Han surgido interpretaciones contradictorias respecto a la posición de la Administración del presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, sobre el programa nuclear iraní

Oportunidades y amenazas derivadas del retorno de Irán al acuerdo nuclear de 2015

AFP/LUDOVIC MARIN - El presidente iraní Hasan Rohani

Se han producido diversas interpretaciones contradictorias respecto a la postura de la administración que preside Joseph Biden sobre el programa nuclear iraní, ya que los optimistas creían que el nuevo presidente volvería al acuerdo nuclear tan pronto como ocupara la Casa Blanca, mientras que los pesimistas anunciaban que la decisión de volver a ese acuerdo sería muy difícil, si no imposible, en las condiciones acordadas con el presidente Barack Obama en octubre de 2015. Muchas cosas han cambiado durante el mandato de Donald Trump como presidente, al igual que muchas actitudes hacia el acuerdo nuclear, lo que hoy exige reconsiderar y modificar los detalles del acuerdo para adaptarlos a las nuevas circunstancias.

A los pocos días de tomar posesión de su cargo el 20 de enero de 2021, el presidente Biden logró cambiar la cara de la política exterior de Estados Unidos hacia Oriente Medio, gracias a una serie de hechos: primero, su experiencia en el tratamiento de los desafíos en la región, adquirida durante un largo período como miembro del Senado (1973-2009) y en la Administración Obama, donde fue vicepresidente de 2009 a 2017; segundo, su uso de los poderes presidenciales ejecutivos como medio para tomar medidas rápidas y evitar la confrontación con los republicanos en el Congreso; tercero, una visión clara, que contempla el papel global de EEUU desde dos perspectivas, al incluir tanto los principios morales como los intereses, en lugar de pensar únicamente en los intereses; cuarto, la selección de un equipo experimentado basado en los criterios de experiencia, habilidades y conocimiento de la región; y quinto, el presidente y su equipo se basan en una diplomacia de varias vías para implementar esta visión, que estimula y ejerce presión simultáneamente basándose en el principio del palo y la zanahoria.

El acuerdo nuclear ha de abordarse independientemente de otras cuestiones

La cuestión iraní es un eje importante de la política exterior de la nueva administración estadounidense. La visión de Biden sobre la política relativa a Irán puede dividirse en tres segmentos, el más importante de los cuales es el programa nuclear iraní, para salvar el acuerdo nuclear con Irán e intentar arreglar lo que la política de Trump destruyó en ese sentido. El segundo segmento se refiere a un intento de suprimir la expansión de Irán en Oriente Medio, principalmente en Irak, Siria, Líbano y Yemen, donde los aliados proiraníes están en el poder. El tercer segmento de la política estadounidense consiste en poner el programa de misiles de Irán bajo supervisión internacional.

Esta visión pretende separar el programa nuclear de Irán de las cuestiones de seguridad regional en la primera fase, algo en lo que insiste Arabia Saudí. Desde el punto de vista de Biden, el programa nuclear iraní (JCPOA) es un asunto de carácter internacional relacionado esencialmente con la no proliferación de armas nucleares, y con el grupo (5 + 1) encargado de esta cuestión, y difieren en cuanto a las cuestiones de seguridad regional, a pesar de que existen algunas conexiones entre ellas, especialmente en lo que respecta al establecimiento de un marco de seguridad regional colectivo, con la participación de todas las partes, por el que se mantendrían conversaciones en una fase posterior.

Según los analistas, si Biden consigue separar la cuestión nuclear de los retos de seguridad regional, tendrá posibilidades de solucionar rápidamente los problemas del acuerdo nuclear y las cuestiones regionales no resueltas. Estados Unidos e Irán han expresado su disposición a negociar sobre el programa nuclear, pero existen grandes diferencias en cuanto a los términos y la forma de lograrlo.

Irán exige que se levanten primero todas las sanciones de EEUU antes de aceptar cumplir las restricciones sobre el enriquecimiento de uranio del acuerdo de 2015, mientras que Estados Unidos contempla este escenario al revés, lo que significa que Irán debe cumplir primero sus obligaciones antes de que se supriman gradualmente las sanciones. Existe otro escenario anunciado por el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, que consiste en que las dos partes inicien las negociaciones al mismo tiempo. Sin embargo, el presidente estadounidense declaró categóricamente en el programa de televisión de la CBS ‘Face the Nation’ que no levantaría las sanciones sólo para "llevar a Irán de vuelta a la mesa de negociaciones". En respuesta a una pregunta posterior, explicó que Irán debe primero "dejar de enriquecer uranio" más de lo previsto en el acuerdo nuclear, que es del 3,67%.

El 31 de enero de 2021, Teherán anunció que había producido 17 kilogramos de uranio enriquecido al 20%, con lo que estaba un paso más cerca de enriquecer uranio al 90%, con lo que podría destinarse a la producción de armas nucleares.

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, advirtió: "Obviamente no tenemos muchos meses. Tenemos semanas para renovar un Plan de Acción Integral Conjunto", lo que indica que el enriquecimiento de uranio por parte de Irán alcanzará pronto el punto de no retorno.

La preocupación de Estados Unidos por las elecciones presidenciales en Irán

La administración estadounidense espera con ansiedad los cambios resultantes de las elecciones presidenciales de Irán en junio de 2021 y cualquier posibilidad de que el futuro presidente provenga de las filas de los conservadores, que controlan el parlamento iraní desde las elecciones parlamentarias de 2020. Esta posibilidad es bastante realista.

