Hichem Aboud relata en Atalayar los detalles de su secuestro en España
La Guardia Civil salva a Hichem de ser repatriado a la fuerza a Argelia en el último momento
A su llegada a Barcelona en la noche del jueves 17 de octubre, fue secuestrado por cuatro hombres armados y con pasamontañas, a pocos metros de la residencia donde debía alojarse durante su estancia.
"Me introdujeron violentamente en el asiento trasero de un coche sin matrícula, que arrancó a toda velocidad en dirección a Málaga, siguiendo las órdenes del jefe de la banda". El jefe estaba exultante al teléfono, diciendo a sus superiores lo tenemos".
Durante todo el trayecto, que duró toda la noche del 17 al 18 de octubre y hasta el mediodía, nuestro colega imaginó todos los escenarios posibles, pero la que surgió con más frecuencia e insistencia fue la de una repatriación forzosa a Argelia, donde le esperaba un equipo de torturadores para hacerle pagar todo su trabajo periodístico. Una actividad dedicada, esencialmente, según comentó Aboud, a denunciar los abusos del régimen argelino, en particular, "la represión de toda libertad de expresión, la corrupción, la rapiña y todo lo demás que ha provocado el caos en un país rico".
"Los dos secuestradores que me habían retenido eran los únicos que quedaban cuando la Guardia Civil irrumpió en el lugar. El resto del grupo huyó. Tenía los ojos tapados por un pasamontañas, no podía distinguir lo que pasaba, sólo sé que los dos hombres que me levantaban por las piernas me soltaron. Los otros dos que me sujetaban por los brazos empezaron a arrastrarme por el suelo para alejarme de los gendarmes. Nos pusimos boca abajo y yo no entendía nada. Cuando oí las voces de los gendarmes, me quité la cinta que me tapaba la boca, me levanté el capó y vi al senegalés. Le pregunté qué pasaba. Me dijo: "Los piratas". Me puse a pensar y me dije a mí mismo que prefería piratas a secuestradores", relató Hichem.
Antes de que pudiera gritar, la Guardia Civil les ordenó ponernse de pie y levantar las manos. Entonces gritó "rehén, rehén" y les enseñó las manos atadas para que entendieran que no podía levantarse. El periodista argelino comentó que fue en ese momento cuando vieron que iba con el torso desnudo y los pantalones llenos de barro; entonces, esposaron a los dos secuestradores en el suelo y luego uno de ellos le ayudó a levantarse antes de desatarlo más lejos.
Según comentó a Atalayar, todos sus intentos de huida fracasaron estrepitosamente, y tuvo que confiar en Dios, esperando un milagro que abortara la operación criminal montada "por una organización terrorista con base en el sur de España y utilizada por los servicios secretos argelinos para capturar al periodista Hichem Aboud. Una primicia en los anales de la prensa africana y magrebí".
A orillas de un río, en Lebrija, un pueblo situado a unos cincuenta kilómetros de la ciudad de Sevilla, por fin se produjo el milagro. Justo cuando cuatro terroristas se disponían a embarcar a su rehén en una barca fluvial, con la cabeza y los ojos cubiertos por un pasamontañas, las muñecas firmemente atadas y la boca firmemente encintada, de repente, agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar, según nos comentó la víctima.
Los terroristas comenzaron a huir en estampida. Del grupo sólo quedaban un senegalés y un magrebí que sujetaban a Hichem Aboud por los brazos. Finalmente, fueron detenidos por miembros de los servicios de seguridad españoles. Este fue el final de la pesadilla para nuestro colega, que recibió el tratamiento necesario en el hospital civil de la ciudad antes de que se iniciaran los procedimientos de seguridad y judiciales de la investigación, cuyos primeros elementos revelaron "el vergonzoso acuerdo alcanzado entre un Estado que pretende ser respetable y una organización terrorista internacional formada por mercenarios de distintas nacionalidades para transportar droga y proteger los movimientos de los narcotraficantes", explicó Hichem Aboud.
Al final de su calvario, un emocionado Hichem Aboud declaró que "no encontraba palabras para expresar mi gratitud a la Guardia Civil española y, en particular, a los miembros de la brigada de Lebrija".
Añadió que su abogado, "Essakali Abdeljalil, se dirigirá próximamente al jefe del Gobierno español para denunciar este acto hostil del régimen argelino, que ha recurrido a los servicios de una organización terrorista en suelo ibérico para organizar el secuestro de un periodista pacífico".
La redacción de Atalayar, que se ha solidarizado con su periodista durante toda su desaparición, se felicita por este final feliz de un calvario doloroso y atroz. Pero bien está lo que bien acaba.