El Comité de Descolonización abordó el enquistado asunto del Sáhara Occidental, sobre el que Marruecos ha recibido ya importantes apoyos

IV Comisión de la ONU: la propuesta de autonomía marroquí desde una perspectiva global

Concluyeron por enésimo año las sesiones plenarias de la IV Comisión de la ONU (Comité de Descolonización), en el marco del 78º periodo de sesiones de la Asamblea General, donde el evento estrella suele ser el turno de los peticionarios en relación con la cuestión del Sáhara Occidental. En un formato de intervenciones de tres minutos por parte de cada peticionario, se vivieron los clásicos intercambios de pareceres por parte de los defensores de una u otra postura. 

En el caso del Frente Polisario y sus afines, como era de prever y suele ser costumbre cada año, sus discursos fueron más militantes y flamígeros, sin mayor argumentación más allá de las clásicas alusiones a trasnochadas resoluciones de distintos organismos fechadas en el siglo pasado, soflamas victimistas en relación a la cuestión de los derechos humanos sin ninguna fuente fiable que las corrobore, así como continuas y exacerbadas faltas de respeto a la propia institución anfitriona en su propia sede, en base a una supuesta inacción que favoreciese a sus intereses. 

Por el contrario, venidos desde diferentes continentes, la mayor parte de los intervinientes que apoyaron la propuesta de autonomía marroquí tuvieron un poso más académico y sosegado, con alocuciones basadas en buena medida en hechos objetivos y fehacientes o sus propias experiencias sobre el terreno, y siempre con la única intención de colaborar en una solución realista e inmediata a una lamentable situación política y humanitaria que se prolonga incomprensiblemente desde hace casi medio siglo, debido sobre todo al obstruccionismo de unos pocos. En ese sentido, expondremos a continuación un breve resumen de algunas de las más relevantes: 

Abdul Latif Aidara, director general del Centro Africano de Inteligencia Estratégica (CISPaix) con sede en Dakar, puso de manifiesto la hipocresía de Argelia cuando se autodenomina un “mero observador” en relación con el conflicto, afirmando que “Argelia es totalmente responsable debido al apoyo diplomático, financiero, logístico, etc., hacia el Polisario”. 

Asimismo, criticó la negativa del país argelino a participar en el proceso político que conlleve una solución al diferendo, oponiéndose así a la resolución del Consejo de Seguridad en la materia y contraviniendo su responsabilidad como Estado, aseverando que “este país es una de las partes del diferendo, el cual ha utilizado para aplicar su agenda política en toda la región del Sahel. Por ello este país debe asumir su responsabilidad y comprometerse con seriedad en el proceso de mesas redondas, tal y como se pide en la resolución 2650”. 

Por otra parte, el jurista mexicano Israel Herrera, profesor Investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Campeche, se refirió a la cuestión de los niños soldado en territorio argelino gobernado por el Polisario, manifestando que “el uso de los niños en un contexto de conflicto armado constituye un crimen de guerra con arreglo al derecho internacional humanitario, representando una violación grave de los derechos del niño, y que de manera unánime ha sido condenada por la comunidad internacional”. Terminó recordando que la protección debe ser una “prioridad incansable”, instando a todos los Estados miembros a que actúen de manera decidida y concertada para poner fin al reclutamiento y uso de niños por parte de grupos armados como el Frente Polisario. 

Francisco Javier Giménez, director de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas “Norberto Bobbio” de Paraguay, aludía a la crisis humanitaria en los campamentos argelinos, al mencionar en su petición que “desde 1975, un numero impreciso de marroquíes —porque el Gobierno argelino y el Polisario se han negado sistemáticamente a censarlos— viven en condiciones infrahumanas en los campamentos de Tinduf, no pudiendo conocer otra forma de vida durante el último medio siglo en una de las zonas más inhóspitas del planeta”. Al respecto de dicho censo y la ayuda humanitaria, señaló que “el informe de la ONU advirtió de la grave crisis humanitaria en los campamentos, señalando una tendencia alarmante de desnutrición y recortes en las raciones alimenticias, debido principalmente a la sistemática malversación de ayuda humanitaria que lleva a cabo el Polisario, con la participación de funcionarios argelinos corruptos. 

