El encuentro bilateral, celebrado en Moscú, ha durado tres horas y se ha celebrado en la capital rusa. Los equipos negociadores continúan negociando para lograr un alto el fuego

Putin recibe a Erdogan para buscar una solución a la guerra en Idlib

AP/PAVEL GOLOVKIN - El presidente ruso Vladimir Putin, a la derecha, y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se dan la mano antes de sus conversaciones en el Kremlin de Moscú, Rusia, el jueves 5 de marzo de 2020

La paz en el noroeste de Siria puede estar un paso más cerca. Al menos, en lo que se refiere a la escalada de tensión en la que se han enzarzado recientemente Ankara y Damasco. Este jueves, el presidente ruso Vladimir Putin, principal aliado internacional del dictador sirio Bachar al-Asad, ha recibido en Moscú a Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.

El encuentro entre los dos jefes de Estado se ha prolongado durante tres horas, según ha comunicado el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov. Posteriormente, ambos han proseguido las conversaciones acompañados por sus respectivos equipos de negociación. 

Cita esperada

La cita había sido muy esperada en la esfera geopolítica mundial. Ha tenido lugar apenas una semana después de que un bombardeo sirio matase a más de treinta soldados turcos en un puesto de control cercano a la ciudad de Idlib. En respuesta, Ankara decidió poner en marcha la llamada operación ‘Escudo de Primavera’, que tiene como objetivo detener la inexorable ofensiva Al-Asad y rearmar a sus grupos armados afines.

Instituciones internacionales como la Unión Europea y Naciones Unidas habían realizado múltiples llamamientos al cese de las hostilidades entre los bandos. Sin embargo, cayeron en saco roto. La OTAN tampoco ha actuado de forma demasiado decidida.

Es cierto, no obstante, que la Casa Blanca sí se había posicionado junto a su aliado de la Alianza Atlántica en las últimas horas. “Turquía tiene todo el derecho a defenderse contra el riesgo que han creado Al-Asad, los rusos y los iraníes en Siria”, ha declarado el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo.

La situación ha estado, en todo caso, marcada por una gran incertidumbre. Se interpretaba que un encuentro cara a cara entre Putin y Erdogan era la única manera viable de desbloquear una situación que amenazaba con convertirse en una guerra abierta entre Ankara y Moscú. Idealmente, el objetivo de esta cumbre residía en la consecución de un compromiso de cumplir lo estipulado en los consensos internacionales que desembocase en un alto el fuego permanente.

¿De qué han hablado ambos mandatarios?

Por el momento, no se conoce demasiado acerca del contenido de las conversaciones entre los dos equipos de negociación. En el discurso previo a su reunión privada, ambos dirigentes han lanzado mensajes conciliadores. Según la agencia rusa TASS, Putin ha agradecido a su homólogo turco que se desplazase hasta Moscú para acudir al encuentro. “Siempre tenemos algo de lo que hablar, pero, ahora, la situación en la zona de Idlib ha escalado tanto que requiere que conversemos cara a cara”, ha sentenciado el presidente ruso.

“Definitivamente, debemos discutir todo, la situación que tenemos hoy en su totalidad, de modo que cosas similares nunca vuelvan a ocurrir y no se destruyan las relaciones entre Rusia y Turquía, que nosotros -y sé que ustedes también- tratamos con cuidado y tenemos en alta estima”, ha apostillado. Putin, además, ha querido trasladar personalmente su pésame a Erdogan por la muerte de los soldados de su Ejército en suelo sirio. No obstante, ha justificado a las tropas de Al-Asad aduciendo que el bombardeo estaba dirigido a grupos terroristas y que no se tenía constancia de la presencia de militares turcos en la zona. El mandatario turco, por su parte, ha manifestado que las decisiones que se tomasen en la reunión relajarían las tensiones tanto en la región como en un Turquía. 

Ahora bien: ¿cuáles son esas decisiones? Todavía no se ha hecho público el contenido de las conversaciones; ni del encuentro privado entre Putin y Erdogan ni del diálogo más amplio establecido por sus respectivas delegaciones, que aún no ha finalizado.

Esta todavía no ha concluido. Están tomando parte en ella los ministros de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov y Mevlut Çavusoglu, así como los titulares de Defensa Sergei Shoigu y Hulusi Akar. La agencia turca Anadolu afirma que todos ellos están asesorados, asimismo, por una nutrida representación de sus respectivos servicios de inteligencia.

Alto el fuego y crisis humanitaria

¿Qué pueden aspirar a conseguir los dos países? En teoría, lo más perentorio en la región de Idlib es un alto el fuego que permita desarrollar líneas de actuación en materia militar y también humanitaria.

En el plano bélico, Idlib es la última región que resiste todavía el avance de las tropas de Al-Asad desde el sur. Los combates en las zonas teóricamente desmilitarizadas -establecidas por los acuerdos de Sochi- se han recrudecido notablemente en las últimas semanas. La ofensiva del régimen se ha visto contestada no solo por milicias proturcas, sino también por el propio Ejército de Erdogan, en plena política expansionista. 

En la vertiente humanitaria, la situación que atraviesa Idlib es, probablemente, la peor en los cerca de nueve años que dura la guerra en Siria. Según las cifras proporcionadas por Naciones Unidas, cerca de un millón de personas han dejado atrás sus hogares en la provincia con destino al norte, hacia territorio turco. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) eleva la cifra de desplazados a 1.150.000 en el último mes y medio. 

Este país, que alberga a más de tres millones y medio de refugiados, ha abierto recientemente sus puertas temporalmente para permitir el paso de migrantes hacia suelo comunitario, fundamentalmente hacia Grecia. La situación en la frontera greco-turca se ha vuelto dramática. Allí, se agolpan 25.000 personas esperando a entrar en la Unión Europea.