El Líbano continúa sumido en la oscuridad
El Líbano atraviesa una de sus crisis más importantes. En el sector eléctrico las reservas se encuentran bajo mínimos. El combustible, necesario para hacer funcionar las centrales, sigue siendo muy escaso haciendo que la población dependa en su mayoría de las centrales eléctricas privadas y ni siquiera estas pueden garantizar un suministro suficiente.
Durante el fin de semana el Líbano sufrió dos considerables cortes de luz generales después de que dos importantes plantas eléctricas dejasen de funcionar tras haberse quedado sin combustible, según anunció la Compañía de Electricidad oficial. El Ejército tuvo que intervenir para reestablecer el suministro eléctrico a la población. En su actuación, los oficiales liberaron cierta cantidad de combustible Diesel para socavar el vacío eléctrico y tratar de reactivar de forma parcial las plantas de electricidad. Sin embargo, este combustible solo es suficiente para que las plantas operen durante tres días.
El ministro de energía libanés, Walid Fayyad emitió unas palabras de agradecimiento al primer ministro, Najib Mikati y al comandante de Defensa, Joseph Aun, por su “rápida respuesta para reconectar la red eléctrica” tras entregar al mano del Ejército 6.000 kilolitros de gasóleo en los laboratorios de Deir Ammar y Al-Zahrani de la reserva del Ejército libanés.
El Líbano está siendo escenario de una de las peores crisis económicas del mundo. Durante meses, el país ha sufrido múltiples dificultades para proporcionar y gestionar las cantidades de combustible necesarias para que las plantas de producción de electricidad funcionen correctamente. En zonas importantes del país, el establecimiento oficial, que suministra 1 hora de electricidad, es escaso y a penas consigue proporcionar electricidad. Asimismo, las reservas de combustible que necesitan los generadores de electricidad privados se están agotando.
Con el objetivo de tratar de surtir electricidad al país, el grupo chiita Hezbolá, considerado como grupo terrorista por parte de Estados Unidos, ha llegado a una serie de acuerdos con Irán para que este abastezca al Líbano de combustible a través de diversos camiones, a pesar de las sanciones impuestas desde Washington.
Con los nuevos cortes de luz, la ayuda provista por parte de Irán ha demostrado ser insuficiente. De acuerdo con diferentes políticos libaneses, consideraron que la demostración en las calles de los camiones provistos de combustible iraní tenía como fin promover y justificar el papel de Irán en el Líbano, así como preparar el terreno para la llegada del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hussein Amir Abdollahian, a Beirut.
Los camiones por parte de Teherán comenzaron a llegar al país a mediados del mes pasado, acontecimiento que no estuvo exento de críticas por parte de los políticos de la oposición que opinan que la llegada de este combustible solo afianzará más la influencia de Irán en el Líbano y expondrá al país a ser el blanco de sanciones internacionales.
En este contexto, el Líbano ha llegado a una serie de acuerdos para importar electricidad de Jordania y gas de Egipto a través de Siria. A su vez, el gobierno firmó un acuerdo con Irak para recibir cantidades de “fuel oil”. De manera paralela, la facción de Hezbolá importó combustibles de Irán.
Como respuesta, el patriarca manorita, Béchara Boutros Rai, advirtió que “la ayuda de Irán” recibida por parte del Líbano significaba una actuación por parte del país chií para mantener “la hegemonía en el país”. En su sermón dominical, el patriarca expresó que el Líbano “debe preservar la independencia, la soberanía y su relación natural del país, por lo que alguna ayuda a modo de tapadera no servirá para dominar el Líbano y socavar su identidad y su papel pacífico”.
El ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, prometió durante su llegada a el Líbano la construcción de dos nuevas fábricas para producir electricidad. Sin embargo, las fuerzas políticas de país son escépticos ya que “Irán padece diversos problemas internos” en especial “en el ámbito de la prestación de servicios a los propios iraníes”.
En este aspecto, la reforma del sistema eléctrico es uno de los problemas más importantes que debe afrontar el nuevo gobierno interino, encabezado por Najib Makiti, nombrado el pasado septiembre después de 13 meses sin gobierno. Como nueva medida, el Ministerio de Energía libanés expresó que había obtenido la aprobación por parte del Banco Central del Líbano para tratar de obtener 100 millones de dólares en licitaciones para importar el combustible que se emplearía con el objetivo de generar electricidad.
Desde la comunidad internacional se están realizando sendos reclamos para que el Líbano ejerza una reforma integral del sector eléctrico que estaría generando grandes pérdidas al tesoro estatal. Estos gastos le habrían costado al tesoro público más de 400.000 millones de dólares desde el fin de la guerra civil que atravesó el país entre 1975 y 1990.