El ministro de Comunicación argelino denuncia una campaña mediática internacional contra su país
Mohamed Meziane afirmó que existe un “Ejército de 9.000 periodistas de todo el mundo” que trabajan para distorsionar la imagen de Argelia
El ministro de Comunicación de Argelia, Mohamed Meziane, ha realizado unas polémicas declaraciones en las que censura la libertad de expresión, al afirmar, sin aportar pruebas, que existe un Ejército de más de 9.000 periodistas en todo el mundo que dedican su trabajo a manchar la imagen de Argelia, tanto dentro como fuera del país.
Los comentarios del ministro han desatado fuertes críticas, una vez más, contra el régimen de Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia.
El discurso de Meziane sigue la habitual tendencia del Ejecutivo argelino de culpabilizar a factores externos de la falta de credibilidad y resultados del Gobierno, para no realizar una labor de autocrítica y reconocer las diferencias internas que existen en el seno de la Administración. Además, el ministro criticó especialmente el papel de la prensa francesa, ahondando en el enfrentamiento con el Gobierno francés, con el que el Ejecutivo de Tebboune ha roto sus relaciones diplomáticas.
Esta nueva polémica se produce una semana después de que el presidente argelino, Tebboune, cesara a dos de sus ministros sin ofrecer explicaciones: el ministro de Finanzas, Lamine Faid; y el ministro delegado ante el ministro de Industria, encargado de la producción farmacéutica, Fouad Haji.
Ahora, el ministro de Comunicación vuelve a situar en el centro de la polémica al Gobierno argelino.
Hartazgo mediático
Desde la prensa independiente han cuestionado la responsabilidad del Gobierno en la crisis mediática. En palabras del periodista argelino Ahmida Al-Ayashi, “la verdadera pregunta no es sobre los 9.000 periodistas que trabajan contra nosotros, sino más bien ¿qué hemos hecho para tener una prensa profesional, fuerte, diversa y pluralista?”.
En la misma línea, Mohamed Iwanogan, otro periodista argelino, afirmó que “cuando el ministro de Comunicación anuncia que 9.000 periodistas en el mundo trabajan para distorsionar la imagen de Argelia, esto no significa que Argelia tenga razón y el mundo esté equivocado, o que Argelia sea el país del que todos tengan envidia”.
Esta reacción de algunos de los periodistas con mayor prestigio e influencia sugiere que el problema radica en la intención del Gobierno de manejar la prensa, en lo que han identificado como un ataque frontal contra la libertad de expresión.
Una tesis que Najib Belhimer, periodista argelino, también sostiene. “La declaración del ministro de Comunicación sobre la presencia de 9.000 periodistas en todo el mundo trabajando para distorsionar la imagen de Argelia es una importante contribución a la distorsión de la imagen de Argelia que puede superar todo lo que esos 9.000 periodistas podrían hacer, si existieran”, señaló.
Lo que la prensa argelina critica es la falta de fundamento del ministro ante la falta de una estrategia clara que mejore la reputación internacional del país. Para muchos comunicadores estas declaraciones se han visto como contraproducentes, ya que solo han disparado las críticas y han incrementado las evidencias que existen desde la llegada de Tebboune al poder, sobre los defectos de la comunicación gubernamental.
Ley de Medios de Comunicación de 2012
La reforma de la Ley de Medios de Comunicación de 2012 supuso grandes cambios en cuanto a las sanciones, en especial con la abolición de la pena de prisión para los periodistas, lo que marcó sin duda un gran avance hacia la protección de la libertad de expresión y prensa.
Sin embargo, esta propuesta aumentó las multas hasta tal punto que muchos medios tuvieron que censurar parte de sus informaciones por miedo a no poder hacer frente a dichas sanciones.
En lo referente al control estatal, la Ley, en teoría, asegura que se respeten los derechos y valores nacionales, por lo que la libertad editorial de los medios y la influencia del Gobierno sigue latente en las redacciones de medios tanto públicos como privados. Tanto es así que la Ley también establece regulaciones y restricciones a medios internacionales que trabajen dentro del territorio argelino.
A pesar de que la prensa ha sufrido reformas que, en apariencia, eran positivas, el Ejecutivo sigue aún limitando en gran parte la libertad de prensa de los medios de comunicación argelinos mediante el uso de prácticas restrictivas, especialmente con la imposición de multas muy altas que, para la mayoría de los medios, son imposibles de abonar.
Ésta es una de las principales críticas de los periodistas, que alegan que el Gobierno se contradice, ya que las reformas y sus supuestas intenciones no casan con la realidad de un país en el que se impone censura a la prensa.