El país acusa al órgano de Naciones Unidas de hacer propaganda para sus rivales geopolíticos

Siria denuncia la “politización” del Consejo de Derechos Humanos de la ONU

AFP/FABRICE COFFRINI - El presidente de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria, Paulo Pinheiro (C) da una conferencia de prensa para presentar el último informe sobre la situación en Siria, el 2 de marzo de 2020 en Ginebra

Protesta de Siria ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (UNHRC, por sus siglas en inglés). Husam al-Din Ala, representante permanente del país de Oriente Próximo ante este órgano, ha acusado a la institución de la que forma parte de ser un altavoz para sus rivales geopolíticos. Ha emitido sus duras declaraciones en la sede de Naciones Unidas de Ginebra, donde está emplazado el UNHCR.

“La Comisión de Investigación Internacional continúa haciendo propaganda de acusaciones infundadas que sirven solo a los intereses de las partes que tratan de desprestigiar a Siria”, ha asegurado Ala en referencia a la entidad del UNHCR encargada de dilucidar los crímenes perpetrados en el curso de la guerra del país, que dura ya nueve años.

El diplomático sirio se ha centrado en defender la narrativa oficial del régimen de Bachar al-Asad, que consiste en justificar su avance en la provincia de Idlib para luchar contra los terroristas financiados por Turquía. Además, se queja de que el UNHCR, muy a menudo, pasa por alto la ocupación de su territorio por parte de las tropas de Ankara apoyadas, según Ala, por Estados Unidos. 

Acusa a sus rivales, además, de aducir la lucha contra el terrorismo mientras, por otro lado, “lo financian gustosamente”, y critica a la Casa Blanca por su programa de sanciones sobre Damasco, que “agrava la situación de los civiles”.

El silencio hacia lo que Siria considera una violación de soberanía es calificado por el alto funcionario como “doble moral”: “Este órgano no deja de lanzar acusaciones contra Siria y sus aliados, al mismo tiempo que defiende la agresión turca y justifica sus crímenes en el territorio sirio”. 

La andanada de Ala es una prueba fehaciente de que, a pesar del alto el fuego para Idlib firmado por Rusia y Turquía la semana pasada -por cierto, sin la intervención directa del Gobierno sirio-, la tensión entre Ankara y Damasco continúa siendo muy real.

Estos últimos días, toda la provincia de Idlib, la última que continúa resistiendo la ofensiva militar de Al-Asad, ha vivido en una especie de calma tensa. 

Aunque no ha habido choques directos entre las tropas turcas y el Ejército Árabe Sirio, los grupos de milicianos armados apoyados por uno y otro bando continúan su actividad. Entretanto, el flujo de refugiados hacia la frontera con Turquía no se detiene.