El ministro de Exteriores de España defiende la “hoja de ruta clara” con Marruecos respecto al espacio aéreo del Sáhara Occidental
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, dejó claro en la sesión de control del Congreso español que hay una “hoja de ruta clara y transparente” en la excelente relación diplomática existente ahora con Marruecos, también respecto a la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental.
José Manuel Albares defendió la buena sintonía política entre ambos reinos después del afianzamiento de la alianza que supuso el reconocimiento por parte del Gobierno español de Pedro Sánchez del Plan de Autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental como la opción más “seria, creíble y realista” para solventar el diferendo saharaui, que dura ya prácticamente cinco décadas desde el fin de la etapa colonial española.
Una propuesta del país norteafricano que dispone una amplia autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí respetando las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que otorgaría gran capacidad de maniobra para las autoridades saharauis, dejando la política exterior y la seguridad en manos del Estado marroquí, y que serviría para un profundo desarrollo del territorio en varios ámbitos.
A partir de este reconocimiento, llegó la invitación formal del rey de Marruecos, Mohamed VI, al presidente del Ejecutivo español para una reunión en Rabat en abril de 2022 en la que se diseñó la hoja de ruta de las relaciones hispano-marroquíes para el futuro, basada en la buena sintonía, la cooperación en todos los aspectos y una colaboración económica profunda.
Posteriormente, llegó la Reunión de Alto Nivel (RAN) liderada por el propio Pedro Sánchez y Aziz Akhannouch, jefe del Gobierno marroquí, de febrero de 2023 en la que se firmaron muchos memorandos de entendimiento en diversas áreas muy provechosas para ambas naciones y en las que se trataron muchas cuestiones tanto políticas, como económicas, como culturales, etc.
En estas negociaciones hispano-marroquíes generadas en la nueva dinámica de entendimiento total entre ambos países, también se abordó la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental.
En la última intervención parlamentaria, José Manuel Albares rechazó el cuestionamiento del diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, quien aludió a “teorías extrañas” en cuanto al asunto de la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental, al hilo del entendimiento político existente entre España y Marruecos.
El ministro de Asuntos Exteriores español rechazó cualquier postura en ese sentido defendiendo la “hoja de ruta clara y transparente” de España y Marruecos respecto a esta cuestión. José Manuel Albares manifestó que las decisiones sobre el espacio aéreo de esta zona son de carácter técnico y se toman entre compañías privadas que operan en ese espectro y las entidades encargadas de Aviación Civil. Un espacio aéreo que está bajo control español, según indicó el ministro español.
Albares se refirió, por ejemplo, a las nuevas rutas aéreas implementadas por la compañía aérea Ryanair para este 2025 entre Dajla, ciudad radicada en el Sáhara Occidental, y los aeropuertos de Madrid, capital de España, y Lanzarote, en las islas Canarias.
La compañía aérea irlandesa ya anunció el pasado año que conectaría directamente Dajla con Madrid y Lanzarote gracias a su acuerdo con la Oficina Nacional de Turismo de Marruecos (ONMT). Unas conexiones con dos vuelos semanales en cada una de las rutas.
El vuelo Dajla-Madrid supone la primera conexión directa de la ciudad del Sáhara Occidental con la península ibérica a través del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. En cuanto a la línea Lanzarote-Dajla, reforzará las conexiones con Canarias, mercado clave para el turismo hacia el enclave del Sáhara por la cercanía geográfica que existe entre los dos puntos.
Estas nuevas conexiones significan duplicar la capacidad aérea internacional del aeropuerto de Dajla, llegando a las 47.000 plazas, convirtiendo a España en el primer emisor de turismo para esta zona.
El ministro español aseguró que no existe nada extraño y oculto en las relaciones entre España y Marruecos, cuya relación es “extraordinariamente beneficiosa” para las dos naciones.