Por Rachid Elalamy y Amina Adib
Foto: Cartel del Foro Mundial de Derechos Humanos de Marrakech.
El Reino de Marruecos defiende abiertamente la “universalidad de los derechos humanos”. Así lo dijo el rey de Marruecos, Mohamed VI, en el mensaje que envió a los participantes en el II Foro Mundial de Derechos de Humanos (FMDH) que se celebra hasta el domingo en la ciudad de Marrakech. El monarca dejó claro que “sin ser la expresión de un pensamiento y de un modelo único, la universalidad debe ser, en su quintaesencia, el resultado de una dinámica de adhesión progresiva, por etapas, a través de una apropiación individual y colectiva, donde las tradiciones nacionales y culturales hallan naturalmente su espacio, ni a favor ni en contra, pero sí en torno a una base de valores inderogables. Lo universal, así enriquecido, gana en legitimidad cuando representa y protege la diversidad de la humanidad y cuando todos los pueblos y todas las culturas lo moldean y lo asumen”. Mohamed VI aseguró que “el mundo en desarrollo, y África en particular, quieren ser actores de la producción de normas en el dominio de los derechos humanos, lejos de ser reducidos a objetos de debates y apreciaciones, así como a campos de experimentación”. En la misma línea, destacó que “África tiene que enriquecer el derecho internacional de los derechos humanos con su propia cultura, su historia y su genio, para conseguir una mejor apropiación de los mismos. He aquí un hecho que la comunidad internacional debe a África”. Mohamed VI puso de manifiesto que existe “un África que desea también ser escuchada para expresar su contribución a la concepción de las normas y valores realmente universales. Un África que no puede ni acepta permanecer al margen de un campo que también le pertenece”. Sobre el caso concreto de Marruecos, el monarca apostó por “la igualdad y paridad” entre hombres y mujeres “como objetivos de carácter constitucional en nuestra Carta Magna desde la reforma constitucional de julio de 2011”. “A este respecto, nos congratulamos de que el Foro de Marraquech haya escogido la cuestión de la igualdad y paridad como uno de los temas principales de los debates. Estamos convencidos de que los intercambios que van a tener con ocasión de este Foro constituirán una aportación importante al proceso internacional en curso”, dijo el jefe del Estado marroquí.
Apoyar a las mujeres
Abundando en el mismo terreno, el soberano alauí afirmó: “Nuestro país ha hecho de esta cuestión uno de los principales ejes de sus políticas públicas, especialmente al desarrollar una política sensible al género, reconocida por las Naciones Unidas como una medida pionera. No obstante, somos conscientes de que queda mucho por hacer. Una ley sobre el trabajo doméstico que concierne principalmente a las jóvenes se está actualmente discutiendo en el Parlamento, a la vez que el Gobierno trabaja en la elaboración de una ley sobre la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Asimismo, una Autoridad por la paridad y lucha contra cualquier forma de discriminación, será instalada próximamente en tanto que órgano constitucional”. Entre otros temas, el rey abordó la dramática cuestión de las migraciones. Consideró que “las guerras civiles colocan sobre el camino del exilio a millones de personas, acogidas muy a menudo, como es el caso de nuestros hermanos sirios, por los países vecinos. Estos nuevos refugiados vienen a añadirse a los refugiados palestinos, cuyos sufrimientos perduran desde hace décadas. En numerosos países, el rechazo de los migrantes y sus descendientes se desarrolla, a instigación de corrientes políticas extremistas. En todas las sociedades, las problemáticas de vivir juntos no dejan de plantearse de manera acuciante”. En este sentido, aseguró que “nuestro país ha optado por la puesta en marcha de una nueva política migratoria, que se basa en un enfoque humanista y se conforma con nuestra Constitución y con nuestros compromisos internacionales”. A modo de conclusión, el monarca recalcó que “nuestro país ha elegido soberanamente emprender reformas profundas y voluntaristas que responden a las aspiraciones y expectativas de nuestros ciudadanos. Este proceso innovador e inclusivo, culminado con la adopción, en 2011, de una nueva Constitución, ha permitido la consolidación del Estado democrático en tanto que opción irreversible”.
Confirmación del ministro de Justicia
El discurso del rey de Marruecos no cayó en saco roto, sobre todo la parte sobre África y la igualdad entre hombres y mujeres. En Marruecos y en muchos otros países árabes y africanos son cada vez más numerosas las voces que reclaman un trato digno y justo para las mujeres. Los problemas son muchos y de naturaleza política, económica, social, cultural y jurídica. El conservadurismo, la ideología patriarcal y machista y la utilización torticera de la religión son un freno al pleno desarrollo de más de la mitad de la población del planeta. En muchos países árabes y africanos la condición femenina es escandalosa. El descontento de muchas mujeres que no quieren ser objetos es una realidad y su organización en colectivos y grupos muy diversos también. Hasta los gobiernos más conservadores se ven en la obligación de tenerlo en cuenta. En este sentido, el ministro de Justicia marroquí, el islamista Mustafá Ramid, confirmó la creación de una “Autoridad para la paridad y la lucha contra todas las formas de discriminación”. Además, recalcó que “África quiere desempeñar un papel activo en la puesta en marcha de los mecanismos a favor de los derechos humanos”. Los sectores más críticos de la sociedad, tanto en Marruecos como en otros países, expresan muchas reticencias sobre los discursos oficiales, porque temen que “sólo sean bonitas palabras que esconden una realidad bastante oscura y trágica”, según dijo a Atalayar un dirigente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), que decidió boicotear el Foro de Marrakech.
Posiciones críticas
“El discurso real es correcto en la forma pero es papel mojado, porque en Marruecos se siguen violando los derechos humanos a diario”, señaló este dirigente que estuvo en la cárcel en tiempos del rey Hasan II. Una serie de colectivos marroquíes y grupos saharauis independentistas defensores de los derechos humanos también boicotean el Foro de Marrakech, porque “las actividades de varias ONG marroquíes están prohibidas, a otras no se les permite acceder a los espacios públicos que han reservado con antelación”, según denunció la sección marroquí el movimiento antiglobalización Attak. “Al mismo tiempo, el Gobierno continúa imponiendo políticas neoliberales que destruyen los derechos económicos, sociales y culturales de la inmensa mayoría de los ciudadanos”, afirmó Attak. Así analiza este movimiento la celebración del FMDH: “El Estado quiere aprovechar la presencia de las instituciones financieras internacionales, de las organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales, para mejorar su imagen. Este Foro es una oportunidad para que las instituciones supuestamente democráticas hagan ostentación de unas leyes estatales que son una burla. El Estado va a movilizar a sus ONG ‘gubernamentales’ para presumir de su llamado ‘progreso democrático’ y así legitimar la represión de las libertades”. Por otra parte, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) pidió a Marruecos que termine con la práctica de la pena de muerte. La secretaria general de la FIDH, Florence Bellivier, hizo esta petición con motivo del Foro de Marrakech. Marruecos aplica una moratoria sobre esta cuestión, pero a la FIDH esta medida le parece insuficiente, y pide la abolición de la pena capital.