Se sigue denunciando la represión en Argelia tras la detención de un líder opositor por “insultar” al presidente
Fethi Ghares, líder opositor argelino, fue detenido acusado de insultar al presidente y socavar la unidad nacional. Según su esposa y grupos de derechos humanos, las autoridades argelinas arrestaron al dirigente acusado de cargos que incluyen supuestamente insultar al presidente Abdelmadjid Tebboune.
Fethi Ghares, coordinador del pequeño partido izquierdista Movimiento Democrático y Social, fue sacado de su casa en un suburbio de Argel el miércoles por la noche, según dijo su esposa Messaouda Cheballah. El acusado fue enviado así a prisión preventiva.
Según sus abogados, Ghares, de 47 años, fue arrestado por cargos que incluyen "insultar al presidente" y "publicar información que pueda socavar la unidad nacional". Aunque no se dieron más detalles al respecto.
Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH), condenó el arresto y dijo que era otra señal de "represión" en Argelia. En un comunicado en Facebook, Salhi acusó a las autoridades argelinas de encarcelar al líder de un partido político "por expresar su opinión". "La acción política no es un delito", dijo.
Ghares se unió al movimiento prodemocrático Hirak en 2019 cuando intentaba derrocar al presidente Abdelaziz Bouteflika, que llevaba gobernando durante cuatro mandatos, en protestas masivas que se desarrollaron por todo el país. El movimiento se define como un movimiento nacional, pacífico y popular con grandes reivindicaciones políticas y que denuncia la corrupción institucional.
Fue en febrero de 2019 cuando se produjeron las primeras movilizaciones de masas, de personas que tomaban la calle expresándose por primera vez desde la independencia de Argelia. Estas personas no querían un quinto mandato de Bouteflika.
Incluso después de la dimisión de Bouteflika, en abril de ese año, el movimiento siguió adelante con su demanda de una reforma del sistema político dominante de Argelia, un sistema en el que no existe alternativa política al gobernante y en el que el papel del Ejército es preponderante. Según los manifestantes, ahora con el presidente Abdelmadjid Tebboune se repite la misma historia y el nuevo presidente es igual que el anterior, por lo que siguen las protestas.
El Gobierno ha prohibido las manifestaciones de Hirak y ha intensificado los procedimientos legales contra opositores, activistas, periodistas y académicos.
Unas 300 personas se encuentran actualmente detenidas por cargos relacionados con el Hirak, según el grupo de derechos de los presos del Comité Nacional para la Liberación de los Detenidos (CNLD). El mes pasado, la LADDH dijo que siete figuras destacadas del movimiento de protesta fueron arrestadas en todo el país. Actualmente unas 300 personas están encarceladas por cargos relacionados con el Hirak, según el CNLD.
El Hirak había pedido un boicot masivo de las elecciones parlamentarias del país que tuvieron lugar el mes pasado, con las autoridades luchando por contener la influencia del movimiento. El boicot fue apoyado por la mayoría de los partidos políticos, como lo habían hecho ya en el referéndum para la reforma de la Constitución en noviembre de 2020 y las elecciones presidenciales celebradas en octubre de 2019 que dieron la victoria a Tebboune.
Finalmente, en torno a un 30% de los votantes registrados participaron en las elecciones, con un índice muy bajo de asistencia a votar, tras jornadas de protestas masivas y de agitación política.
El presidente Tebboune resumió: “La participación no me interesa”. “Lo que me importa es que quienes salgan de las urnas detenten la legitimidad popular que les permitirá ejercer el poder legislativo (...) el pueblo quería elecciones y las ha habido”.
Fue la participación más baja en la historia del país norteafricano lo cual confirma el rechazo de la sociedad argelina al proceso con el que el régimen trata de recomponerse tras la salida en abril de 2019 de Abdelaziz Bouteflika.