Mali: los grupos armados abandonan las conversaciones de paz
La coalición de grupos armados del norte de Mali, conocida como Marco Estratégico Permanente para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo (CSP-PSD), ha decidido retirarse unánimemente de las conversaciones de paz basadas en un acuerdo alcanzado en Argelia en 2015. Dicho tratado, firmado entre el entonces gobierno civil maliense y grupos armados, tenía como objetivo restaurar la paz y la estabilidad en el norte del país después de que en 2012 los separatistas tuareg del Movimiento para la Liberación de Azawad (MNLA) iniciasen una lucha por la de independencia de la región.
Las milicias han decidido abandonar las conversaciones de paz debido a lo que denominan “falta de voluntad política” para lograr la paz por parte de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2020 encabezado por el coronel Assimi Goita, ahora presidente de la transición de Mali.
La coalición señaló en un comunicado que solo volvería a la mesa de conversaciones si se llevan a cabo en un país neutral bajo la mediación internacional, informa Reuters. Asimismo, también denunciaron la falta de acción de las autoridades “frente a los desafíos de seguridad que han provocado la muerte y el desplazamiento de cientos de personas”.
Esta decisión agrava aún más la crítica situación de Mali. En 2012 no solo empezaron los combates por la independencia del norte del país. En ese año, también comenzó la expansión de los grupos yihadistas por la región, provocando miles de muertos y desplazados. Este panorama, unido a la inseguridad alimentaria de la región, ha provocado una grave crisis humanitaria.
Asimismo, el Grupo Wagner, vinculado a Rusia, está ganando influencia en el país aprovechando esta inseguridad y un fuerte sentimiento anti-francés. Las tropas galas abandonaron Mali a principios de 2022 después de que las fuerzas malienses establecieran una alianza militar con Wagner. Lo mismo ocurrió con las tropas alemanas y británicas meses después.
Además de Mali, esta es la realidad de otras naciones del Sahel, como Niger o Burkina Faso, lo que convierte a la región africana en uno de los mayores retos y desafíos de la seguridad global.
Golpe de Estado, crisis alimentaria, inestabilidad y yihadismo. Estas son las constantes de los países del Sahel desde hace varios años, así como las principales amenazas que enfrentan la población civil, la gran víctima de esta situación. De acuerdo con datos del portal de información humanitaria ReliefWeb, en estos tres países -Burkina Faso, Mali y Niger-, 2,3 millones de personas son desplazadas internas y 144.000 refugiados. Igualmente, 4,4 millones de personas padecen inseguridad alimentaria grave y 600.000 niños sufren malnutrición grave.
Debido a la inseguridad y los combates armados, 6.539 escuelas y 222 centros de salud se han cerrado, privando a las comunidades el acceso a la educación y a la atención médica. Por este motivo, se requiere asistencia humanitaria para 14,4 millones de personas.