Posible despliegue de estructura militar rusa en Cuba, según el analista de inteligencia Juan Antonio Blanco
Ante la proliferación del conflicto bélico internacional, la presencia del ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguei Lavrov en la Habana, hace pensar al “Think Tank” Cuba Siglo XXI que es altamente probable que se lleve a cabo un posible despliegue de estructura militar rusa en la isla. O lo que es lo mismo, que un equipo bélico se está adecuando en posiciones estratégicas de la zona, gracias a la permisividad de Estados comunista-burocráticos, convertidos ahora en nuevos modelos de “capitalismo monopolista de Estado”, controlado por las élites del poder militar.
Así lo explica a Atalayar el exdiplomático cubano en Naciones Unidas, antiguo alto miembro del Departamento de América del Comité Central (influyente aparato encargado de las relaciones de Cuba con el continente), actual analista de inteligencia en Miami y director del Observatorio Cubano de Conflictos, Juan Antonio Blanco.
¿Podría explicar qué es Cuba Siglo XXI y las razones de la presencia de una delegación cubanoamericana en Madrid?
Cuba Siglo XXI es una asociación española, registrada en el 2011, que hemos activado y relanzado con fuerza en estos momentos, a modo de un “Think Tank” de inteligencia geoestratégica, un laboratorio de ideas. Somos analistas de inteligencia que, una vez recabada la información, damos margen de la probabilidad de futuros escenarios que puedan ocurrir. Funciona también en Estados Unidos y tratamos de contribuir, con el análisis de una información verídica y actualizada, en todos los actores que inciden en la realidad cubana (sociedad civil, oposición, activistas de derechos humanos, empresarios extranjeros, gobiernos internacionales, redes sociales). Tenemos previsto crear el Observatorio Geopolítico de América Latina, a través de una red de investigadores de prospectiva para hacer una visión integral de los nuevos fenómenos conflictivos.
¿Está habiendo, recientemente, áreas de cooperación entre Washington y La Habana en materia migratoria? Hábleme del compromiso del Gobierno norteamericano para entablar diálogos constructivos con Cuba.
Hay un objetivo de parte del presidente Joe Biden de entablar un diálogo fructífero junto a una salida constructiva con Cuba. La participación estadounidense en estas conversaciones pone de manifiesto evitar coyunturas como la que voy a explicar: en los dos últimos años, mas de 450.000 personas han arribado a los EE. UU. de manera irregular. Entre 10.000 y 15.000 dólares ha costado a cada emigrante formar parte de esta red ilegal de tráfico humano. Hay que enfrentarse a esta aventura (actividad criminal transnacional) a través de Nicaragua, sin obviar la operatividad de los coyotes de los cárteles mexicanos que han entrado en acción, y el reparto de ganancias con las autoridades cubanas. No voy a obviar la legitimidad de las peticiones de permisos de permanencia temporal, el llamado “Parole migratorio”, mientras exista un patrocinador que gestione el trámite de la visa.
El actual éxodo de los cubanos a Estados Unidos es un hecho. ¿Podríamos decir que Cuba es un Estado fallido antes los cambios que se están produciendo en el sistema?
Nos enfrentamos a un novedoso modelo de crisis sistémica. Un cambio abrupto del sistema. En Cuba se ha operado una transición de la que nadie es consciente: hemos pasado de un Estado comunista a la gobernanza de un Estado mafioso, propenso a expandirse en toda América Latina, y que ejerce el control de países, bajo el paraguas del narcotráfico. Me refiero a la entrada en escena de organizaciones meritocráticas y autocráticas delincuenciales que operan impunemente. Europa no es consciente del cambio político y económico de Cuba en estos momentos. Las autoridades están dando la espalda a las necesidades de la población y no hay más que observar los indicadores de la ONU que nos permiten hacer estimaciones y que aluden a cifras, tales como un 4% de la población cubana que ha emigrado; un 70% que vive bajo el umbral de la pobreza; la inflación marca que un dólar equivale a 200 pesos; un total de 15 dólares (3.250 pesos) es el sueldo medio de un cubano y una libra de azúcar equivale a 200 pesos, por poner ejemplos. La imparable construcción hotelera que sobrefactura nos hace pensar en un presunto lavado de capital. Cabe preguntarse por qué el Banco Financiero Internacional de Cuba (BFIC), propiedad de GAESA (emporio central del poder militar), no se somete jamás a auditorías, su gestión está fuera de toda fiscalización. No hay inversiones en Cuba, ni de rusos ni de chinos, porque ningún acuerdo se materializa en nada.
