Irán nombra un nuevo embajador en Emiratos siete años después
Es oficial. Irán ha nombrado este martes un nuevo embajador en Emiratos Árabes Unidos después de siete años sin representación diplomática al más alto nivel en el acaudalado país del Golfo. Mohammad Reza Fayaz, el último embajador iraní en Abu Dabi, abandonó su plaza en 2016. Desde entonces, Hossein Heidari ha hecho las veces de embajador desde su puesto de encargado de negocios. Pero la inminente llegada de Reza Ameri abrirá una nueva etapa en sus relaciones bilaterales y, con ella, un nuevo espacio para la diplomacia en la región tras años de tensiones.
Reza Ameri ocupará una plaza que lleva vacante desde 2016. El diplomático persa venía ejerciendo como director general de la oficina de expatriados iraníes en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Antes había formado parte de la legación iraní en países como Argelia, Sudán y Eritrea, recoge la prensa local. Será el encargado de reconstruir las relaciones diplomáticas con Emiratos, con quien la República Islámica ha seguido manteniendo relaciones comerciales a pesar del distanciamiento político.
El viceministro de Exteriores iraní, Ali Bagheri Kani, confirmó a finales de marzo la noticia. El jefe del equipo negociador en Viena para reanudar el estancado acuerdo nuclear con los países occidentales aseguró en una entrevista con la agencia estatal de noticias IRNA que el proceso administrativo para otorgar las credenciales a Ameri está prácticamente terminado, por lo que su llegada a Abu Dabi podría ser cuestión de días. “En los últimos meses, los Emiratos Árabes Unidos han devuelto su embajador a Teherán y nosotros también hemos correspondido y nombrado un embajador, y se han tomado las decisiones necesarias”, explicó Bagheri Kani.
El pasado mes de agosto, el antiguo embajador de Emiratos en Teherán, Saif Mohammad Al Zaabi, recuperó su puesto en pleno reacercamiento diplomático con Irán. La medida formaba parte de una estrategia mayor que buscaba retomar relaciones con los actores con los que Abu Dabi había rivalizado desde la eclosión de la Primavera Árabe, como Qatar y Turquía. Así lo reconocería el consejero presidencial Anwar Gargash.
Emiratos apostaba así por tomar distancia de quien había sido –y es– su socio preferente, Arabia Saudí, a quien decidió seguir cuando rompió relaciones con Irán hace exactamente siete años, después de ver cómo una turba saqueaba e incendiaba su embajada en Teherán en respuesta a la ejecución por parte del reino wahabí del clérigo chií Nimr Baqr al-Nimr, una figura reconocida en Irán por pertenecer a la rama islámica mayoritaria en este país y por sus críticas contra la monarquía saudí. A partir de ese momento, las pronunciadas desavenencias, surgidas al calor de la Revolución iraní de 1979, estallaron, implicando de paso al resto de los actores regionales.
Pero el deshielo entre Irán y Arabia Saudí anunciado hace dos semanas en Pekín alteró el tablero. Hicieron falta cinco días de negociaciones intensivas con la mediación de China para conseguir algo que ni iraquíes ni omaníes pudieron alcanzar en conversaciones anteriores: reabrir sus respectivas embajadas y retomar los contactos diplomáticos en un plazo máximo de dos meses. Los demás puntos del acuerdo no han trascendido hasta la fecha, pero la diplomacia iraní no ha querido dejar pasar demasiado tiempo para reorganizar sus piezas en la región. Emiratos es el primer movimiento.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, quien fue precisamente el encargado de firmar el acuerdo histórico en Pekín en presencia del jefe de la diplomacia china, Wang Yi, y de su contraparte saudí, Musaad bin Mohammed Al Aiban, había visitado Abu Dabi a finales de marzo al frente de una delegación para preparar el aterrizaje del nuevo embajador y discutir nuevas vías para impulsar los intercambios comerciales, según los medios locales.
Durante su visita, Shamkhani se reunió con el presidente emiratí, Mohamed bin Zayed, y con su consejero de Seguridad Nacional, Tahnoon bin Zayed. Mohammed bin Rashid Al Maktoum, el primer ministro, ministro de Defensa y gobernador del emirato de Dubái, también quiso recibir al que fuera ministro de Defensa en el Gobierno del reformista Mohammad Jatamí. Shamkhani, por su parte, aprovechó la ocasión para explicar el renovado enfoque de Irán en la seguridad regional. Comenzaba así una nueva etapa.