Mohamed VI promueve la rehabilitación de presos mediante el indulto
Con motivo de la conmemoración del mes sagrado del Ramadán, el rey de Marruecos, Mohamed VI, concedió el indulto de más de 1.500 personas entre las que se encuentran 31 condenados por “extremismo y terrorismo”, después de revisar sus casos, lo que refleja el sentir del país norteafricano en su lucha contra los actos y organizaciones terroristas a través de la reconciliación, la reintegración y la rehabilitación de estos presos dentro de la sociedad alauí.
Estas informaciones fueron corroboradas por el Ministerio de Justicia de Marruecos, quienes en un comunicado oficial especificaron los motivos de cada persona indultada y las razones por las que ha sido perdonado de sus penas.
De entre los 31 casos de condenados por terrorismo destaca el caso de Abdelkader Belliraj, quien tras 16 años de condena y rehabilitación fue indultado de sus actos en 2009. Para ello, tanto Belliraj como los otros 30 indultados por actos relacionados con el terrorismo declararon oficialmente su compromiso con los fundamentos. Además, se les revisaron sus posiciones para cerciorarse de que “habían renunciado al extremismo”.
Pero ¿cuáles son los motivos por los que no todos los presos son indultados? Cada año en Marruecos se revisan cientos de condenas de presos por todo tipo de delitos y actos, pero no fue hasta el año 2016 en el que Marruecos lanzó el programa “Réhabilitation” cuyo único objetivo es el de garantizar a los presos una segunda oportunidad siempre y cuando, según se indica en el texto oficial del programa, estén “concienciados, preparados y humanizados”.
Para que una condena pueda indultarse debe entrar en los estándares del real decreto sobre los indultos que especifica que los presos deben superar fases entre las que se encuentran: la inclusión en programas de reformas, que pueden durar hasta más de una década; programas de rehabilitación y reinserción; y programas de capacitación que les ayuden a recuperar su papel en la sociedad con la inclusión de estos en trabajos sociales para adherirse a los comportamientos cívicos del resto de la sociedad marroquí.
No obstante, los presos deben pasar por 15 rondas de programas de “reinserción y rehabilitación”, para poder ser seleccionados como posibles indultados. En el caso de Belliraj, todas las evidencias resultantes de los diferentes procesos pusieron de manifiesto que, tras 16 años en prisión, estaba preparado para ser reinsertado en la sociedad. Tanto es así, que el pasado año las autoridades de la prisión le concedieron el permiso de libertad para acudir al funeral de su madre, en lo que se identificó como un gesto de buena voluntad.
Este caso es peculiar, debido a que Belliraj ha estado relacionado con el terrorismo desde los años 80 principios de los 90, por cometer actos delictivos en Bélgica hasta que en 2009 fue extraditado a Marruecos donde fue encarcelado.
Los indultos reales han obtenido una aprobación generalizada en los medios de comunicación, en la sociedad y en las instituciones. La liberación de los condenados se suscribe en el marco de la estrategia integral para rehabilitar a los convictos. Estos actos, según el investigador de asuntos islámicos, Mohamed Abdul-Wahhab, forman parte de la estrategia nacional del país alauí de reconciliar y dar segundas oportunidades a aquellos que muestran su arrepentimiento.
Fundación Mohammed VI para la Reinserción de Reclusos
En paralelo a la creación del programa Réhabilitation, el Ejecutivo marroquí impulsó el desarrollo de la Fundación Mohammed VI para la Reinserción de Reclusos. Mediante estos dos mecanismos, el Gobierno alauí se compromete a mejorar la protección social y la integración económica de aquellos que han sido detenidos.
Según el portal web de la Fundación, el programa pretende impulsar el programa de trabajo para la rehabilitación y la reintegración de un sector de la sociedad que necesita de la reintegración mediante planes adaptados a la condición de cada condenado.
La fusión de estos dos planes refleja la actitud de Marruecos frente a la defensa de los derechos humanos, la conciliación social, la incorporación de los valores, y el enfoque humanitario del país.