Marruecos se erige como el escudo de Occidente ante la amenaza ruso-iraní
Los esfuerzos de Marruecos en materia de seguridad de la región del Sahel, el norte de África y el Sáhara son cada vez más necesarios para Occidente. Si en Europa tenemos la convivencia más pacífica del mundo, es gracias a las innumerables campañas de seguridad que realiza el Ejecutivo marroquí con Mohamed VI a la cabeza. Para Washington, la búsqueda de la estabilidad regional, y, por consiguiente, a nivel mundial, es uno de sus fines máximos. Por todo ello, la nación norteamericana lleva trabajando de la mano de Rabat más de dos décadas lo que le ha otorgado al país alauí el estatus a nivel estratégico de mayor impacto en África y solo superado en Europa por Ucrania debido al actual conflicto armado que les enfrenta a Moscú.
Si bien Marruecos es conocido como la “puerta a Europa”, al mismo tiempo es también el muro de contención de todos aquellos que bajo el mando ruso-iraní desean desestabilizar la región, como ya sucede en Mali y Burkina Faso con las injerencias rusas y los entrenamientos militares que realiza el Grupo Wagner en la zona. Asimismo, la reciente declaración de retirada de las tropas francesas, quienes hasta el momento entorpecían todo tipo de actos terroristas, ha propiciado que la fuerza de quienes ansían controlar la región aumente tanto su capacidad como la frecuencia de sus atentados. La dependencia de Marruecos no se limita a las capacidades militares y los conocimientos de seguridad, ya que la región del Sahel es un área de influencia religiosa tradicional para Marruecos, lo que le permite plantarse frente a la expansión sectaria iraní que se abre camino.
Para Estados Unidos, la nación norteafricana es, en palabras del jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley, “un socio y gran aliado”. Los contactos entre las administraciones de Biden y Mohamed VI están en su punto más álgido. En su última visita, el general Milley resaltó la solidez de las relaciones militares entre ambos países, manifestando el deseo de su país de profundizarlas y ampliarlas, refiriéndose en este sentido a las maniobras African Lion que se llevan a cabo desde hace unos 20 años y que han demostrado su eficacia, junto a muchos otros temas relacionados con la seguridad regional. Históricamente, Estados Unidos ha sido una nación con deseos de crear la estabilidad social y política en muchos estados, principalmente de Asia central y de países del Golfo.
Estados Unidos, como nación catalogada como “el referente mundial”, ve en Marruecos un socio perfecto, como así recogen las declaraciones de diplomáticos estadounidenses en sus encuentros con el Ejecutivo alauí. Los ansias expansionistas de Washington durante el último siglo han provocado incontables fobias y filias. El principal motivo: la búsqueda de imposición de un régimen que se acerque a los beneplácitos de los Estados Unidos, desde Irak pasando por Yemen, Siria, Libia o Afganistán, todos ejemplos de estados fallidos por la intrusión norteamericana. Sin embargo, las relaciones con Rabat son un caso particular. Analistas políticos y expertos como Hisham al-Mutadid ven en el fortalecimiento de las relaciones un afán de protección mutua y búsqueda de beneficios en todos los ámbitos para ambas naciones.
Los analistas políticos creen que el fortalecimiento de la cooperación EEUU-Marruecos, a la luz de la creciente lucha de influencia entre los principales países del norte de África, será un elemento eficaz para proteger los intereses de los dos países, por un lado, y hará que Marruecos, en particular, un elemento de equilibrio que ayuda a la estabilidad en esta región con una dimensión vital y bloquea el camino a cualquier escalada impulsada por el régimen argelino para encubrir sus conflictos internos. Los desarrollos de seguridad en los últimos años han revelado la importancia del papel de Marruecos en relación con Europa y los Estados Unidos.
