se han convertido en bombas de relojería colocadas por todas partes, que acabarán explotando en la cara de los marroquíes, además de su sospechosa riqueza y su excesiva extravagancia, que repugna a la gente."
Hespress no esperó más de dos años, como "The Economist" y "The Times", así como algunos medios de comunicación españoles y franceses, para plantear esta cuestión. Por el contrario, contribuyó a crear un debate público, junto con otros medios de comunicación nacionales, basado en los principios de libertad de expresión, ética periodística y protección del interés público, y se preguntó: ¿Cuál es el papel de Azaitar en el escenario político y social de Marruecos? ¿A qué túnel sin salida arrastrarán a Marruecos con sus rostros demoníacos?
Antes de que un periodista de "The Economist" se basara en fuentes que no son "de confianza en Marruecos", Hespress planteó preguntas sobre el origen de la revolución de Abu Azaitar y revisó todos sus combates deportivos y el valor de sus triunfos. En aquel momento, Hespress llegó a la conclusión de que Abu Azaitar debería leer atentamente la historia de Rasputín, pero no estábamos seguros de que fuera capaz de entenderla y comprender sus objetivos. Esta cuestión sigue abierta a todas las posibilidades excepto a una, que es la de comprender la historia.
A pesar de que las acciones de los tres hermanos son repulsivas, los artículos actuales de algunos periodistas extranjeros que abordaron tardíamente esta cuestión también produjeron repugnancia e indignación. Plantearon un amplio interrogante sobre la profesionalidad y credibilidad de estos medios que se cubren con el manto del "periodismo de investigación."
Representaciones raciales
Cuando Hespress mostró su escepticismo ante el intento de los hermanos Azaitar de engañar al público haciéndole creer que el rey Mohammed VI les concedía una "presunta protección", Hespress declaró explícitamente que esta opción era "muy exagerada y también engañosa". En aquel momento, ni el corresponsal de The Economist ni los periodistas del Times o del Independent habían empezado a remover este asunto a su manera, llena de confusión entre la política y los puntos de vista racistas coloniales.
Después de que el escándalo de los hermanos Azaitar recibiera una amplia cobertura en los medios de comunicación nacionales durante casi dos años, medios extranjeros como The Economist, Times y algunas publicaciones españolas y francesas publicaron artículos que retomaban el mismo debate marroquí y plagiaban artículos de Hespress y otros, con conclusiones impregnadas de política y que apuntaban excesivamente al rey marroquí y a sus instituciones de seguridad.
Lo intrigante es que estos medios de comunicación extranjeros, que llegaron tarde al asunto de los hermanos Azaitar, se permitieron publicar descripciones que, como mínimo, eran "tendenciosas, racistas y poco profesionales"
Cuando estos medios de comunicación extranjeros retuitearon y tergiversaron los artículos de Hespress sobre los tres hermanos, se atribuyeron falsamente la práctica del "periodismo de investigación", a pesar de basarse únicamente en una plataforma preexistente e incurrir en una excesiva focalización política debido a sus fuentes, que decidieron colorear con sus propios prejuicios.
Además, cabe señalar que el periódico "Economist" atacó indirectamente a Hespress, a pesar de basarse en él como "fuente y referencia para su artículo". Se trata de una extraña y abiertamente hipócrita desviación de sus normas y posiciones.
Cuando Hespress crea un acalorado debate público sobre la riqueza y los excesos de los hermanos Azaitar, se le tacha de estar próximo al bando del poder de forma condescendiente, afirma "The Economist". Sin embargo, cuando el propio "The Economist" publicó un artículo atacando al rey y a las instituciones marroquíes, imaginó que estaba practicando periodismo de investigación.
Es importante reconocer que Hespress no está aquí para entablar un diálogo estéril ni disputas mediáticas sobre la atribución de profesionalidad y evaluaciones periodísticas.
Por el contrario, necesitamos comprender los motivos ocultos y las agendas subyacentes de estos medios de comunicación extranjeros cada vez que publican artículos que abordan cuestiones marroquíes. Cada vez que los medios británicos, franceses o españoles publican un artículo sobre Marruecos, debemos buscar cuidadosamente en las profundidades del artículo los intereses de esos países en primer lugar, y las ambiciones y deseos de quienes se ocupan de ellos internamente.
Discusión nacional, objetivo extranjero
Cuando Hespress dedicó varios artículos a la cuestión de los hermanos Azaitar, el objetivo no era apuntar contra el rey o el sistema político en general, como hace en la actualidad exclusivamente la prensa española, francesa y británica.
En aquel momento, nuestra intención no era apuntar contra los propios hermanos Azaitar. Más bien, el objetivo deseado era disipar el "aura artificial" con la que los tres hermanos se estaban cubriendo para saltarse la ley y socavar los símbolos y lemas del Reino.
A pesar de esta discusión general que se ha consumido en exceso durante más de dos años en Marruecos, The Economist, The Times y otras publicaciones españolas y francesas han decidido saltar sobre este tema, incluso montándose a lomos de los hermanos Azaitar, para marcarse objetivos "políticos y difamatorios" contra el rey y las instituciones de seguridad del país.
Algunos que se presentan como "fuentes informadas sobre los asuntos marroquíes" han encontrado una ocasión de oro para transmitir sus mensajes políticos contra el sistema en el poder a través de estos periodistas extranjeros.
Y todos imaginan detrás de esta "colaboración" que se han beneficiado y han logrado sus metas y objetivos: estas "fuentes marroquíes desconocidas" creen que están desacreditando al sistema real y a las instituciones de seguridad mediante la táctica de "socavar por debajo de la jellaba", mientras que los periodistas extranjeros están vendiendo a Occidente artículos teledirigidos y manipulados.
Al igual que Hespress pidió hace unos dos años a los hermanos Azaitar que sacaran lecciones de la historia de la Rasputina, Hespress advirtió entonces a los marroquíes sobre lo que calificamos de "bombas de relojería".
Una vez más, Hespress hace un llamamiento a los "guardianes de la prensa y autoproclamados activistas de los derechos humanos" para que se arremanguen y muestren el valor necesario para hablar de las cosas en su contexto oportuno, en lugar de montarse en ellas tardíamente e imaginar que están en medio de un "¡gran avance periodístico!".