Rusia está poniendo en peligro la seguridad alimentaria a nivel mundial

Mientras, la guerra de Ucrania prosigue. Rusia ha vuelto a atacar por cuarta noche consecutiva el puerto de Odesa y ha destruido varios almacenes de grano, cereales y guisantes. El presidente Zelenski ha afirmado que Rusia ha lanzado 70 misiles y que no tienen capacidad antiaérea para hacer frente a estos ataques. El Gobierno de Kiev adopta la misma medida que Putin y advierte que cualquier barco con destino a un puerto ruso en el mar Negro puede ser considerado objetivo militar. En Naciones Unidas advierten a Rusia que los bombardeos en Odesa contra empresas civiles es un crimen de guerra. 

La periodista María Senovilla, colaboradora de la revista Atalayar, pasó por los micrófonos de “De cara al mundo” en Onda Madrid para ofrecer la última hora sobre las claves del conflicto en territorio ucraniano.

María, ¿dónde te encuentras?

Me encuentro en Kramatorsk, en la retaguardia de Bajmut, pero muy pendiente de esos ataques masivos que el Kremlin está lanzando contra Odesa y contra la región sur de Ucrania.

Vamos a hablar de esos bombardeos. María, ¿qué consecuencias puede tener la ruptura del Pacto del Grano y qué consecuencias están teniendo el impacto de esos misiles contra los almacenes? Según varias fuentes se han destruido unas 300 toneladas de grano.

Se ha hablado de 300 toneladas de grano. Más allá de la destrucción que está causando, que desde luego en Odesa no se había visto desde que comenzó la guerra, es que estos ataques no se están dirigiendo solo a las infraestructuras portuarias como tal. Se están bombardeando, como bien dices, los silos donde se almacenaba ese grano que estaba ya preparado para ser exportado.  

Se están bombardeando además los depósitos de combustible y de paso, pues esos misiles Kalibr han alcanzado varias áreas residenciales cercanas al puerto de Odesa, donde se han producido una docena de heridos. La destrucción es tal, que el Gobierno ya ha avisado de que se va a tardar más de un año en reconstruir todo lo dañado. Todo se precipitaba, el lunes, cuando Rusia rompía unilateralmente el acuerdo del grano que permitía a Ucrania seguir exportando cereales y fertilizantes a través del mar Negro. 

Recordemos que Ucrania era el granero de Europa antes de que empezara la guerra, aunque la mayor parte de sus exportaciones iban a parar a China, que era el principal socio comercial en cuanto al cereal se refiere con Ucrania, pero otra parte muy importante, hasta un 23%, estaba destinada a África, tanto a países como Egipto, que podían pagar por este grano, como a otros países donde la crisis alimentaria se ha agravado en los últimos años, entre otras cosas por el cambio climático, y a los que este cereal le llegaba a través de la cooperación internacional. 

Con estos ataques, que Zelenski ya ha calificado, por cierto, de actos terroristas, Rusia está desestabilizando, intencionadamente, los flujos migratorios procedentes de África, que se podrían descontrolar los próximos meses, porque, como es lógico, la gente antes de morirse de hambre se emigra para poder dar de comer a sus hijos. Y esos flujos migratorios, que se van a dirigir a Europa, tienen consecuencias cuando llegan de forma descontrolada. No es algo nuevo este uso de la inmigración ilegal como arma prácticamente de guerra, porque Rusia lleva años utilizándola en países como, por ejemplo, Letonia o Lituania, donde cuando los visitas te cuentan que desde hace años Rusia se dedica a enviar autobuses llenos de personas procedentes de países como Afganistán o como Siria, que llegan engañados, porque ellos no saben que están cruzando Europa, y con el objetivo de desestabilizar socialmente a países donde la integración laboral es muy complicada. 

Bueno, pues ahora Rusia está haciéndolo y va a ser uno de los seis más afectados por esto. Y más allá de España y más allá de los flujos migratorios que insistimos, por esta ruptura del acuerdo de grano y por esta falta de alimento, pues se van a intensificar. Además, Rusia está poniendo en peligro la seguridad alimentaria a nivel mundial.

