El jueves 20 de julio de 2023, el Ministerio de Defensa bielorruso anunció que mercenarios de la milicia privada rusa Wagner entrenarían a soldados de las fuerzas especiales bielorrusas cerca de Polonia

Los mercenarios de Wagner y el Ejército bielorruso realizan maniobras conjuntas en la frontera polaca

AFP/ROMAN ROMOKHOV  - Miembros del Grupo Wagner

Tres semanas después de la fallida rebelión de Wagner en Rusia, que provocó el exilio del jefe del grupo, Yevgeny Prigozhin, y de algunos de sus combatientes en Bielorrusia, el grupo paramilitar va a trabajar como “instructor” de las fuerzas de defensa territorial bielorrusas

El servicio de prensa del Ministerio de Defensa bielorruso confirmó el jueves 20 de julio que la empresa militar privada Wagner participará en el entrenamiento de militares bielorrusos a través de ejercicios conjuntos cerca de Osipovichi, en la frontera con Polonia. En el mensaje se afirma que “los militares dominarán las técnicas de movimiento en el campo de batalla, combate y tiro táctico, y adquirirán conocimientos de formación en ingeniería y medicina de campo. Los combatientes del grupo Wagner han actuado como instructores en varias disciplinas militares”. 

En YouTube se ha colgado un vídeo de las maniobras, en el que el Ministerio bielorruso afirma que se trata de “una experiencia muy útil para nuestro Ejército”, que “no participaba en combates desde el final de la guerra de Afganistán” (en 1979). Además, el líder de Wagner se pronunció el miércoles en un vídeo publicado en Telegram, en el que se ve a Yevgeny Prigozhin dando la bienvenida a sus combatientes a Bielorrusia y afirmando que ya no lucharán en el frente ucraniano

En este contexto de inestabilidad fronteriza, Polonia ya había anunciado a principios de mes el envío de 500 miembros de la Policía a su frontera con Bielorrusia para gestionar el flujo de inmigrantes y la posible amenaza de mercenarios rusos. De hecho, según Euronews, Minsk ya ha sido acusada de armar su frontera con los Estados miembros de la UE al traer deliberadamente a miles de inmigrantes extranjeros, principalmente de Oriente Medio, a través de la frontera como represalia por las sanciones de la UE contra Minsk por las elecciones fraudulentas y la violenta represión de las manifestaciones prodemocráticas que siguieron. 

Otros países fronterizos con Bielorrusia, como Lituania y Letonia, pidieron más solidaridad al bloque y a la OTAN ante la presencia del grupo mercenario Wagner y el riesgo de “infiltración” en sus países. A su llegada a la cumbre de líderes de la UE en Bruselas, el primer ministro letón, Arturs Krišjānis Kariņš, había declarado a la prensa: “esto representa potencialmente una amenaza. La amenaza probablemente no sería una amenaza militar frontal, sino la amenaza de un intento de infiltrarse en Europa con fines desconocidos. Eso significa que tenemos que aumentar nuestra vigilancia fronteriza y asegurarnos de que podemos controlarlo”. El presidente lituano, Gitanas Nausėda, también está “extremadamente preocupado por los acontecimientos en Bielorrusia”. Afirmó que la OTAN debería prepararse para “tomar decisiones audaces para reforzar [su] flanco oriental”.  

El creciente uso de grupos paramilitares es preocupante. Los combatientes de Wagner han desempeñado un papel importante en varios frentes, como en Ucrania, pero sobre todo en Siria y el Sahel. El grupo ayudó a las fuerzas regulares rusas a anexionarse Crimea en 2014 y a las fuerzas sirias de Bashar al Assad en 2015. Su presencia también ha aumentado en la República Centroafricana y Mali desde el golpe de Estado. 

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Wagner ha perdido 22 000 hombres y 40 000 han resultado heridos. Se cree que un total de 78 000 combatientes han participado en la ofensiva, incluidos 49 000 prisioneros. Alrededor de 10 000 de ellos llegarán a Bielorrusia en los próximos días, según una publicación compartida en Telegram por un alto comandante del grupo. 

El uso de empresas militares privadas siempre ha sido una baza para Moscú, ya que le han permitido lograr efectos políticos y estratégicos sin tener que comprometer fuerzas nacionales. Son atractivas para Moscú por su capacidad para negar los hechos, la ausencia de responsabilidad estatal por sus acciones, su facilidad de uso en comparación con las fuerzas rusas y su menor coste, lo que se conoce como negación plausible. No obstante, el motín abortado de los hombres de Wagner sigue considerándose un desafío sin precedentes al poder del presidente ruso Vladimir Putin.