La oleada de violencia en Darfur pone en peligro el proceso de transición de Sudán
Tras 30 años en el poder, el 11 de abril de 2019 Omar al Bashir fue derrocado, gracias a las movilizaciones populares que conquistaron cada rincón del país desde diciembre de 2018. Esta oleada de protestas y la posterior caída de Bashir ha abierto un nuevo horizonte en la nación africana. El futuro de este país depende, en estos momentos, de la capacidad del nuevo Gobierno de transición para hacer frente a los complejos retos a los que se enfrenta este estado, en un contexto marcado por la pandemia del coronavirus, que ha dejado en el país más de 11.000 contagios y ha provocado la muerte de 720 personas. En esta espiral de inestabilidad, el Gobierno de transición de Sudán ha mantenido una reunión con una delegación de la operación híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur, conocida por el acrónimo UNAMID, para analizar el progreso del proceso de paz con los movimientos de la lucha armada en Juba, concretamente en Darfur, donde se ha producido un repunte en los enfrentamientos.
En un comunicado oficial recogida por la agencia sudanesa SUNA, la UNAMID ha explicado que ambos dirigentes abordaron en la reunión el acuerdo para la salida de esta organización de Darfur el próximo 30 de diciembre. Al mismo tiempo, el primer ministro de Sudán, Abdalla Hamdok ha hecho hincapié en la necesidad de mantener la seguridad y la estabilidad para “alcanzar una paz integral en el país” y ha anunciado la creación de una fuerza conjunta de seguridad que se desplegarán durante las próximas semanas en Darfur para “proteger a los ciudadanos y asegurar la temporada agrícola”. Además, Abdalla Hamdok -- quien ha recibido este domingo en su oficina a una delegación del Foro de Mujeres de Darfur – ha destacado “el compromiso del Gobierno para ampliar el porcentaje de participación de las mujeres en diferentes niveles del Ejecutivo”. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Omer Gamar Eddin, se reunió con el jefe adjunto de la misión de la UNAMID y la enviada conjunta, Anita Gbeho, para diseñar la hoja de ruta de coordinación conjunta entre el gobierno de Sudán y la misión durante el próximo período.
Esta reunión se ha producido después de que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) votara por unanimidad poner fin a la UNAMID. Durante esta votación se aprobó otra resolución que establece una nueva iniciativa política, la Misión de Asistencia Integrada de Naciones Unidas para la Transición en Sudán (UNITAMS, por sus siglas en inglés), para un periodo inicial de un año. El objetivo de esta nueva iniciativa es ayudar a la nación africana en su transición política hacia la democracia, así como promover los derechos humanos y la paz duradera.
En este contexto, el Gobierno de Transición de Sudán ha discutido con una delegación internacional dirigida a apoyar las negociaciones de paz en el país la posibilidad de que esta misión se despliegue por completo el próximo mes de enero. Esta delegación visitará durante las próximas semanas las áreas de Darfur, Kordofan del Sur, el Nilo Azul y el este del país. Según ha informado el digital Al Ain, la delegación está formada por ocho expertos en las cuatro áreas definidas por la resolución del Consejo de Seguridad para ayudar a Sudán en las áreas de transición política, gobernanza democrática, derechos humanos o asistencia técnica para elaborar una nueva Constitución. Asimismo, el objetivo de esta delegación también es proporcionar todas las ayudas necesarias en términos de mediación para alcanzar lo antes posible un acuerdo de paz duradero y estable.
En febrero, el Gobierno del país pidió a Naciones Unidas que estableciera operaciones de paz que cubrieran todo el territorio “cuanto antes” durante el proceso de transición. El primer ministro sudanés, Abdalá Hamdok, insistía en que estas operaciones debían tener la forma de misión política, de acuerdo con el capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas sobre el arreglo pacífico de controversias.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha alertado este domingo de que durante las últimas semanas han aumentado el número y la frecuencia de determinados incidentes que ponen en peligro la seguridad, especialmente en torno a la capital El Geneina y la aldea de Masteri, en la localidad de Beida. Este organismo ha registrado al menos siete acontecimientos violentos entre el 19 y el 26 de julio, que dejaron decenas de personas muertas o heridas, varias casas incendiadas y un número no confirmado de personas desplazadas.
Este sábado, unos 500 hombres armados atacaron la ciudad de Masteri, a unos 48 km de la ciudad de El Geneina, dejando más de 60 personas muertas, la mayoría de ellas de la comunidad masalit, y otras 60 heridas. Sin embargo, este no fue el único acontecimiento violento ya que durante esa misma semana la violencia ha conquistado al menos 30 aldeas masalit como las de Andeita, Hashaba, Ardeiba, Sartia, Kokoldol y Awsarei, entre otras. “Los ataques y enfrentamientos, en plena temporada agrícola, están causando la pérdida de vidas y medios de subsistencia y provocando un aumento de las necesidades humanitarias. Se estima que, en todos los estados de Darfur, casi 2,8 millones de personas padecen una grave inseguridad alimentaria”, han indicado en un documento oficial.
Por otro lado, han alertado de que la violencia está obstaculizando el desempeño de determinadas acciones humanitarias en Darfur Occidental. “Con el cierre anunciado como toque de queda diario de 24 horas, todos los movimientos de personas están restringidos, incluyendo el personal humanitario. El acceso a la nutrición, el agua y el saneamiento, la educación, la salud y otros servicios críticos se han visto comprometidos”, han explicado. Un año después de que se produjera el golpe de estado del 11 de abril de 2019 que sacó del poder al entonces presidente Omar al Bashir, Sudán continúa inmerso en un proceso de transición democrática, en donde la violencia está adquiriendo cierto protagonismo, tal y como lo demuestra el ataque que ha tenido lugar este fin de semana en Darfur que ha acabado con la vida de 60 personas. El incremento de la inseguridad provocó a mediados del mes de julio el aplazamiento de la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno y una coalición de varios grupos rebeldes que operan en el país.