Ante esta coyuntura de economía paupérrima, ¿el “Think Tank” prevé que pudiera haber nuevos levantamientos populares en la isla?
Bajo estas condiciones definidas, es altamente probable y a escala superior que un 11 de julio se reproduzca en cualquier momento porque la matriz energética del país está colapsada. Este escenario se contempla (protestas populares) porque los “cisnes negros” son inesperados. El régimen conoce, ahora más que nunca, el potencial de rebelión de la población, pero no hay lugar para tantos en los calabozos. Unos 10.000 millones de dólares costaría levantar este amasijo de chatarra (refiriéndose a la industria energética). La deuda externa contraída por el régimen cubano alcanza los 46.000 millones de dólares. Posiblemente, se dé un segundo embargo: el de acreedores impagados que busquen activos exteriores. Las fuentes económicas de Cuba, hoy en día, son las exportaciones de los servicios médicos (han acusado un descenso del 70%) y las remesas, que el CIMEX controla. GAESA es la dueña del país junto con el BFIC. La industria azucarera es el espejo del gran fracaso del régimen. Dígame si es probable o no, que el cubano se despierte un día y diga: “Se acabó”.
Hablemos del eje Pekín-Moscú-Teherán. ¿Considera que es posible la existencia de ejercicios militares comunes en la región o un despliegue de fuerzas rusas, en un intento por activar las bases de Cuba, Venezuela y Nicaragua?
Hay que hacer una cronología de los hechos acaecidos en los últimos tres meses. Trabajamos con militares cubanos y nuestro asesor, el general cubano exiliado en los Estados Unidos Rafael del Pino alude a un análisis sobre la permanencia de dos buques de guerra iraníes atracados en la costa brasileña, y los viajes de autoridades iraníes primero y luego rusas a la Habana, Nicaragua y Venezuela como prueba de sacar músculo ante EE. UU., pese a las advertencias de éste. También pudiera tratarse de alianzas estratégicas soterradas en una coyuntura de guerra en la que estamos inmersos. Quede claro que Teherán no pone dinero en Cuba. Hay 7.000 kilómetros de cable submarino de las conexiones de internet entre Europa y el Hemisferio Occidental. Nuestro análisis versa en que un equipo bélico está tomando posiciones estratégicas. Una prueba para ver, si barcos de guerra de países hostiles como Rusia pudieran hacer la travesía completa hasta llegar a América Latina.
¿Qué previsiones barajan sobre cuántos actores internacionales, de primer orden permanecerán en el nuevo tablero del juego del orden mundial, con la fatalidad de una propagación del conflicto?
La invasión de Ucrania ha de analizarse en un contexto mundial porque el conflicto, como tal, empieza a tomar asiento en Latinoamérica y Europa. El acto violento emerge en la sublevación popular para desestabilizar el sistema y bloquear al país en cuestión. La nueva estrategia política es hacer de rehén a la ciudadanía para forzar a los gobiernos a la toma de decisiones. El Socialismo del siglo XXI emplea el descontento y su derecho a la manifestación para organizar protestas violentas. Se basan en tres factores de participación: control de las Fuerzas Armadas; control del Poder Judicial y Parlamento, así como el control de los grupos de oposición al régimen. Los actores antisistema operan en las calles y en este reclamo popular no hay que obviar que se insertan elementos del propio Gobierno.
Carmen Chamorro García, directiva del CIP y ACPE, diplomada en Relaciones Internacionales por la SEI