Negociando con terroristas en Mali
Durante el fin de semana del 3 al 6 de octubre, un centenar de yihadistas han sido puestos en libertad en Mali a cambio de la liberación de cuatro rehenes: la humanitaria Sophie Pétronin la última rehén francesa, secuestrada en el norte de Mali en 2016; dos italianos, el turista Nicola Chiacchio y el padre Pier Luigi Maccali; y Soumaïla Cissé, exlíder de la oposición en Mali, secuestrado a principios de este año cerca de Tombuctú.
Este intercambio polémico podría implicar un cambio de estrategia del nuevo Gobierno con respecto al del expresidente Ibrahim Boubacar Keïta (IBK) a la hora de negociar con terroristas. La controversia con respecto a este suceso proviene de la falta de transparencia y de información sobre el intercambio. En un primer lugar, se liberaron a los 100 yihadistas antes de que ninguno de los rehenes fuera liberado. Estos 100 supuestos yihadistas fueron trasladados desde Niono, en el centro de Mali hasta la región de Tessalit en el norte, el domingo 5 de octubre. No se ha hecho público quiénes son estos prisioneros liberados, pero parece ser que no todos son confirmados yihadistas, sino que algunos de ellos eran simpatizantes o miembros de grupos armados del norte de Mali. El grupo terrorista que ha liberado a los rehenes europeos y a la figura política maliense, Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM), ha confirmado a través de un mensaje por la red de Telegram que se trata de 206 los “combatientes” liberados, entre los yihadistas se encuentran los responsables del ataque al Radisson Blu Hotel de Bamako en 2015 y de los atentados de Spledid Hôtel y del café Cappuccino en Uagadugú.
A pesar de que la liberación de los tres europeos ha causado el mayor revuelo, la negociación principal fue para la liberación de Soumaïla Cissé, secuestrado poco antes de las elecciones presidenciales en Mali. La liberación de Cissé lleva negociándose durante meses, y se comenzó durante el Gobierno de IBK antes del golpe de Estado. De acuerdo con el análisis del periódico especializado Jeune Afrique que ha tenido acceso a informaciones privilegiadas, las negociaciones sobre Cissé comenzaron antes que las de Pétronin, pero el Gobierno francés insistió para que se liberasen ambos al mismo tiempo. En dicha negociación participaron Chérif Ould Attaher, exlíder de MUJAO, representando al Gobierno y Sedane Ag Hita, el número dos de JNIM. Este último les pidió, a cambio de la vida de Cissé, dos millones de euros y la liberación de varios yihadistas detenidos. Posteriormente el Gobierno francés consiguió negociar junto con el Ejecutivo maliense, la liberación de Pétronin, gracias a la mediación de Ahmada Ag Bibi, diputado de Kidal, tuareg y conocido de Iyad Ag Ghali, líder de JNIM. El intercambio se debió haber producido a finales de agosto, pero debido al golpe de Estado, la liberación se ha retrasado hasta octubre.
El intercambio de prisioneros y de terroristas es una práctica común desde la llegada de los grupos yihadistas en Mali, pero el expresidente IBK nunca fue partidario de una negociación abierta con los terroristas. En los acuerdos de paz de Alger, se excluyeron a los grupos yihadistas como Ansar Dine que habían participado en el frente. El expresidente maliense IBK, insistió en la imposibilidad de que los islamistas fueran parte del acuerdo ya que Mali es un Estado laico y democrático y las aspiraciones de los grupos islamistas es acabar con el Estado tal y como se conoce. En 2017, el Gobierno maliense se planteó un nuevo enfoque a raíz del informe de la Conferencia Nacional del Entendimiento que incluyó todo un apartado en la posibilidad de tener un diálogo con algunas figuras yihadistas. Este diálogo ha sido apoyado por líderes religiosos como Mahmoud Dicko, que tiene mucha influencia en los asuntos políticos. Los que están a favor del diálogo no apoyan necesariamente un Estado islámico, sino que optan por un enfoque pragmático. Su razonamiento es que en el pasado se ha negociado con líderes tuareg (incluso con Ag Ghali cuando era líder tuareg en los 90) que también tenían como objetivo la destrucción de la soberanía e integralidad del territorio. Por otro lado, las fuerzas internacionales, especialmente Francia y Estados Unidos siempre han negado en rotundo la posibilidad de negociar con los terroristas.
Con respecto a la visión de los grupos yihadistas en un primer momento, cuando a raíz del informe de la Conferencia Nacional del Entendimiento, se barajó la posibilidad de negociar con yihadistas, Koufa respondió, también de manera negativa. Poco después de ese comunicado, establecía en otro que consideraría la posibilidad de negociar con el poder siempre que fuera sin intermediarios y sin la presencia de fuerzas internacionales en la región, incluyendo la MINUSMA. A principios de 2020, JNIM retoma esa línea de pensamiento publicando un comunicado en el están dispuestos a negociar para acabar con el conflicto en el centro de Mali. En este caso, en su declaración de marzo de 2020, afirman que sólo ponen una condición para sentarse a la mesa de negociación, que el Gobierno "retire su invitación formal" para la "entrada" de las fuerzas francesas y otras, declarando "abiertamente el fin de la presencia de las tropas de Barkhane y MINUSMA en sus territorios".
A diferencia de Daesh, JNIM sí parecía estar dispuesto a negociar. Esta liberación de podría ser un primer paso para continuar negociando en público con el Estado maliense. La voluntad política ha faltado hasta este momento, pero con el cambio de Gobierno esta podría ser la oportunidad de acabar con los ocho años de violencia indiscriminada en el norte y centro de Mali. Es evidente que la negociación no sería en torno a la conversión de Mali en el nuevo califato yihadista donde se aplique la Sharía, a pesar de que sea el discurso de JNIM. Recordemos que los jefes yihadistas eran líderes comunitarios antes de radicalizarse, por lo que una negociación centrada en la desmovilización podría ser atractiva para ambas partes. La opinión de las fuerzas internacionales involucradas en la región y de los países limítrofes, será crucial en la decisión del Gobierno maliense sobre las negociaciones.