Israel asegura que las acusaciones de Sudáfrica carecen de fundamento. Asimismo, recuerdan que Hamás ha amenazado con repetir el 7 de octubre “una y otra vez”, llamando a atacar a israelíes y judíos

“Israel está en la Corte Penal Internacional por defenderse”

Las fuerzas de seguridad israelíes inspeccionan un automóvil dañado en un ataque con cohetes desde Gaza en Har Adar - AFP/AHMAD GHARABLI

Comienza en la Corte Penal Internacional de La Haya la vista que estudiará la denuncia de Sudáfrica contra Israel por supuesto genocidio en la Franja de Gaza. Mientras, cientos de manifestantes -tanto pro-ísraelíes como pro-palestinos- se congregan cerca del tribunal y en varios puntos de la ciudad holandesa. 

  1. “Hamás infla las cifras de muertos y no diferencia entre terroristas y civiles”
  2. “Nuestros enemigos dicen que van a repetir el 7 de octubre una y otra vez”
  3. “No se puede construir la paz cuando tienes vecinos como Hezbolá o Hamás”

No obstante, estas audiencias que se desarrollarán entre hoy y mañana no entrarán aún en el fondo del caso, y solo se centrarán en la necesidad de adoptar medidas cautelares para, según Sudáfrica, “proteger los derechos del pueblo palestino contra daños mayores, graves e irreparables” durante la guerra entre Israel y Hamás.

El tribunal no se pronunciará inmediatamente sobre las acusaciones de genocidio, ya que esos procedimientos podrían llevar años. En este sentido, cabe señalar que las decisiones de la CPI son definitivas y sin derecho a apelación, aunque el tribunal no tiene forma de hacerlas cumplir.

Hoy la CPI escuchará los argumentos de Sudáfrica, mientras que Israel responderá a las acusaciones mañana, aunque desde Jerusalén ya han subrayado que este caso no tiene fundamento, tachando a Pretoria de ser el “abogado” de Hamás. Aharon Barak, prestigioso jurista de 87 años y opositor a la polémica reforma judicial del primer ministro Benjamín Netanyahu, será quien represente a Israel en La Haya.

En vísperas de esta audiencia, Netanyahu ha asegurado que Israel “no tiene intención de ocupar permanentemente Gaza o desplazar a su población civil”, contradiciendo de esta forma las declaraciones de ministros de extrema derecha sobre la vuelta de los asentamientos israelíes a Gaza.

“Israel está luchando contra los terroristas de Hamás, no contra la población palestina, y lo estamos haciendo en pleno cumplimiento del derecho internacional”, añadió el primer ministro israelí en un mensaje en inglés publicado en redes sociales. 

Por el momento, países como Irán Malasia, Pakistán, Bangladesh y Maldivas ya han manifestado su respaldo a la acusación de Sudáfrica contra Israel por genocidio, una de las acusaciones legales internacionales más graves que se puede hacer contra un Estado.

Para abordar este acontecimiento, la Asociación Judía Europea (EJA) ha organizado una sesión informativa que ha contado con la intervención de Yann Jurovics, especialista en crímenes de lesa humanidad y crímenes de genocidio; Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayan para Estudios del Oriente Medio en la Universidad de Tel Aviv; y el teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz internacional de las Fuerzas de Defensa de Israel. 

Jurovics ha señalado que, aunque el tribunal pueda decidir que no hay motivo para medidas provisionales, el caso no concluirá hasta dentro de varios años. “Sudáfrica pide algunas medidas y estas se decidirán en unos 15 o 20 días”, explica. 

Estas acusaciones llegan tres meses después de que Hamás lanzase un ataque por aire, mar y tierra contra Israel que dejó 1.200 muertos, miles de heridos y más de 200 personas secuestradas. Como respuesta, las FDI comenzaron una ofensiva aérea y terrestre sobre la Franja de Gaza con el fin de rescatar a los rehenes -más de 100 israelíes continúan secuestrados- y destruir la infraestructura de Hamás. 

“Hamás infla las cifras de muertos y no diferencia entre terroristas y civiles”

Las fuerzas israelíes han eliminado a numerosos terroristas desde el comienzo de la operación, llegando incluso a desmantelar la infraestructura de Hamás en el norte del enclave. Igualmente, se han localizado y destruido túneles, así como almacenes de armas. No obstante, la guerra también ha provocado una grave crisis humanitaria en Gaza. 

Según el Ministerio de Salud del territorio, dirigido por Hamás, más de 22.000 personas han muerto a consecuencia de los ataques israelíes. Israel, por su parte, responsabiliza a Hamás por el alto número de civiles muertos en Gaza, acusando al grupo terrorista de utilizar a los gazatíes como “escudos humanos”.