También participó el exministro de Relaciones Exteriores del Perú y artífice de la ruptura de relaciones con la autoproclamada RASD en 2022 cuanto era titular en el cargo, Miguel Ángel Rodríguez Mackay, que, en materia de derecho internacional y sobre las resoluciones de la ONU enarboladas por el Polisario, precisó que “las referidas resoluciones, que son sometidas a la aprobación por los 193 Estados que integran la ONU, no tienen carácter vinculante, es decir, no tienen fuerza imperativa u obligatoria, quedando solo en su cualidad de recomendaciones”.

Según el político y jurista, “la cuestión del Sáhara marroquí es un asunto territorial de carácter geopolítico instigado por el país anfitrión de los campamentos de Tinduf en el contexto de la Guerra Fría. La RASD no existe, ni jurídicamente ni en la práctica, no tiene forma de gobierno, ni población, ni territorio, ni es reconocido por más del 85% de los Estados miembros de la ONU”, en clara alusión a los requisitos básicos para ser reconocido como un Estado según el derecho internacional. Y añadió que “la RASD no es más que una rama del Polisario cuya creación fue patrocinada por Argelia en total violación del derecho internacional con la intención de socavar la integridad territorial de Marruecos”

El exdiplomático mexicano y profesor de la UNAM Andrés Ordoñez exhortó a la ONU, y por extensión a la comunidad internacional, a realizar un “análisis desapasionado” del diferendo. Según el profesor, al hacerlo el contencioso revela su carácter artificial ya que “no es gratuito que, a petición del Reino de Marruecos, esta IV Comisión incluyese en su agenda la cuestión del Sáhara en 1963, una década antes de la creación del Frente Polisario”. 

En términos generales, cualquier solución a esta disputa que no sea la negociación política sería un “suicidio regional”, de la misma manera que un acuerdo pacífico constituiría una contribución histórica al bienestar económico y social de la región. En definitiva, se trata de realizar un ejercicio desapasionado de realidad histórica y realismo político en beneficio de la paz y seguridad internacional, para con ello apoyar sin cortapisas el apoyo que merece la iniciativa de autonomía marroquí. 

El periodista peruano Ricardo Sánchez Serra, presidente del Centro Federado de Periodistas de Lima, centró sus críticas en el Estado anfitrión de los campamentos. Sobre Argelia, el periodista agregó el necesario contexto histórico al rememorar que “fue este país que creó el Polisario con la ayuda del régimen de Gadafi en 1973, con intereses geopolíticos en la región, para con ello socavar la culminación de la integridad territorial de Marruecos. Cincuenta años después seguimos enfrentados a este contencioso, con tremendas violaciones del derecho internacional humanitario en los campamentos de Tinduf, en Argelia”. 

Recomendó también a que Argelia “asuma su responsabilidad y se siente en el proceso de las mesas redondas, para alcanzar una solución definitiva al conflicto artificial sobre el Sáhara marroquí, sobre la base de la Iniciativa de Autonomía, que el Consejo de Seguridad considera como la base más seria, creíble y realista”. Y por último recuerda que “los saharauis ya ejercen su derecho a la autodeterminación participando cuando participan en los procesos democráticos y electorales en Marruecos”. 

También hubo abundante participación de oriundos del territorio en defensa de la mencionada propuesta autonómica marroquí, saharauis como Shaibata Mrabih Rabou, presidente del Centro Sáhara de Estudios e Investigaciones sobre Desarrollo y Derechos Humanos, que denunció asimismo la cuestión del desvío de ayuda humanitaria, vinculándola directamente a la ausencia de un censo estricto e independiente que identifique a la población refugiada como es debido, “un censo que no ha sido efectuado nunca en casi medio siglo, contraviniendo las resoluciones del Consejo, como es el caso de la última de octubre de 2022”. Al igual que otros peticionarios, se centró también en la cuestión de los niños soldados, al afirmar que “la milicia polisaria explota a los niños, a través de la cultura del odio y el adoctrinamiento”

Concluyó diciendo que “el Polisario no tiene legitimidad democrática para decir que representa a toda la población, que en su mayoría es un pueblo pacifico leal a la paz y a los ideales de la integridad nacional marroquí, como puede comprobarse con los habitantes de las provincias del sur, los cuales eligen a sus representantes a través de mecanismos democráticos de elecciones cada seis años, encargándose de cuestiones locales y participando en el desarrollo económico y social del territorio”. 