El Reino de Marruecos desempeñó un papel destacado en la guerra contra el terrorismo y proporcionó a sus socios occidentales valiosos datos de seguridad que ayudaron a desmantelar varias redes terroristas y frustraron sus planes; de hecho, se calcula que la Administración marroquí desde los incidentes del 11 de septiembre han frenado más de 2.000 tentativas de atentado. Marruecos consiguió abrir los ojos a los países occidentales sobre el peligro estratégico que suponía la cooperación entre el régimen argelino e Irán, y fue el primero en revelar que Teherán había entregado drones al Frente Polisario y que Hezbolá había entrenado a los militantes de este grupo separatista, que hizo sentir a Europa que la amenaza iraní estaba en sus fronteras del sur.
Posteriormente, informes internacionales vinieron a respaldar los datos presentados por Marruecos sobre el peligro de la cooperación argelino-iraní, y supusieron una presión adicional sobre Argelia, que se convirtió en un factor de tensión en la región no sólo por la creciente actividad iraní, sino también debido a la creciente influencia rusa, en un momento en que fracasaron los esfuerzos del régimen argelino para disipar los temores de Occidente. Afirman los observadores que Marruecos tiene un punto fuerte adicional, que son sus relaciones religiosas e históricas con África, ya que se considera un referente espiritual de los movimientos sufíes, no necesita hacer mucho esfuerzo y sus imanes están sobre el terreno, y Rabat es un lugar de encuentro periódico para varios líderes políticos, religiosos y tribales en toda la región del Sahel.
Durante su encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, a finales del mes pasado, la delegación del Congreso subrayó la importancia de la apuesta estratégica de Estados Unidos por Marruecos a nivel regional, destacando que Marruecos es uno de los aliados más cercanos y antiguos de su país. En el contexto de la lucha por la influencia en el norte de África, la visita de la delegación del Congreso estadounidense a Marruecos coincidió con la visita del secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, a Argelia, donde se reunió con el jefe del Estado Mayor del Ejército argelino, el teniente general Said Chengriha, con el fin de “fortalecer la cooperación militar y discutir temas de interés común”, según indicó esto en un comunicado del Ministerio de Defensa de Argelia, que indicó que las dos partes “discutieron la cooperación militar entre los dos países y formas de mejorarla”.
El Reino recibió hace unas semanas al coordinador de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, quien en nombre de la unión abrió de nuevo las puertas del continente a todos los diplomáticos marroquíes que deseen intervenir para el acercamiento tanto cultural como económico. La nación norteafricana ha demostrado a lo largo de los años, a pesar de las tensiones que se producen, que es la clave principal de la política de vecindad que persigue la UE con el objetivo de acercarse a África, en gran parte por su ubicación geoestratégica envidiable. La Unión Europea destacó el pleno beneficio de los habitantes de las provincias del sur de Marruecos de los acuerdos celebrados entre Rabat y Bruselas y su impacto positivo en el desarrollo socioeconómico de estas regiones.
La Unión señaló en su informe anual para el año 2022 que, gracias al auge alcanzado, las regiones del Sáhara marroquí se han convertido en un verdadero polo de prosperidad e inversión en el marco de la asociación “ganar-ganar” con la Unión Europea. Como parte de su enfoque holístico, el informe señaló que los diversos actores económicos y representantes de la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales activas en el campo de los derechos humanos en estas regiones, destacaron la gran importancia del acuerdo de asociación conocido como “Acuerdo Agrícola”, su implementación satisfactoria y su impacto positivo en el desarrollo de las regiones del Sáhara marroquí.
El expediente armamentístico y de seguridad internacional de la región constituye una gran preocupación para los Estados Unidos, especialmente en los que se refiere a la crisis libia, la inestabilidad del Sahel y la creciente penetración rusa a través del Grupo Wagner. Argelia no pierde la oportunidad de presentarse como punta de lanza en la guerra contra el terrorismo en la región del Sahel, pero su afiliación a la escuela rusa e iraní de armamentos y suministros sigue siendo motivo de preocupación para Washington, especialmente a la luz de los rumores sobre acuerdos de armamento preparado con Moscú, además de un “profundo acuerdo de asociación estratégica”, que despertó la preocupación de círculos y élites estadounidenses y europeos, que llamaron a sus gobiernos a imponer sanciones a Argelia por su estrecho acercamiento a Rusia.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.