Marruecos, a expensas de los resultados electorales tras un discreto aumento de la participación
Los colegios electorales han vuelto a abrirse en Marruecos cinco años después. El escenario esta vez es radicalmente distinto, marcado a fuego por la crisis sanitaria y la forzada coincidencia de una triple votación para escoger a los representantes de las instituciones locales, regionales y legislativa de cara al próximo lustro. Después del cierre de las urnas, el conteo de votos ha comenzado en mitad de las quejas expresadas por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD). La formación islamista ha denunciado irregularidades y agresiones a sus partidarios en las inmediaciones de los centros de votación ante las previsiones de perder representación en el Parlamento.
Los cerca de 18 millones de marroquíes inscritos y llamados a las urnas parecen haber contentado a las instituciones, pues la participación registrada a las 17.00 horas ha alcanzado el 36%, según el Ministerio del Interior, dos puntos más que en 2016. La apertura de los centros de votación ha estado ajustada al guion. Los electores pudieron acercarse a los colegios a partir de las 07.00 horas en adelante, a lo largo de una jornada que se ha reproducido con total normalidad y sin incidentes reseñables, según las autoridades, una versión que contradice a la manifestada por los islamistas. A mediodía, los datos arrojaban una participación próxima al 12%. El plazo de votación concluyó a las 19.00 horas, 120 minutos antes de que diera comienzo del toque de queda aún vigente en el país norteafricano.
El porcentaje de participación aumentó hasta el 52 % en la circunscripción de El Alaiún, la principal del Sahara Occidental, donde el Partido Istiqlal (PI) fletó decenas de furgonetas para trasladar a los votantes a las urnas, según la televisión pública marroquí 2M. En otros puntos, la afluencia a las urnas se ha visto influida por la escasa movilización del electorado marroquí, provocada en parte por un estado de desconfianza generalizada hacia la clase política. El hecho de que los comicios se hayan producido en día laborable también ha condicionado la votación, sin embargo, la cita ha tenido tintes históricos. Es la primera vez que el Reino alauí acoge una triple celebración electoral.
Quienes sí han ejercido su derecho a voto han sido los líderes de las distintas formaciones políticas con opciones de formar Gobierno. El candidato islamista y actual primer ministro, Saaeddine Othmani, depositó su papeleta en Salé, ciudad próxima a Rabat, acompañado de su mujer. El líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo subrayó la importancia de los comicios y acogió con satisfacción la cifra de votantes. Othmani se juega revalidar el cargo que ostenta desde 2017, cuando fue designado por Mohamed VI en sustitución del carismático Abdelilah Benkirán.
La principal alternativa al islamista, el magnate Aziz Akhannouch, votó en Agadir, donde está empadronado y donde también se postula como candidato al frente de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI). Otro aspirante al Ejecutivo, Nizar Baraka, acudió a las urnas en el barrio de Riad. El nuevo candidato del Partido Nacionalista Istiqlal declaró ante los medios que Marruecos atraviesa una “etapa importante para hacer frente a la crisis económica y social causada por el coronavirus y las políticas de los anteriores Gobiernos”, al tiempo que subrayó que esta cita es “histórica y decisiva” para poner fin a las políticas “fracasadas”, en clara alusión al PJD, formación que gobierna ininterrumpidamente desde 2011.
De las urnas saldrán los nombres de los 395 parlamentarios, 678 escaños regionales y 31.000 cargos públicos. Los islamistas cargan con el cartel de favoritos, sin embargo, las últimas modificaciones de la ley electoral que cambian el método de conteo de votos y eliminan el resultado mínimo para obtener representación en la Cámara pueden pasarles factura. Estas van encaminadas a atomizar el Parlamento. Además, no serán 60, sino 90 los escaños reservados a mujeres, aunque ninguno de los grandes partidos ha presentado candidata. Todos son hombres.
El RNI, socio junior de la actual coalición del Gobierno, se erige como principal alternativa para desbancar a los islamistas al frente del Ejecutivo. En esa terna estará también el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), de tendencia izquierdista, que ocupó la segunda posición en las elecciones de 2016 y cuyo líder, Abdelatif Ouahbi, votó en la capital lanzando un llamamiento masivo a los marroquíes para que acudieran a las urnas.
Los resultados se darán a conocer, como pronto, esta misma madrugada. No obstante, el escenario más probable pasa por que el conteo se prolongue hasta bien entrada la noche. A falta de sondeos o encuestas previas, Marruecos contará con un Gobierno integrado por varias fuerzas políticas, razón por la cual será necesario alcanzar acuerdos y tejer alianzas para acceder al gabinete. Pase lo que pase, el monarca alauí decidirá quién pasará a ocupar las carteras de Interior, Exteriores, Defensa y Asuntos Islámicos. Las plazas restantes siguen en juego.