Por otra parte, Limam Boussif, presidente de la Asociación Regional de la Juventud de la región de Dakhla Oued Eddahab, orientó su intervención hacia la cuestión del desarrollo económico de las provincias del sur, resaltando en su participación ante la IV Comisión el gran modelo de desarrollo lanzado en 2015, para el cual “se destinaron diez mil millones de dólares con el objetivo de lograr el desarrollo económico y social en beneficio de la población local, financiando más de 600 proyectos que contribuyen a la creación de 120.000 puestos de trabajo, alcanzando el 81% de realización en el primer semestre de 2023”. Asimismo, puso especial énfasis en el ámbito de la educación, especialmente en la región de Dajla, al explicar que “hoy en día, los estudiantes pueden completar sus estudios de posgrado ya sea a través de las clases preparatorias, la Escuela Nacional de Comercio y Administración, el Instituto Escuela de Enfermería o la Escuela Superior de Tecnología”. 

Terminó con una afirmación rotunda basada en dos puntos: “El hombre saharaui pudo sobrevivir y dos cosas nos ayudaron a superar las dificultades que afrontábamos: el primer factor es que nos convertimos en una región estable gracias al regreso a nuestra tierra natal, Marruecos. El segundo factor es el desarrollo, mediante el cual nuestra región fue construida y transformada desde un desierto a ciudades que tienen todas las necesidades de la vida, y donde prevalece el Estado de derecho. 

Sobre la cuestión medioambiental, el desarrollo sostenible y transición energética, en relación directa con el diferendo del Sáhara destacan varias intervenciones. La doctora mexicana de origen marroquí Amina El Mekaoui, responsable técnico del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) recordó que el Sahara marroquí, rico en recursos para la generación de energías renovables, “representa un punto de encuentro entre el desarrollo sostenible y la promoción de una paz duradera. La estabilidad regional es esencial para la paz global. La transición hacia fuentes de energías limpias y el crecimiento de una economía diversificada y sostenible en la región, pueden servir como un faro de inspiración para otras naciones africanas”. 

La estrecha relación entre la paz y el desarrollo sostenible es innegable, por lo que destacó el inmenso potencial en energías renovables del territorio, especialmente en energía solar, la cual “puede desempeñar un papel crucial en la transición hacia fuentes de energía limpias y en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, para que este potencial se materialice plenamente, es imperativo que exista un ambiente de paz y estabilidad”, resaltó. 

Ana Roios, jurista y politóloga portuguesa experta en legislación medioambiental de la UE, destacó que “el enfoque de Marruecos en la gestión de sus recursos es a la vez ético y sostenible, además de contribuir significativamente al desarrollo de la región, especialmente desde 2015”. Añadió asimismo que dichos recursos tienen el potencial de traer prosperidad no sólo a la población local, sino también a toda la región. “El Reino de Marruecos ha demostrado un fuerte compromiso con la gestión responsable de estos recursos naturales en el desarrollo de la región. En primer lugar, invirtiendo en infraestructura, la construcción y mejora de carreteras, aeropuertos y puertos. Y por otra parte en promover proyectos de energía renovable, que son especialmente importantes a la luz del Acuerdo de París y el próximo Mecanismo de Fronteras de Carbono de la UE”.

Para la abogada, el reclamo de Marruecos sobre esta región y su enfoque hacia el uso responsable de los recursos naturales merece “una evaluación honesta teniendo en cuenta las inversiones y los desarrollos en la región bajo la dirección marroquí a través del plan de autonomía”

Abdul Basit Syed, presidente de la organización inglesa World Humanitarian Drive, afirmó que “sin paz no hay desarrollo ni ejecución de los objetivos de desarrollo sostenible”. Sobre la propuesta de autonomía, invitó a todos de los miembros de la comunidad internacional a leer este ofrecimiento de forma pormenorizada “para que con ello identifiquen correctamente los planteamientos formulados en la misma en pro de solución duradera. El documento presentado por el Gobierno marroquí estipula un aperturismo constante en cuanto a su aplicación y posible impacto”. 

Por otro lado, habló de su relación con los representantes de las tribus del sur de Marruecos, las cuales “me mostraron claramente que lo que llaman el pueblo saharaui son en realidad marroquíes, y así se han considerado durante muchos siglos, teniendo una dilatada relación directa con las distintas dinastías que han gobernado el país durante siglos”. 

Finalmente, cabe resaltar la participación de Fadel Breica, activista saharaui y conocido en España por ser uno de los querellantes en la Audiencia Nacional contra Brahim Ghali, por violación de derechos humanos hacia su persona. Breica pidió a la ONU que ponga fin a la ilegalidad e impunidad en los campamentos. “Vivimos bajo un bloqueo militar impuesto por la milicia del Polisario, que continúa cometiendo muchas violaciones y delitos contra civiles inocentes. Matanzas extrajudiciales y reclutamiento de niños, violando los convenios de Ginebra y las obligaciones del país anfitrión tal y como establece el derecho internacional”, declaró. 