Los reformistas no tienen ningún candidato destacado, a diferencia de los conservadores, que ya cuentan con tres "halcones" políticos: el expresidente de Irán (2005-2013) Mahmoud Ahmadinejad, el exalcalde de Teherán y actual presidente del Parlamento Mohammad Qalibaf, que fue el más firme oponente de Hasán Rohaní en las elecciones de 2013, y el jefe del Poder Judicial Ebrahim Raisi, que se presentó a las elecciones presidenciales de 2017 pero perdió frente a Hasán Rohaní.

El reciente agravamiento de las relaciones fue consecuencia de la violación del acuerdo de control internacional sobre el programa nuclear iraní, que llevó a un aumento del enriquecimiento de uranio basado en decisiones del Parlamento iraní, controlado por los conservadores.

Un nuevo camino de Estados Unidos hacia Irán

La región del Golfo e Irán han sido fuente de tensiones y guerras durante los últimos 40 años, pero parece que con el presidente Biden estamos entrando en una fase de anticipación de una nueva política estadounidense. Biden y su equipo parecen estar más a favor de una tregua y una reducción de las tensiones que la anterior administración Trump.

La nueva senda que seguirá Estados Unidos hacia Irán requiere un diálogo abierto, sobre todo después de años de tensiones que han durado desde la fundación de la República Islámica de Irán en 1979. Algunas opiniones que sugieren que el alto el fuego reforzará la expansión y el extremismo iraní son incorrectas. El Irán de hoy no es lo que era en 1980. Ya no es un Irán revolucionario, sino que ahora es un país pragmático, que busca regular su papel global como potencia regional y sucesor de la antigua civilización persa.

Han fracasado los intentos de derrocar el sistema político iraní desde dentro. Estados Unidos debe encontrar un modelo de cooperación con el actual régimen iraní. El diálogo puede abrir muchas puertas, como lo hizo la visita de siete días del presidente estadounidense Richard Nixon el 21 de febrero de 1972, que abrió la puerta a los cambios en China a pesar de su ideología comunista. China ha apoyado todos los movimientos antiamericanos y comunistas en el mundo, incluida la guerra de Vietnam contra Estados Unidos. La apertura estadounidense a China ha cambiado muchas tendencias en este país, e incluso ha propiciado la aparición de la escuela de la reforma económica capitalista a finales de la década de 1970, sin cambiar la esencia del sistema comunista.

La nueva política estadounidense está menos lastrada en la protección de las fuentes de petróleo del Golfo y va orientada hacia China. Por lo tanto, Estados Unidos no aceptará que ciertos Estados del Golfo, especialmente Arabia Saudí, tengan derecho a poner ultimátums y restricciones a la vuelta de Estados Unidos al acuerdo nuclear y al diálogo con Irán, sino que pedirá a sus aliados árabes que se comprometan con Irán en relación con las preocupaciones comunes de seguridad del Golfo.

Algunos países de la región tuvieron tiempo para resolver sus problemas con Irán, pero se centraron más en la opción del bloqueo y el uso de la fuerza, animando a la administración Trump a atacar a Irán. Sin embargo, esto no ocurrió durante la presidencia de Donald Trump, que aprovechó las tensiones para aumentar los acuerdos de venta de armas, y tampoco ocurrirá durante la administración de Biden. Cabe señalar que los tres países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Kuwait, Qatar y Omán, lideran una política racional hacia Irán.

Hoy, la economía iraní ya no está al borde del colapso. Ahora se encuentra en un profundo abismo, lo que ha tenido un efecto dramático en la situación política interna del país, que ha sido escenario de grandes manifestaciones en muchas ciudades iraníes en los últimos dos años.

La tasa oficial de desempleo en Irán es del 9,4%, lo que supone 2,4 millones de personas económicamente activas. Sin embargo, se estima que la tasa de desempleo real es al menos el doble, especialmente entre los jóvenes. El PIB anual se redujo en 2019/2020 en aproximadamente un 7%. Se espera una caída adicional del 5% en la economía iraní en 2021 si no se levantan las sanciones. La inflación anual también se disparó a más del 46% en noviembre de 2020.

Regreso al acuerdo nuclear: la salida de Irán de la crisis

Los dirigentes iraníes son muy conscientes de que la única forma de salir de la crisis es volver al acuerdo nuclear, al que seguirá el progreso económico.

Los mensajes procedentes de Estados Unidos e Irán pueden interpretarse como una voluntad mutua de iniciar negociaciones para volver al acuerdo nuclear. El nombramiento de Wendy R. Sherman como vicesecretaria de Estado de EEUU y de Robert Malley como enviado especial de EEUU para Irán, dos figuras clave que participaron activamente en las negociaciones con Irán durante el mandato del expresidente Obama en 2009-2017, creó un ambiente de optimismo.

El liderazgo iraní ha de mostrar una gran dosis de paciencia con respecto al levantamiento de las sanciones, ya que, siendo realistas, esto no ocurrirá de la noche a la mañana.

Hay tres tipos de sanciones impuestas a Irán, y no todas están relacionadas con el acuerdo nuclear. Por ejemplo, las sanciones impuestas al Banco Central y a la Guardia Revolucionaria están relacionadas con el blanqueo de dinero y la ayuda al terrorismo, y algunas sanciones se imponen debido a las violaciones de los derechos humanos. Incluso si se levantan las sanciones impuestas por el expresidente estadounidense Trump, todavía existirán otras sanciones que las dos partes deben discutir por separado, además de la cuestión nuclear, con el fin de ser eliminadas.

Las elecciones presidenciales se celebrarán en junio de 2021 ¿Permitirá el líder supremo islámico de Irán, Ali Jamenei, que el proceso de negociación llegue a buen puerto durante el mandato del actual presidente reformista, Hasán Rohaní, aumentando así el poder de los reformistas, o esperará hasta que se elija un nuevo presidente, que probablemente proceda del bando conservador?
                                                                      
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