Líderes iraquíes piden a Arabia Saudí resolver su rompecabezas político
Uno de los líderes de la coalición pro-iraní conocida en Irak como “Marco de Coordinación”, Ammar al-Hakim, viajó a Riad a mediados del mes de agosto para pedir una mediación por parte del Gobierno saudí en la larga y grave crisis política que atraviesa Irak desde sus pasadas elecciones.
En los últimos comicios, el clérigo Mudqtada al-Saadr alcanzó una victoria pírrica, alzándose como el candidato más votado para presidir el Gobierno. Pero la falta de votos en la Cámara Baja iraquí le impidió ser nombrado a la Jefatura de Gobierno. Sus apoyos fueron menguando poco a poco, debido a la situación de inestabilidad, mayormente propiciada por Irán, en la provincia autónoma kurda del norte.
Tras anunciar el Marco de Coordinación, la coalición de partidos pro-iraníes, que su candidato, Mohamed Shia al-Sudani, intentará alzarse hasta la presidencia, los seguidores de al-Saadr bloquearon los caminos hacia ese escenario con fuertes movilizaciones que resultaron en el asalto al Parlamento.
En esta situación de bloqueo político, ha trascendido el viaje de uno de los líderes del Marco de Coordinación hasta Arabia Saudí, principal rival geopolítico de Irán en la región. Ammar al-Hakim, un chiita miembro de un largo linaje de clérigos iraquíes, siempre se ha mostrado muy próximo al poder de Teherán. Prácticamente toda su educación transcurrió en la capital de los ayatolás, por el exilio de su familia durante el Gobierno de Saddam Hussein, que llegó a ejecutar a 7 de sus familiares. De vuelta en Irak, participó activamente en la vida política hasta llegada a presidir el Consejo Supremo Islámico de Irak, un partido político títere de Irán.
Al-Hakim llegó el jueves noche al aeropuerto internacional de Jeddah y se le recibió con honores y una recepción oficial encabezada por el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman junto con el ministro de Exteriores saudí, Walid bin Abdul Karim.
Por su trayectoria y por el enfrentamiento entre Irán y Arabia Saudí, sorprende en un primer momento la visita de al-Hakim a Jeddah. De acuerdo con observadores internacionales y analistas citados por el medio árabe al-Arab, con sede en Londres, la visita no es otra cosa que un intento desesperado por poner fin al bloqueo político iraquí. Según las mismas fuentes, el Marco de Coordinación acudiría a Riad para convencer a al-Saadr de suavizar su posición y conseguir pactar una fecha para abrir canales de diálogo con el vencedor de las elecciones.
El Marco de Coordinación estaría incluso dispuesto a trabajar con el primer ministro interino, Mustafá al-Kazemi, pese a haberle atacado repetidamente durante la campaña electoral y después de los resultados.
De cara al público al-Hakim ha preferido mostrar su visita a Jeddah como un cordial encuentro para abordar una gran variedad de temas, entre ellos la comunicación del líder chiíta admite que se trató la situación de estancamiento político que vive Irak. “Elogiamos los planes de desarrollo de Su Alteza el Príncipe Heredero, especialmente la visión 2030 del Reino, y las repercusiones positivas de esos planes en los países de la región en general y en Irak en particular. Discutimos los desarrollos en la arena iraquí y enfatizamos que el diálogo entre las distintas partes es la mejor manera de alcanzar soluciones satisfactorias al actual estancamiento político en Irak”, anuncia al-Hakim a través de su cuenta de la red social Twitter. “Hicimos hincapié en que las soluciones deben seguir siendo iraquíes sin presiones externas”, añade también para hacer referencia a influencias extranjeras en Irak.
Aid al-Hilali, compañero de filas de al-Hakim en el Marco de Coordinación, también hizo algunas declaraciones a la agencia de noticias iraquí vinculando directamente la visita de al-Hakim a un intento por desatascar la situación de bloqueo por la que pasa Irak. Al-Hilali aseguró a los medios que la Arabia Saudí de hoy en día no es la del pasado y que las vinculaciones entre su Gobierno y el movimiento del clérigo al-Saadr pueden ayudar a convencer al ganador de las elecciones para llegar a un acuerdo.
Con estas declaraciones se podría interpretar que al menos los líderes políticos del Marco de Coordinación tienen la intención de mantener las mejores relaciones posibles con Arabia Saudí a la vez que se mantienen bajo la sombra iraní. La fragilidad de la economía y de la infraestructura energética iraquí en estos momentos precisa de la participación en inversión de Arabia Saudí, el mejor colaborador al que podría optar Irak para su desarrollo.
De la intervención de Arabia Saudí para empujar al movimiento saadrista hacia alguna salida, se podría esperar la convocación de unas nuevas elecciones en el plazo de un año, con el la premisa de que unos nuevos resultados traigan un desempate en el Parlamento y hagan posible la elección de un primer ministro.