¿Qué impide a Argel romper relaciones con Dubái?
Hubo que esperar hasta la última reunión del Consejo Superior de Seguridad, el 10 de enero, para ver una tímida reacción oficial de este órgano, que reúne al jefe del Estado, al primer ministro, a los ministros de Interior y Asuntos Exteriores, además del jefe del Estado Mayor del Ejército y los jefes de los servicios de seguridad (policía, gendarmería, seguridad interior, seguridad exterior y seguridad del Ejército). Y.... Este órgano se preocupó de no mencionar por su nombre a los Estados Árabes Unidos. Se limitó a “expresar su pesar por los actos hostiles cometidos contra Argelia por un país árabe hermano”.
Estos “actos hostiles” han sido detallados en numerosas ocasiones en la prensa argelina. En su edición del 27 de julio, el diario en lengua árabe El-Khabar enumeraba los siguientes: “Marruecos se abastece de un sistema de espionaje contra Argelia. Presiones emiratíes sobre Mauritania para que normalizara sus relaciones con Israel. Se animó a Túnez a romper relaciones con Argelia a cambio de una importante ayuda financiera de los Emiratos. Un intento de inundar Argelia con 2 millones de unidades de drogas psicotrópicas procedentes de Libia”.
Las relaciones entre Argelia y los Emiratos
Era demasiado permanecer impasible y no tomar ninguna medida para “llamar al orden” a este país hermano. Durante su visita a Rusia, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, asistió el 16 de junio al foro de San Petersburgo, cuando el emir Mohamed bin Zayed Al Nahyane, presidente de los EAU, se negó a acompañarle en el estrado. Al igual que había rechazado la mediación del presidente Putin que, a petición de Tebboune, quería organizar una reunión a tres bandas. El emir Bin Zayed también rechazó una mediación kuwaití solicitada por Argelia.
A pesar de todas estas intimidaciones y humillaciones, Argel sigue haciendo la vista gorda ante Dubái. Todo sigue igual. Tebboune llegó incluso a despedir a su ministro de Comunicación en plena noche, en cuanto apareció el primer artículo de prensa en la página web del diario En-Nahar, el 20 de junio de 2023. Igual que no reaccionó en absoluto ante el reconocimiento de la nacionalidad marroquí del Sáhara Occidental y la apertura de un consulado emiratí en Dajla. Por mucho menos que eso, y sólo por expresar su apoyo al plan de autonomía para el Sáhara Occidental propuesto por el rey Mohamed VI, Argel reaccionó violentamente. Retiró a su embajador en Madrid, congeló el acuerdo de amistad y cooperación y congeló el comercio.
Lo mismo ocurre con las relaciones con Marruecos, que están en su punto más bajo. En ningún lugar del mundo dos países vecinos unidos por la sangre, la cultura, la historia y la lucha por la liberación experimentan un deterioro tan grave que las propias autoridades argelinas son incapaces de explicar. Se han cerrado las fronteras terrestres y aéreas, se ha separado a miles de familias de ambos países y se ha congelado todo el comercio. Argelia, país con relaciones históricas con Rusia y considerado un aliado de Moscú, llegó a boicotear la reunión de cooperación árabe-rusa celebrada el 20 de diciembre por el simple hecho de tener lugar en Marrakech.
Cuando recibió al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en Argel el 30 de marzo de 2022, Abdelmadjid Tebboune no encontró otra coartada para justificar su hostilidad hacia Marruecos y la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales que invocar “la agresión de 1963”. Una coartada que muchos observadores consideran “francamente ridícula”.
Entonces, ¿qué explica la pasividad de Argel ante un estado al que acusa de “proporcionar a Marruecos un sistema de espionaje contra Argelia”? La presión emiratí sobre Mauritania para que normalice sus relaciones con Israel. Incitación a Túnez a romper relaciones con Argelia a cambio de una importante ayuda financiera emiratí. ¿Intento de inundar Argelia con 2 millones de unidades de drogas psicotrópicas procedentes de Libia? No hace falta ser un genio para darse cuenta de que los emiratíes tienen a los dirigentes argelinos en su punto más débil. El dinero acumulado en los bancos de Dubái, que asciende a miles de millones de dólares desviados del Tesoro argelino. Tebboune y su entorno saben muy bien que al menor movimiento de los emiratíes no dudarán en congelar sus bienes y denunciarlos públicamente. Los Emiratos Árabes Unidos van por buen camino. Generales, ministros, empresarios, jefes de prensa y a su cabeza
Tebboune y sus hijos han hecho hasta ahora de Dubái su paraíso fiscal y, sobre todo, el lugar más seguro para proteger su botín. Por eso ahora están dispuestos a sufrir cualquier humillación sin inmutarse.