También habló del deterioro continuo de la situación en los campamentos de refugiados argelinos, denunciando que los lideres del Polisario reprimen duramente a los saharauis que critican su corrupción que desde hace años. “Las fuerzas del país anfitrión hasta ahora no han protegido a los saharauis que están bajo su jurisdicción, especialmente los que usan redes sociales como (único) medio de protesta para denunciar las malas prácticas y la ausencia de rendición de cuentas del Polisario, siendo estos secuestrados, desaparecidos y torturados en cárceles secretas durante meses”. 

Por parte española destacó principalmente la representación canaria, como en el caso de Manuel Vidal, periodista e investigador de la Universidad de Las Palmas, el cual recordó la necesidad de hacer buen uso de las oportunidades, al resaltar que “las oportunidades no se esperan, sino que se crean. No solo se trata de una solución de lo que muchos consideran la ‘realpolitik’, sino la necesidad de dejar atrás planteamientos trasnochados de la época de la guerra fría, que nada tiene que ver con la realidad vivida por los habitantes del Sáhara, integrados totalmente en la variada y multicultural sociedad marroquí” 

Igualmente incidió en que, durante este tiempo, Marruecos no ha dejado de trabajar por darle fuerza y relevancia a la iniciativa de autonomía desde la nueva constitución del país en el año 2011. “Marruecos ha mostrado una verdadera voluntad de integración de todo su pueblo, como podemos comprobar hoy en las antiguas ciudades españolas de El Aaiún, Smara y Dajla. Este esfuerzo no ha sido correspondido por las partes que solo proponen recuperar el enfrentamiento bélico”. 

Rafael Esparza, también profesor de la Universidad de Las Palmas, encaminó su alocución en resaltar que “la afirmación de que el Polisario es el representante legítimo del pueblo del Sáhara es una farsa, destinada a ocultar los numerosos crímenes cometidos contra la población cautiva de los campamentos de Tinduf durante los últimos cincuenta años”. En ese sentido, recordó la importancia de la aparición del Movimiento Saharauis por la Paz como nuevo e importante interlocutor, afirmando que “ha roto el monolitismo del Polisario de una manera contundente”. 

El Polisario no se creó hasta 1973, respondiendo a circunstancias propiamente marroquíes, cambiando sus objetivos al amparo de los intereses de Gadafi y mudándolos bajo el patrocinio argelino. Es una milicia armada estructurada según el modelo soviético de partido único, sin espacio para voces discrepantes, y que reprime a la disidencia”, concluyó. 

Para concluir este compendio de algunos de los discursos más reseñables pronunciados en esta IV Comisión, destacamos un extracto de la intervención de Ignacio Ortiz, presidente del Fórum Canario Saharaui y politólogo. Entre otras cuestiones, hizo hincapié en el execrable y apenas denunciado asunto de las violaciones de derechos humanos en los campamentos de Tinduf, el cual solo se focaliza hacia una parte y se obvia en la otra, la perpetrada en los campamentos, por razones sectarias e interesadas. En ese sentido, recordó que “Amnistía Internacional señaló en más de una ocasión (2014, 2020) que ‘los campamentos de refugiados de Tinduf son opacos a un escrutinio sobre esta cuestión’. Por otro lado, Human Rights Watch, señaló que ‘recibieron señalamientos creíbles de la persecución de algunos disidentes por parte de las autoridades, y que se infringieron derechos de civiles al ser juzgados en tribunales militares’. Todo ello con la complicidad argelina”. 

Algunos ejemplos utilizados en su intervención de estas violaciones de derechos fundamentales en los campamentos por parte del Frente Polisario son la constante represión de la disidencia, la privación de libertad de mujeres que participaron en el programa “Vacaciones en paz”, o la inmoral utilización de los niños soldado. “Sin embargo, la mayoría de los saharauis viven dignamente en el Sáhara marroquí, disfrutan de una vida prospera, con trabajo y progresión social”, finalizó. 

Pueden consultarse las sesiones plenarias de esta IV Comisión ONU, relacionadas con esta cuestión, en UN Web TV: 

https://media.un.org/es/asset/k1w/k1wnsprqlc 

https://media.un.org/es/asset/k1o/k1oeentnkp 

https://media.un.org/es/asset/k1g/k1gql48wjg