A pesar de la tensión tras la última escalada y las amenazas por parte de grupos palestinos de Gaza, la jornada concluyó sin incidentes importantes

Miles de israelíes celebran el Día de Jerusalén bajo fuertes medidas de seguridad

REUTERS/RONEN ZVULUN - Israelíes en la puerta de Damasco conmemoran el día de Jerusalén

Como cada año, miles de israelíes han celebrado el Día de Jerusalén, jornada en la que conmemoran la reunificación de la ciudad santa tras la victoria en la Guerra de los Seis Días en 1967. La conocida como Marcha de las Banderas de este año se produce poco después de una escalada bélica entre Israel y la Yihad Islámica Palestina (PIJ, por sus siglas en inglés), por lo que el evento ha transcurrido bajo estrictas medidas de seguridad con el fin de evitar disturbios. Tal y como informaron fuentes policiales a los medios, 2500 agentes estuvieron destinados a controlar la marcha y otros 1000 fueron destinados en la Ciudad Vieja.

REUTERS/RONEN ZVULUN - Los israelíes se reúnen en la puerta de Damasco

Aún así, como es habitual, ultranacionalistas israelíes insultaron y golpearon a ciudadanos árabes y gritaron consignas racistas. Igualmente, también hubo problemas entre policías y periodistas que cubrían el evento. Tal y como denunció la CNN, agentes israelíes empujaron a dos de de sus reporteros. El medio israelí The Times of Israel también han reportado insultos contra sus trabajadores.

No obstante, a pesar de la tensión y las amenazas de grupos terroristas de Gaza, la jornada concluyó sin incidentes importantes en comparación con otros años, como 2021, cuando Hamás lanzo varios misiles contra Israel, iniciando una guerra que duró 11 días. En esta ocasión, tal y como señaló Bassem Naim, un alto funcionario de Hamás a Reuters, el grupo “no está interesado en una escalada del conflicto con Israel”.

AFP/GIL COHEN-MAGEN - Israelíes ondean banderas nacionales mientras se reúnen en el Muro de las Lamentaciones

Tampoco se vivieron enfrentamientos durante la mañana, cuando cientos de judíos, incluidos políticos, desafiaron la prohibición y visitaron la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo, el tercer lugar más sagrado para el Islam y el más importante para el Judaísmo. No obstante, países árabes como Jordania, Egipto o Emiratos Árabes Unidos condenaron este movimiento, al que tacharon como una provocación innecesaria que podrían causar aún más problemas y tensiones entre israelíes y palestinos. El pasado abril, la irrupción de policías israelíes en la mezquita de Al-Aqsa durante el Ramadán provocó que grupos desde Gaza, Líbano y Siria lanzasen misiles contra territorio israelí.

REUTERS/AMMAR AWADA - Israelíes se reúnen cerca de la puerta de Damasco 

Mientras los judíos ven este día como la reunificación de su capital eterna después de miles de años, para los palestinos esta jornada es una provocación destinada a reforzar la presencia hebrea en la ciudad. “Jerusalén, con sus santidades islámicas y cristianas, es la capital eterna del Estado de Palestina”, señaló Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Mahmoud Abbas en un comunicado recogido por Reuters.

El primer ministro israelí, Benjamim Netanyahu, por su parte, ordenó que la marcha hasta el Muro de las Lamentaciones se organizase como todos los años a pesar de las tensiones provocadas tras la última escalada. “Jerusalén permanecerá unida para siempre”, aseguró Netanyahu, quien también reconoció que, “a pesar de las amenazas”, instó a los ciudadanos a marchar sobre la ciudad “por el camino original”, es decir, a través del barrio musulmán. 

Miembros del actual Gobierno israelí, como el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, o el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich -ambos de ultraderecha-, han participado en la marcha. Autoridades palestinas los han acusado de “plantar las semillas del conflicto”.