Las delegaciones libias se han reunido en ciudad marroquí de Bouznika para redactar las leyes electorales que garanticen la celebración de unas elecciones legislativas y presidenciales en el país

Marruecos acoge la comisión que sienta las bases para las elecciones de Libia

AFP/FADEL SENNA - Fotografía de archivo, representantes de las administraciones rivales de Libia asisten a una reunión en la ciudad costera marroquí de Bouznika, al sur de la capital Rabat, el 2 de octubre de 2020

Es la llave para poner fin a la crisis libia. Hasta el momento las dos delegaciones presentes en libia, el Parlamento que administra el este de Libia, con sede en Tobruk, y el Alto Consejo de Estado que hace lo propio en la zona oeste, con sede en Trípoli, no habían alcanzado un acuerdo para elaborar las leyes electorales que sentaran las bases para las elecciones legislativas y presidenciales que Libia lleva arrastrando desde diciembre de 2021. Pero el primer paso ya está dado. 

La llamada Comisión 6+6 compuesta por representantes de las dos delegaciones se ha reunido en la ciudad marroquí de Bouznika, con la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), para redactar las condiciones para postularse a la presidencia. El problema angular por el que se anuló los fallidos comicios de 2021 y que orbita en considerar o no apto a candidato a la presidencia a los militares y a las personas con doble nacionalidad. 

Una condición que, lejos de parecer intrascendente, definirá el destino de Libia al postulares como candidato el hijo del propio Muammar Gadafi, Said al-Islam, todavía pendiente de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI). La validez de su presentación se cuestiona ahora en Bouznika. 

AFP/FADEL SENNA - Nasser Bourita, Ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos

Los esfuerzos de Marruecos para una solución libia 

Libia arrastra un proceso político que resolver desde el levantamiento contra Gadafi en 2011. Más de una década de conflicto fratricida al que Marruecos ha querido contribuir a su fin. Rabat ha sido en varias ocasiones el escenario donde las dos delegaciones han llegado a importantes acuerdos en el camino hacia una solución consensuada y definitiva de la crisis libia. El más destacado hasta ahora es el Acuerdo de Skhirat de 2015, celebrado por la ONU y por la comunidad internacional, que establecía la creación de un gobierno de unidad nacional.  

Desde Skhirat hasta Bouznika, Marruecos ha fortificado sus esfuerzos para organizar elecciones un “marco global, inclusivo y pragmático”, y sigue afirmando que la solución libia es la misma solución para garantizar la unidad, la estabilidad y el progreso en el norte de África.  

“La cuestión de la legitimidad en Libia solo puede resolverse mediante elecciones presidenciales y parlamentarias, a través de las cuales el pueblo libio erigirá la autoridad que pueda garantizar la gestión política del país”, defendió el ministro de Relaciones Exteriores, Nasser Bourita, tras una reunión en Rabat con el enviado de la ONU a Libia, Abdoulaye Bathily.

PHOTO/REUTERS - Fathi Bashagha

Varios problemas que resolver 

Puesta en marcha la Comisión 6 + 6, la problemática se enmarca ahora en el Parlamento libio. El pasado 16 de mayo los diputados reemplazaron al primer ministro, Fathi Bashaga, por el hasta entonces ministro de Finanzas en el Ejecutivo paralelo a Trípoli, Osama Hammad. Una decisión que el propio presidente del Parlamento, Aguila Salé, ha tildado de “ilegal”. 

Según recoger el diario libio The Libya Observer, Salé no estuvo presente en la sesión en la que se aprobó la medida, después de reclamar a los diputados no precipitarse a la hora de suspender a Bashaga. Aunque la decisión vino precedida a petición del general Jalifa Haftar, alineado con las autoridades de Tobru, quien quería lograr un acuerdo con el primer ministro paralelo, Abdul Hamid Dbeibé. 

Las circunstancias han llevado al presidente de la Cámara a no reconocer a Osama Hammad como jefe de Estado para hacer frente a Dbeibé y le ha recordado a éste que abandone el cargo si quiere presentarse a las urnas. Unos matices más que afinar en Bouznika.