La Policía israelí ha reforzado su presencia en Jerusalén en vísperas de la marcha de la bandera, una manifestación ultranacionalista que conmemora el “Día de Jerusalén”

La Marcha de la Bandera: el primer desafío al que se enfrenta el nuevo Gobierno israelí

AP/ARIEL SCHALIT - La policía israelí ha reforzado su presencia en Jerusalén en vísperas de la marcha de la bandera, una manifestación ultranacionalista que conmemora el “Día de Jerusalén”

El nuevo Ejecutivo israelí, encabezado por el conservador Naftali Bennet, se prepara para asumir un nuevo desafío que puede tensionar, una vez más, las calles de Jerusalén y las relaciones entre palestinos y judíos. Se espera que la conocida “Marcha de la Bandera”, bajo el nombre de Yom Yerushalayim en hebreo, tenga lugar el próximo 15 de junio con el fin de celebrar la reunificación de Jerusalén y el restablecimiento del control israelí en el territorio después de su victoria en la guerra de los Seis Días.

El diario libanés Al-Akhbar ha informado que el grupo Hamás amenaza con volver a una escalada de violencia si la marcha se lleva a cabo en Jerusalén, como ya esta programado. En este sentido, Hamás ha informado a Egipto que la celebración de la concentración provocará una respuesta que no distará de la del mes pasado. 

Por otro lado, el periódico israelí Maariv ha informado que “la Policía se está preparando con fuerzas cada vez mayores para hacer desfilar las banderas que se sostendrán el martes en Jerusalén, por temor a enfrentamientos violentos entre los participantes de la marcha y los manifestantes musulmanes que se espera lleguen a la zona”. 

De acuerdo con los comunicados policiales, la “Marcha” tendrá lugar en una de las puertas sagradas de la ciudad vieja de Jerusalén, en la Puerta de Damasco, localizada en la entrada del mercado árabe. En este contexto, activistas palestinos han apelado a través de las redes sociales a reunirse en la Puerta de Damasco, conocida también como Bab al-Amud, mientras que políticos y funcionarios palestinos han advertido ya de las posibles consecuencias que pueden acarrear la celebración de la concentración. 

En este sentido, desde Hamás se ha convocado una movilización general en la ciudad de Jerusalén. Por otro lado, el recién nombrado primer ministro Naftali Bennet, ha afirmado que, si Hamás ataca a Israel, recibirá una “fuerte respuesta”

En un comunicado, Hamás ha instado a “la movilización general en las plazas de la bendita Mezquita Al-Aqsa y en las calles de la Ciudad Vieja, para perder la oportunidad de que los colonos logren sus objetivos”.

En una primera instancia, el Yom Yerushalayim tiene lugar el día 28 de Iyar, lo que correspondería a mayo, según el calendario judío. Sin embargo, los ataques militares lanzados desde Gaza por parte de Hamás como respuesta al desalojo de varias familias palestinas del barrio Sheikh Jarrah así como por la ocupación de la explanada de la mezquita de Al-Aqsa, provocó la cancelación de la marcha y la respuesta militar por parte de Israel. Los episodios de violencia trajeron consigo un balance desolador en el que al menos 230 palestinos habrían muerto junto con 13 israelíes. 

Los enfrentamientos discurrieron en 11 días de violencia en los cuales los bombardeos fueron los protagonistas y derivaron en la destrucción de Gaza. Tras la proclamación del alto al fuego por parte del ahora, exministro Netanyahu, las ofensivas cesaron dejando daños cuantiosos en la Franja de Gaza y provocando el desplazamiento de palestinos a campos de refugiados.  La semana pasada, Egipto desplazó un importante contingente de ayuda con el objetivo de ayudar y socorrer a Gaza en la reconstrucción de la Franja. De acuerdo con funcionarios de la zona, se estima que el coste de la reconstrucción ronde los 150 millones de dólares. 

Un nuevo episodio de violencia traería consecuencias fatales para Gaza que, debilitada y aun convaleciente por los ataques y los bombardeos, trata de erigirse en un contexto altamente dañado y tensionado por el conflicto palestino – israelí que aun está lejos de finalizar. Tras la salida del poder de Netanyahu, ahora dispuesto en la oposición, se verá como el nuevo Ejecutivo hace frente a una problemática que dista de encontrar soluciones tangibles y pacíficas. Además, la nueva posición de Netanyahu deja al primer exministro en un nuevo papel de aspiración a volver a recuperar el puesto. 

Bennet comienza así un nuevo gobierno de 8 partidos caracterizados por las fuertes contradicciones entre ellos, desavenencias que ponen en el punto de mira al nuevo Ejecutivo y plantean cuanto durará el nuevo mandatario en el puesto. De esta forma, la Marcha de la Bandera se presenta como un nuevo desafío en el que Bennet va a tener que aprender a actuar. Después llegará el reto de la aprobación de los presupuestos tras gestionar la salida de Netanyahu. Así, ahora Bennet comenzará a gobernar en un país divido, marcado por el sempiterno conflicto palestino. 

Si Hamás decide atacar como respuesta a la celebración de la marcha, Bennet ya ha advertido acerca de su respuesta, que acarreará nuevos episodios de violencia que, lejos de ofrecer soluciones, añadirán más tensión a un conflicto que entra en su setentaitresavo año de desavenencia entre palestinos e israelíes.