Kim Jon-un pide ayuda a Vladimir Putin para enviar a un norcoreano a orbitar la Tierra
El presidente ruso Vladimir Putin y el mandatario norcoreano Kim Jong-un se han reunido en el nuevo cosmódromo siberiano de Vostochny para apalabrar cruciales acuerdos de esos que se califican de ganar-ganar. Motivos no les faltan.
Rusia necesita con urgencia que Corea del Norte le garantice incrementar los suministros de importantes cantidades de misiles, municiones de artillería de todos los calibres, sistemas de armas, vehículos de combate y equipamientos logísticos, para reponer sus pérdidas en la Guerra en Ucrania y fortalecer las capacidades de combate de su Ejército.
Pyongyang precisa afianzar su alianza estratégica con Moscú y dotarse de nuevos aviones de combate y barcos de guerra, está empeñada en superar sus recientes y reiterados fracasos en la puesta en órbita de satélites militares, y busca demostrar a Washington que es capaz de ser un nuevo actor espacial emergente a tener en cuenta en el escenario asiático. Con todo lo anterior confía en disponer de nuevas bazas ante la Administración Biden.
Kim Jong-un ha llegado a Rusia en visita oficial con la firme voluntad de conseguir que Vladimir Putin autorice a los ingenieros de su agencia espacial ‒Roscosmos‒ a prestarle ayuda para hacer fiables los deficientes lanzadores norcoreanos, que hasta el momento solo le han dado disgustos. También pretende que los técnicos rusos le presten colaboración en el desarrollo de satélites espía de alta resolución.
Pero, sobre todo, la gran ambición del amado líder es enviar cuanto antes a uno de sus ciudadanos al espacio, adelantarse a Corea del Sur e intentar abochornar al Gobierno del presidente Yoon Suk-yeol. Sería el modo en que Kim Jong-un podría quitarse la espina que tiene clavada por la sonda espacial surcoreana Danuri, que la agencia espacial de Seúl (KARI) tiene en órbita alrededor de la Luna desde el 16 de diciembre de 2022.
Orbitar la Tierra sin acceder a la ISS
El secretario de prensa y portavoz del presidente ruso, Dimitri Peskov, ha confirmado que la delegación rusa y el propio Putin pusieron el acento en ofrecer “oportunidades de cooperación en cuestiones espaciales” y que “si el Gobierno de Pyongyang lo desea”, Rusia está en condiciones de “entrenar y lanzar a un cosmonauta norcoreano al espacio”.
Roscosmos sería la encargada de la selección final y del adiestramiento de dos militares norcoreanos para convertirlos en cosmonautas. Uno de ellos sería el elegido para viajar al espacio y limitarse a orbitar la Tierra en un vuelo autónomo de ida y vuelta en una cápsula tripulada Soyuz. Por supuesto, acompañado por dos cosmonautas rusos y dentro de algo más de un año.
En ningún caso, el cosmonauta coreano podría acceder a la Estación Espacial Internacional (ISS), algo que cuenta con el absoluto y total veto de Estados Unidos y Japón. No obstante, cabe la posibilidad de que, si se cuenta con el beneplácito del presidente chino Xi Jinping, la cápsula rusa Soyuz podría atracar en la estación espacial china Tiangong y el primer cosmonauta norcoreano y los dos rusos convivir algunos días con los tres chinos que la habitan.
El interés de Pyongyang también está en ultimar el desarrollo de un nuevo lanzador espacial de fabricación nacional y disponer de capacidades para producir satélites de reconocimiento militar de alta resolución. La llamada Administración Nacional de Desarrollo Aeroespacial (KCST) ya ha intentado en mayo y en agosto de 2023 posicionar en órbita una pequeña plataforma de observación de fabricación domestica que, sin ningún rubor, había denominado oficialmente de satélite espía. En ninguna de las dos ocasiones consiguió sus propósitos.
En la segunda oportunidad, el satélite espía había sido bautizado Malligyong 1 ‒telescopio, en español‒, pero no pudo alcanzar su órbita prevista al ocurrir una letal anomalía en la separación de las etapas de propulsión del lanzador Chollima-1, caballo alado, en español. Los restos del cohete y del satélite están en las profundidades del mar Amarillo aunque fueron rescatados por la Armada de Corea del Sur. El próximo despegue está previsto para octubre próximo y la KCST desea contar con la supervisión de los experimentados ingenieros rusos.
Gran interés por la tecnología de cohetes
Tal situación hace comprensible el interés de Kim Jong-un por conocer de primera mano las principales instalaciones de la nueva base espacial de Vostochny ‒a 5.500 kilómetros al Este de Moscú, en el llamado Lejano Oriente de Rusia‒, primera parada de su periplo oficial de varios días por Rusia, que dio comienzo el 13 de septiembre y que se prolonga hasta final de la presente semana.
Junto a Vladimir Putin, el amado líder ha conocido los detalles del enorme edificio para la integración de los nuevos lanzadores Angara, su rampa de despegue y también la del cohete Soyuz-2. En un fugaz encuentro con los medios de comunicación, Putin ha recalcado que Kim Jong-un tiene “un gran interés por la tecnología de cohetes y trata de desarrollar capacidades de exploración espacial”.
La delegación norcoreana capitaneada por Kim Jong-un todavía se encuentra de visita oficial por los principales enclaves industriales de Siberia. Tras negociar con Putin en Vostochny, ha estado en Komsomolsk del Amur, una importante ciudad del Lejano Oriente, donde ha recorrido varias plantas de producción del gigante aeronáutico ruso United Aircraft Corporation. Allí ha conocido el proceso de fabricación de los cazas Sukhoi Su-35 y Su-57 y la línea de montaje del avión de pasajeros Sukhoi Superjet 100, con capacidad para un centenar de plazas. Ahora está en Vladivostok, para conocer sus astilleros de buques de guerra.
Primera cumbre en cuatro años entre ambos mandatarios ‒que además se celebra en un difícil entorno geoestratégico para los dos países‒, el recibimiento que ha dispensado Putin a su invitado ha sido a lo grande. Para dar idea de la importancia que el Kremlin ha concedido a la visita, el presidente Putin se ha rodeado de los ministros de Exteriores, Defensa, Transportes y Recursos Naturales, Sergei Lavrov, Sergei Shoigu, Vitali Savelyev y Alexander Kozlov, respectivamente.
La delegación rusa se ha completado con cuatro viceprimeros ministros ‒uno de ellos el influyente de Industria y Comercio Exterior, Denis Manturov‒, el director general de Roscosmos, Yuri Borisov, y el recién nombrado director general del Centro de Explotación de Infraestructuras Espaciales Terrenas (TsENKI), el general Nikolai Nestechuk, veterano de la rama espacial militar rusa y máximo responsable de las instalaciones del cosmódromo de Vostochny.
Pyongyang ha notificado que la delegación norcoreana capitaneada por Kim Jong-un está formada por una quincena de altos cargos, pero solo ha dado a conocer a cinco de ellos: la ministra de Exteriores, Choe Son Hui; el vicepresidente de la Comisión Militar Central, mariscal del Ejército Popular Pak Jong Chon; el ministro de Defensa, general Kang Sun Nam; y los secretarios del Comité Central del Partido de los Trabajadores, O Su Yong y Pak Thae Song.