La ONU y Estados Unidos maniobran para lograr un alto el fuego entre palestinos e israelíes
21 de julio de 2014 (12:37 h.)
Por Samira Maaluf
Foto: Mientras la ONU y Estados Unidos maniobran para alcanzar un alto el fuego, la situación en Gaza es cada vez más insostenible.
La última ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza fue especialmente sangrienta este domingo. Al menos 150 palestinos y 18 soldados israelíes murieron en las últimas 24 horas. A media que pasan las horas la violencia aumenta entre las dos partes enfrentadas, y los civiles palestinos desarmados son los más vulnerables en esta tragedia. La ONU y Estados Unidos, que apoya sin fisuras al Estado de Israel, intensificaron sus movimientos políticos para lograr un alto el fuego entre palestinos e israelíes. Si no se consigue este objetivo a lo largo de las próximas horas, la esclada militar israelí podría desembocar en una matanza pura y dura de civiles gazatíes. Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como Hamás y otros movimientos islamistas radicales sostienen que Israel está llevando a cabo una “verdadera masacre contra civiles”, un “genocidio” contra los palestinos, y comparan la situación que vive la población de la Franja de Gaza con el Holocausto que cometieron los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. En Estados Unidos, Francia y otros países colectivos judíos contrarios al sionismo condenaron con dureza la intervención israelí en Gaza y algunos salieron a la calle para expresar su descontento. El pasado fin de semana también se celebraron manifestaciones de condena a Israel en capitales de países árabes y europeos.
Reunión de urgencia
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia a primera hora de la madrugada de este lunes para debatir sobre la situación, en respuesta a la petición del presidente de la ANP, Abu Mazen. Al término del encuentro, el presidente de turno del organismo internacional, Eugene Gasana, condenó las últimas muertes en Gaza y ratificó su “gran preocupación por el creciente número de víctimas”. Por este motivo, el Consejo de Seguridad de la ONU hizo un llamamiento al “inmediato cese de las hostilidades” y al “respeto de las leyes humanitarias internacionales, incluyendo la protección de los civiles”. La ONU considera que la petición para un alto el fuego debe basarse en los convenios firmados en noviembre de 2012 que permitieron el cese de hostilidades en Gaza. En este punto, Gasana agradeció los esfuerzos de Egipto para que Hamás e Israel alcancen una tregua, labor en la que está siendo apoyado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. El secretario general de la ONU se encuentra de gira por Oriente Medio con el fin de impulsar con líderes regionales un alto el fuego. Hasta Egipto tiene que viajar este lunes el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, para apoyar las iniciativas de este país árabe. Según informó la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, en un comunicado, Estados Unidos y sus socios internacionales están “profundamente preocupados” por el riesgo de que prosiga la escalada de la violencia en la zona y se pierdan “más víctimas inocentes”. “Creemos que debería haber un alto el fuego cuanto antes, uno que restaure el alcanzado en noviembre de 2012”, añadió la portavoz. Aseguró que el jefe de la diplomacia estadounidense “está trabajando en apoyo de la iniciativa de Egipto que persigue ese fin, y viajará a la región en el marco de esos esfuerzos”.
Guerra de nervios e intoxicación
Mientras mueren seres humanos, mujeres, hombres, niños, jóvenes, adultos, ancianos, civiles, uniformados, Hamás y el Ejército israelí compiten en la loca carrera por manipular e intoxicar a la comunidad internacional. Uno de los portavoces del movimiento islamista radical, Abu Obeida, anunció en televisión el secuestro por sus milicias armadas de un soldado israelí, Shaul Aron. El embajador de Israel en la ONU y el Ejército hebrero desmintieron estos “falsos rumores” que pretenden minar la moral de la población israelí. Minar la moral y dividir al enemigo es también lo que hacen los servicios de inteligencia israelíes al difundir noticias que nadie puede verificar. Si finalmente se confirma que el secuestro del soldado israelí es cierto, como ocurrió en 2006 con el joven militar Gilad Shalit, esto daría a Hamás una baza política, porque le permitiría presionar a Israel para que levante parcialmente el bloqueo sobe Gaza y autorice la apertura de la frontera de Rafah entre este territorio palestino y Egipto. Shalit fue liberado cinco años después de su secuestro a cambio de la puesta en libertad de 500 presos palestinos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sigue convencido de que “la guerra” que lleva a cabo Israel contra Hamás es “justa” y la extrema derecha israelí quiere a los palestinos muy lejos de Israel. Por su parte, Hamás y otros grupos radicales están a favor de una “guerra total” para destruir el Estado de Israel. No se sabe lo que haría Hamás, si consiguiera su objetivo, con un millón de israelíes de origen palestino. ¿Los mataría? ¿Los metería en campos de concentración? ¿Los expulsaría del territorio? Así las cosas, el Ejército israelí, según anunciaron algunos de sus jefes, seguirá con le ofensiva militar en Gaza. “Hay que acabar el trabajo”, cree Rami, un ciudadano israelí de origen francés.
“Nadie sale ganando”
Boris, otro ciudadano israelí, adopta una postura más sensata y dialogante, y dice a los medios: “Esta situación sólo crea odio. Esta guerra, estos disparos, estos muertos… Los dos bandos están perdiendo. Nadie gana en estas condiciones”. En este conflicto tan complicado y doloroso donde es imposible que unos tengan la culpa absoluta y otros ninguna responsabilidad, los que más sufren son los civiles desarmados, en Israel y mucho más en los territorios palestinos. La intransigencia política, la estupidez sectaria y la podredumbre moral de los extremistas palestinos e israelíes son un freno a una solución dialogada al conflicto. Las ONG, como la Cruz Roja Internacional (CICR), hacen lo que pueden para ayudar a la población civil en Gaza. Decenas de miles de palestinos -50.000, según algunas fuentes- han huido de sus hogares para salvar sus vidas. Pero la muerte y la desolación les acompañan a todas partes. Desde que empezó la operación militar israelí ‘Margen Protector’, al menos 430 palestinos han muerto, entre ellos más de 100 niños, y 3.000 han resultado heridos. También han muerto varios civiles israelíes.