Marruecos adopta medidas pioneras para luchar contra la sequía
Marruecos no se queda de brazos cruzados ante la amenaza de la sequía, agravada en los últimos tiempos por los efectos del cambio climático. El objetivo de garantizar el suministro de agua potable de forma sostenible obliga a buscar alternativas. Es ahí donde aparece el Programa Nacional de Abastecimiento de Agua Potable y de Riego 2020-2027, ya activado y con el que se van a poner en marcha iniciativas innovadoras en este campo, además de tomar medidas tradicionales, como es la construcción de nuevas presas, algo que ya se encuentra en proceso.
Este programa que pretende garantizar el suministro de agua cuenta con una inversión de 143 mil millones de dírhams marroquíes – casi 13 mil millones de euros – y están enfocados en la creación de nuevas infraestructuras. Una de ellas es el proyecto de conexión entre las cuencas de los ríos Sebou y Bouregreg, cuyo fin es el de alcanzar un caudal de aproximadamente un millón de metros cúbicos de agua al día, lo que se traduciría en un volumen de 360 millones de metros cúbicos al año. Gracias a esta iniciativa, se garantizaría el suministro de agua para el eje Rabat-Casablanca.
Por otro lado, para poder abastecer a las ciudades de Berkane y Saidia, la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable ha iniciado otro proyecto que, en el caso de cumplir los objetivos fijados, debería elevar la capacidad de producción hasta los 56.160 metros cúbicos diarios. En esa misma línea, se firmó un acuerdo el pasado 5 de julio con la Oficina Cherifian de Fosfato que reportará un suministro de 10 y 30 millones de metros cúbicos de agua a las ciudades de Safi y El Jadida, respectivamente, con un margen de crecimiento de cara a los próximos años.
Uno de los proyectos más importantes es el que rodea a la ciudad de El Aaiún. Ya durante el año pasado, se entregó el primer lote de agua desde la nueva planta desalinizadora. Pero es que la intención es que esa planta mejore sus prestaciones próximamente gracias a tres nuevos embalses cuya capacidad total estaría por encima de los 5.500 metros cúbicos. Además, se pretenden añadir estaciones de bombeo y un sistema de control remoto, lo que permitiría suministrar agua también a zonas vecinas como Marsa y Foum El Oued.
Todos estos proyectos que ha puesto en marcha el reino alauí han provocado un importante crecimiento de la capacidad desalinizadora gracias, especialmente, a la docena de nuevas plantas creadas. Aunque la intención es que esta tendencia siga creciendo gracias a la asociación de entidades públicas privadas, lo que, según entienden en Marruecos, podría agilizar el proceso y, sobre todo, beneficiar a ambos, apoyándose el público en la experiencia y los recursos de entidades privadas. Así, se pretende alcanzar el objetivo de generar suficiente infraestructura como para almacenar 27 mil millones de metros cúbicos de agua.