Sàfia, mujer saharaui con residencia en España, bloqueada en Argelia desde hace 19 meses

Campo de refugiados de Boudjdour en Tinduf, sur de Argelia - REUTERS/ ZOHRA BENSEMRA
La joven, acogida desde la infancia por una familia en Sevilla, está retenida en Argelia tras quedarse sin documentos y sin autorización del Frente Polisario
  1. Del refugio en España al encierro en Argelia
  2. Intervenciones diplomáticas sin resultado
  3. Sin soluciones a la vista

Sàfia es una mujer saharaui de 28 años residente en España desde la infancia que permanece retenida en Argelia desde febrero de 2024. Su situación ha generado preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos, aunque por el momento no se ha producido una resolución. 

Del refugio en España al encierro en Argelia

Nacida en 1997 en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia, Sàfia llegó a España con ocho años como parte de un programa de acogida. Fue criada por una familia en Dos Hermanas (Sevilla), donde estudió, trabajó y logro obtener la residencia legal en España, aunque no la nacionalidad española, pero si un estatus de apátrida reconocido por el Estado español. 

Todo era normal en su vida hasta que, en febrero de 2024, Sàfia viajó a Argelia por motivos familiares. Una vez en el país norteafricano, testimonios recogidos por medios como Tribuna Digital7, durante su estancia, su madre retiró su documentación y le impidió regresar. Desde entonces, permanece en Argel, sin posibilidad de abandonar el país por vías oficiales. 

De acuerdo con fuentes cercanas al caso, el retorno de Sàfia ha sido bloqueado debido a la negativa del Frente Polisario, que tiene influencia en los campamentos de Tinduf, a emitir una “orden de misión”, un documento requerido por las autoridades argelinas para permitir el embarque en vuelos internacionales. 

Brahim Ghali, líder del Frente Polisario - AP/FATEH GUIDOUM

Intervenciones diplomáticas sin resultado

En la búsqueda de una posible solución, el Consulado General de España en Argelia ha emitido dos salvoconductos, el primero en mayo de 2024 y el segundo en febrero de 2025. Sin embargo, ambos no han sido suficientes para permitir la salida de Sàfia, puesto que, según la legislación local establecida por el Polisario, la autorización de dicha organización resulta necesaria para los desplazamientos de personas procedentes de los campamentos de Tinduf. 

En apoyo al Consulado, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha confirmado que está al tanto del caso. No obstante, no se ha emitido un comunicado público, ni se ha informado oficialmente de avances en la repatriación. 

Desde el ámbito parlamentario, la diputada Tesh Sidi, del partido político Sumar, planteó el caso en una sesión del Congreso, solicitando medidas urgentes para garantizar el retorno de Sàfia a España y señalando posibles vulneraciones de derechos fundamentales, aunque, de momento, no ha habido respuestas por parte del Gobierno central. 

Por otro lado, el caso ha llamado la atención de colectivos ciudadanos y de la familia de acogida de Sàfia en España, quienes han realizado diversas peticiones formales al Ejecutivo, a través de cartas formales, las cuales no han obtenido respuesta alguna por parte de las instituciones. 

Sin soluciones a la vista

Sin embargo, la situación de Sàfia no es la única. Con anterioridad casos como los de Maloma Morales, Koria Badbad, Nadjiba Mohamed y Darya Embarek, son algunos ejemplos de mujeres saharauis que están retenidas en Argelia en contra de su voluntad. En todos ellos, su salida se prolongó durante meses o años. 

Desde el punto de vista jurídico, la normativa española establece que las personas apátridas con residencia legal en el país tienen el derecho a la protección consular en situaciones de emergencia. No obstante, el hecho de no poseer la nacionalidad española limita ciertos mecanismos de actuación, especialmente en contextos donde las autoridades locales no reconocen el valor legal de los documentos emitidos por el país de residencia. 

Por el momento, Sàfia continúa en Argel, sin pasaporte ni NIE, sin posibilidad de viajar y sin una fecha prevista para su regreso. La única vía actualmente abierta sería la emisión de una autorización por parte del Frente Polisario o una intervención diplomática que desbloquee su situación.