La ONU es la responsable de la división en Libia
El Parlamento de Libia culpa a la ONU de la división política del país al mantener el reconocimiento del gobierno de Trípoli a pesar de que debía haber cesado tras las elecciones de los miembros de la Cámara legislativa que rige con legitimidad los destinos del país norteafricano y con seguridad y estabilidad por la acción clave del Ejército Nacional libio bajo el mando del mariscal Jalifa Haftar.
El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento libio, Yousef Al-Agouri, asegura a un grupo de periodistas españoles, en su sede de Bengasi, el interés libio de mantener buenas relaciones con todos los países como así está siendo con los gobiernos europeos de Italia o Francia, o con el de Turquía que ha asumido la nueva realidad libia, y realiza un llamamiento al gobierno español a que impulse las relaciones bilaterales tras su reunión con el embajador español, Javier Soria y se superen las discrepancias creadas por la calificación como milicia del Ejército Nacional libio en un informe de la Guardia Civil española.
El Congreso está formado por 200 diputados de todo el país. Desde 2011 Libia está gobernada por dos gobiernos rivales: el gobierno de Unidad Nacional (GNU) de Abdelhamid Dbeibah y reconocido por la ONU y establecido en Trípoli (oeste), y el ejecutivo de Bengasi (este) con el control de más del 80% del país dirigido por Osama Hammad, único gobierno legítimo elegido por el parlamento con el apoyo del del Ejército Nacional que consiguió acabar con los terroristas del Daesh.
Defiende que "el parlamento es el único que controla Libia, porque está elegido por toda Libia" y llama a "respetar la voluntad y la soberanía del pueblo de Libia". Cuando en 2015 "se constituyó el parlamento, el presidente (Dbeibah) no quiso dejar el poder y entregarlo al parlamento", sostiene.
Después de las divisiones que surgieron durante las protestas que derrocaron a Muamar el Gadafi en 2011 y las guerras internas que de los últimos años, Al-Agouri subraya que "el objetivo del parlamento es un país único unido" y dice que "el conflicto de Libia es solo de carácter político, no es un problema tribal" y que hoy "hay relaciones fraternales entre todos los ciudadanos".
Un paso importante en este sentido fue el acuerdo de reconciliación firmado entre la etnia tubu y los árabes en Murzuq, en el sur de Libia.
Y el parlamento acaba de aprobar en enero una Ley de Reconciliación Nacional en aras de lograr en un futuro la unidad de Libia y la celebración de unas elecciones que se esperan desde hace años para poner fin al conflicto entre los dos gobiernos enfrentados.
El presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento libio apunta a la comunidad internacional y a la ONU como "responsables únicos de la división en Libia con su apoyo a Trípoli" y dice que "cuando se deje de apoyar a Trípoli, esto se termina".
La ONU, continúa, "no está por la labor de resolver conflictos. Apoya la inestabilidad en Libia, a los grupos armados y pone trabas al ejército". Asegura que "Haftar terminó con los grupos armados responsables entre 2014 y 2017 de las masacres en las calles y mezquitas, y liberó los pozos de petróleo, que estaban en manos de los extremistas".
Al-Agouri apunta que la nueva representante de Naciones Unidas en el país hará que la agonía continúe. De la recién nombrada representante especial del secretario general de la ONU en Libia, Hanna Telleh, Bengasi no espera nada, como de ninguno de sus predecesores.
La ONU, presente en Libia desde 2011, "pretende que la agonía continúe. No se enfoca en cosas básicas, sino solo en cosas secundarias", dice Al-Agouri.
Sostiene que "la nueva representante va a ser aconsejada por funcionarios que llevan aquí desde 2011. Hemos pedido que cambien a estos funcionarios".