Son varias caras que tiene la guerra. María, el contrataque ruso en el este con las reservas que tenía en Lugansk, ¿cómo se está desarrollando?

Según los bandos, aquí como siempre, cada uno lanza los informes, los comunicados más a su favor. Decían del lado ruso que ese contraataque que ha lanzado el Kremlin en el este del país ha movilizado a los más de 100.000 hombres que tenía apostados en la provincia de Lugansk. Una buena parte de esos hombres eran de las movilizaciones forzosas que realizaron en octubre, que se supone que han estado formando y entrenando desde entonces y que ya están listos para el ataque. 

Bueno, pues están prestando en el eje Kupyans-Kremina y, según decían ayer del lado ruso, habrían conseguido avanzar hasta nueve kilómetros en dirección Kupyans y se habrían logrado hacer con varios nudos ferroviarios importantes. Desde el lado ucraniano lo desmienten, dicen que han conseguido repeler todas las columnas ofensivas, pero sí reconocen que en esa parte no controla ni un detonador porque queda bajo el fuego cruzado de la artillería. Dicen que la zona gris ha aumentado y ahora hay hasta 18 localidades más, localidades del este de Járkov, que han quedado en esa zona gris bajo el fuego cruzado de Ucrania. 

Más allá de los avances en los mapas de esos 9 kilómetros que podría haber avanzado Rusia o no, lo que está suponiendo esta jugada que ha hecho el Kremlin es que Zelenski se ha visto obligado a dividir su Ejército. Se ha visto obligado a enviar soldados al este de Ucrania, al este de Járkov, y de este modo aliviar un poco la presión que estaban ejerciendo con la contraofensiva que avanzaba por Zaporiya y también por Bajmut.

Una última cuestión, María. La reaparición de Prigozhin. Si no fuera tan relevante y cruel la situación, ¿podríamos decir que no estaba muerto y que estaba por ahí? ¿Qué te hace pensar lo de Prigozhin? 

Lo podríamos decir. Prigozhin llevaba desaparecido prácticamente un mes, recordemos, desde que se alzó en rebelión contra su propio Gobierno, contra el Ministerio de Defensa de Putin, y a raíz de ese intento de golpe de Estado fallido que en el último momento paró, cuando dirigía a sus mercenarios contra la ciudad de Moscú. A doscientos y pico kilómetros, se dio la vuelta, dijo que no quería un baño de sangre y decidió parar ese conato de rebelión, y fue exiliado a Bielorrusia. 

Putin dijo que se llevaría allí a los del Grupo Wagner que no se quisieran integrarse en el Ejército ruso, y hasta Bielorrusia se supone que se fue. Llevaba varias semanas desaparecido. Es un hombre, recordemos, que estaba acostumbrado a lanzar mensajes, a lanzar vídeos a través de sus redes sociales, a través de su Telegram, y era muy extraño este silencio prolongado de varias semanas, por lo que se llegó a pensar que podía estar muerto. Entonces, reaparecía, grababa un vídeo al pie de su avión privado, para decir que estaba en Bielorrusia, para decir que sus tropas, sus mercenarios, no iban a volver a combatir a Ucrania, y que era una desgracia lo que estaba sucediendo en el frente de combate de Ucrania, lo cual también es muy irónico, porque él formó parte de esa desgracia durante los últimos 16 meses, además participando en ofensivas tan devastadoras como la de Mariupol o la de Bajmut. 

Pero ahora parece que se retrae de todo lo que ha hecho el líder de los mercenarios Wagner, y dice que sus hombres no van a volver de momento a luchar a Ucrania, y que se van a centrar en los proyectos que tienen, como no volvemos otra vez a África. Entonces, los Wagner, también lo hemos comentado en algunos programas, tienen contratos con gobiernos de algunos países de África, algunos países de Sahel, ahora tienen presencia también en Sudán, y parece que la intención de Prigozhin es centrarse en esta parte del planeta, intensificar allí sus actividades con sus mercenarios, y no volver a participar hasta que no cambie la situación en la guerra de Ucrania.