Las altas cifras facilitadas por Hamás son una de las bases de las acusaciones de genocidio contra Israel. No obstante, las autoridades israelíes resaltan que estos datos no son “verdaderos”. “Solo inflan las cifras y no diferencian entre los combatientes y los civiles”, matiza el teniente coronel Conricus, quien recuerda que Hamás combate contra las tropas israelíes vestidos de civiles.

“Los uniformes solo los usan en vídeos propagandísticos y desfiles, cuando combaten visten como civiles y eso se puede comprobar en los vídeos que ellos mismos publican”, indica. Esto representa un gran desafío a la hora de distinguir entre víctimas civiles o combatientes. 

Conricus indica además que Hamás y otras organizaciones terroristas de Gaza como la Yihad Islámica Palestina emplean a gazatíes como “periodistas” para labores de propaganda. De hecho, muchos “periodistas” que trabajan para medios de comunicación internacionales entraron a territorio israelí con los combatientes de Hamás el 7 de octubre, filmando las atrocidades que cometían los terroristas, según una investigación de Honest Reporting.

En este sentido, las FDI han asegurado que los dos periodistas asesinados recientemente en Gaza, Hamza al-Dahdouh y Mustafa Thuria -ambos del canal catarí Al Jazeera-, eran miembros de “organizaciones terroristas”.

“Los documentos encontrados por nuestras tropas en Gaza revelaron el papel de Thuria como subcomandante del escuadrón en la brigada de la ciudad de Gaza de Hamas, así como el papel de Al-Dahdouh en la unidad de ingeniería electrónica de la organización terrorista Jihad Islámica y anteriormente como subcomandante en el batallón Zeitun”, expone el Ejército israelí en un comunicado donde muestra también el documento que demostraría la relación entre ambos periodistas y los grupos terroristas. 

Respecto a esta cuestión, Conricus destaca que “Israel no tiene intención de matar periodistas”. El teniente coronel asegura que cuando las tropas israelíes saben que hay periodistas acreditados en una zona no la atacan hasta que no se van. “Realizamos esfuerzos para no atacar periodistas”, insiste. 

“Nuestros enemigos dicen que van a repetir el 7 de octubre una y otra vez”

El portavoz de las FDI también ha hablado sobre las acusaciones de genocidio contra Israel, afirmando que su país está en la CPI por defenderse. Los líderes de Hamás, antes y después del 7 de octubre, han llamado a atacar israelíes y judíos en varias ocasiones, pidiendo incluso la destrucción de Israel.

“Nuestros enemigos dicen que van a repetir el 7 de octubre una y otra vez”, recalca Conricus, recordando que Hamás, la Yihad Islámica y Hezbolá lanzan ataques recurrentes contra territorio israelí, disparando misiles contra núcleos de población, algo que viola las leyes internacionales. 

En cambio, de acuerdo con Conricus, las fuerzas israelíes actúan de acuerdo con la ley y son entrenadas y educadas de acuerdo con la ley humanitaria. 

Uzi Rabi, por su parte, ha querido matizar que esta guerra no se trata de Israel contra Hamás, sino de Israel -y el mundo libre- contra el llamado Eje de la Resistencia, liderado por la República Islámica de Irán. “Teherán debe ser visto como un pulpo”, subraya Rabi, haciendo referencia a sus múltiples vínculos con grupos armados de Oriente Medio, como Hamás, Hezbolá, los hutíes o las milicias pro-iraníes en Irak y Siria. 

“No se puede construir la paz cuando tienes vecinos como Hezbolá o Hamás”

Rabi considera que, frente al Eje de la Resistencia, se encuentra otra alianza liderada por Arabia Saudí que engloba a varios países que mantienen relaciones con Israel, como Egipto, Jordania, Bahrein, Marruecos o Emiratos Árabes Unidos.

Esta alianza, pro-occidental, está en contra del régimen iraní, de los Hermanos Musulmanes y de Hamás. “Por eso Israel no es enemigo, sino socio de este grupo”, declara Rabi. 

Respecto al fin de la guerra, Rabi explica que, si Israel fracasa en su objetivo de eliminar a Hamás, “será un desastre para el prestigio de Israel” y cambiará la forma en la que los países árabes y otros ven al Estado judío.

No obstante, si Hamás desaparece como organización, será el primer paso para crear una plataforma para construir una nueva realidad en la región. “No se puede construir la paz cuando tienes vecinos como Hezbolá o Hamás”, concluye Rabi, que antes de finalizar su intervención también aprovecha para advertir del peligro de las fakes news, de la desinformación y del dinero catarí que llega a campus universitarios occidentales.