La Asamblea General para la Tolerancia y la Paz pide un alto el fuego para Libia
La Asamblea General para la Tolerancia y la Paz (Global Council for Tolerance and Peace) ha emitido un comunicado en el que ha pedido un alto el fuego en Libia, que padece una guerra civil desde el año 2011 en la que se enfrentan el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, y el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar.
En la sesión extraordinaria y virtual que se ha celebrado, la entidad ha manifestado la necesidad de “apoyar el diálogo nacional (libio-libio) y el proceso de paz en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), respetar la seguridad y la independencia de Libia, promover la transición democrática y la celebración de elecciones en Libia, reforzar el papel de la sociedad civil y la reconstrucción en Libia a través de las organizaciones y las comisiones de la sociedad civil y aquellas especializadas en la formación, fomentar el respeto de los derechos humanos con promover el orden democrático a través de reforzar el sistema educativo, apoyar las organizaciones de los derechos humanos, rehabilitar a las familias de las víctimas, a las mujeres y a los niños, y fomentar a los emprendedores”.
La nota de la Asamblea tiene también un potente mensaje: “Ya pesar de la violencia, la inestabilidad y el creciente ritmo de los acontecimientos en Libia, aún existe una oportunidad para establecer la paz. De ahí, son esenciales aquellos esfuerzos comunes y el coordinado apoyo por parte de la comunidad internacional para conseguir la estabilidad y la paz”.
La entidad ha mostrado su apoyo a todas las iniciativas abiertas para lograr un alto el fuego en la nación norteafricana, desde la vía iniciada por la ONU, que es apoyada por los aliados del GNA, como Turquía, y también por Estados Unidos; hasta la propuesta que presentó el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, -socio del LNA- a principios del mes de junio, y que fue defendida por Francia y la esfera árabe encabezada por Emiratos Árabes Unidos. También ha condenado la injerencia extranjera en la contienda, como la que ha llevado a cabo Ankara para apoyar al GNA con el envío de más de 16.000 mercenarios, en su mayoría sirios -de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés)- o las milicias, incluidas rusas, que han contribuido a la campaña del LNA.
“La Asamblea General del CGTP ha hecho un llamamiento a todos los países, las Naciones Unidas, la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica, la Unión Africana, la Unión Europea y los organismos pertinentes con el fin de instar a todas las partes libias a renunciar a la violencia y las luchas internas y recurrir al diálogo para poner fin a la crisis libia; evitar un derrame de sangre; respetar los derechos humanos y devolver a Libia su papel clave en la contribución a garantizar la paz y la seguridad internacionales y la prosperidad de los pueblos de la región”, concluye la nota.
En la última semana, en previsión a la batalla que podría librarse sobre el enclave geoestratégico de Sirte, al norte del país, y posteriormente sobre Al-Jufra, en el centro, donde se ubica la mayor base aérea de Libia, los esfuerzos para lograr un alto el fuego se han multiplicado. Este jueves se conocía que Haftar se reunía en secreto con una delegación de Estados Unidos para negociar el cese de las hostilidades. Washington le exigió al mariscal la retirada de todas sus fuerzas de la Media Luna Petrolera -la franja de territorio que se extiende a lo largo de la costa libia desde Sirte hasta Ras Lanuf- y que aceptase la presencia de una fuerza de paz europea en la zona, según informó entonces el analista Ragip Soylu de Middle East Eye.
También salió a la luz esta semana las conversaciones que estaban manteniendo oficiales de Turquía y Rusia -que, cabe recordar, apoyan a diferentes bandos en la guerra- para lograr un alto el fuego “inmediato” y acordar un reparto de esferas de influencias. Hasta el momento, ninguna de las negociaciones ha prosperado.