Los Hermanos Musulmanes y el posible bloqueo del proceso en Libia
El proceso democrático en Libia continúa su desarrollo de camino a las próximas elecciones previstas para el mes de diciembre. Después de que el Foro de Diálogo Político Libio acordase establecer estos comicios para desencallar la situación del país norteafricano y poner un orden consensuado en las instituciones gubernamentales, se sigue trabajando en esa línea bajo el auspicio de Naciones Unidas y el consenso de las diferentes facciones enfrentadas en el conflicto libio.
Pero todavía hay sombras, según informaciones reveladas por el medio Al-Arabiya, los Hermanos Musulmanes podrían ser uno de esos elementos obstaculizadores del procedimiento.
Al-Arabiya ha señalado que podría existir un supuesto plan orquestado para entorpecer la organización de las elecciones parlamentarias y presidenciales programadas para fines de este año, y para extender la fase de transición actual, liderada por determinados partidos que persiguen obstaculizar el proceso.
Ante estos posibles actores que ponen el peligro el desarrollo de lo planificado, Estados Unidos ya amenazó con imponer sanciones a quienes pongan impedimentos a las elecciones, como señaló la representante estadounidense ante la Organización de Naciones Unidas, Linda Greenfield.
En este escenario entraría la Hermandad Musulmana, que, ante la disposición electoral aprobada por el Foro de Diálogo Político Libio para el próximo 24 de diciembre, fecha para la celebración de elecciones en Libia, podría entorpecer presuntamente el proceso electoral, según el analista político Muhammad al-Raish.
En una entrevista concedida a Al-Arabiya, Al-Raish señaló que los Hermanos Musulmanes representan un impedimento importante ante las próximas elecciones. Algo que se habría evidenciado supuestamente, según apuntó, a través de recientes movimientos encaminados a posponer las elecciones, al plantear puntos de discordia respecto a la base constitucional sobre la que se desarrolla el proceso.
Según lo apuntado en Al-Arabiya, la iniciativa de los Hermanos Musulmanes estaría basada en principio en sus peticiones de establecer un mecanismo para elegir al presidente a través del Parlamento y los poderes, en lugar de ser elegido por el pueblo, algo que podría ser una manera de consolidar la permanencia de poderes propios en la dirección política del país norteafricano.
Al-Raish también señaló que la organización islamista de la Hermandad Musulmana se habría dirigido al jefe de la Alta Comisión Electoral, Imad al-Sayeh, para echarle de su puesto, afectando así seriamente a este organismo, el cual desempeña un papel fundamental en el proceso electoral.
Estas maniobras podrían explicarse por una supuesta pérdida de apoyos de los Hermanos Musulmanes dentro de Libia, país que lleva sufriendo una guerra civil desde 2014 en la que se han enfrentado las facciones representadas por el Gobierno de Acuerdo Nacional liderado por Fayez al-Sarraj y el Ejército Nacional de Libia comandado por el mariscal Jalifa Haftar y asociado al otro Ejecutivo de Tobruk radicado en el sector oriental.
Libia se había convertido ya en un tablero de juego con la participación de potencias extranjeras con intereses creados en el país norteafricano, el cual tiene un interés geoestratégico importante en el arco mediterráneo y posee unas importantes reservas de petróleo. Por un lado, había países como Turquía, Qatar o Italia, que vinieron apoyando al bando de Al-Sarraj, y otros como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto o Rusia, que daban soporte a la parte representada por las fuerzas de Jalifa Haftar, como han venido explicando diversos analistas.
Incluso se vino denunciando desde varios medios la presencia de mercenarios sobre el terreno, como los supuestamente enviados por el país turco provenientes de la guerra de Siria y presuntamente ligados a organizaciones yihadistas, como publicaron diferentes medios.
El conflicto bélico estaba decantado más a favor del Ejército Nacional libio, pero la participación de Turquía, que se asoció con Al-Sarraj tras un pacto a finales de 2019 que significaba el apoyo militar turco a la facción del Gobierno de Acuerdo Nacional y el reparto de zonas económicas exclusivas en el Mediterráneo, niveló la balanza e hizo retroceder a las huestes de Haftar.
En este escenario llegó la imperiosa necesidad de llegar a un acuerdo político para detener las hostilidades y se alcanzó por fin el acuerdo bajo el auspicio de Naciones Unidas, con la creación de un nuevo Gobierno liderado por el primer ministro Abdul Hamid Dbeiba, que contó con el apoyo de las partes enfrentadas de cara a liderar el proceso democrático y culminarlo con las elecciones del próximo mes de diciembre.
Unas elecciones que podrían ser supuestamente obstaculizadas por los Hermanos Musulmanes, como se apuntaba en el medio Al-Arabiya. Precisamente, la Hermandad Musulmana ha estado muy relacionada con Turquía, como señalaron diversos expertos, aunque el país presidido por Recep Tayyip Erdogan ha visto con buenos ojos la formación del nuevo Ejecutivo transitorio libio liderado con Dbeiba, figura muy próxima a Turquía, según han publicado algunos medios. Una Hermandad que, por su parte, es una organización considerada terrorista por diversos países como Estados Unidos o Egipto.
Otro punto relevante es la presencia de milicias en territorio libio, un problema que hay que solucionar. Desde diversos puntos se considera básico sacar a las milicias presentes en Libia para ir poniendo fin al conflicto bélico que se lleva sufriendo desde hace siete años y ayudar así todavía más a la celebración de unas elecciones con todas las garantías para afrontar un proceso democrático pleno en el país norteafricano.