“No solo el programa nuclear”: el dictador de Irán responde a la carta de Trump
- Jamenei nunca iba a aceptar negociaciones
- Ejecuciones implacables: un signo de desesperación
- Amenaza nuclear inminente
En respuesta a la carta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al líder supremo de Irán, Ali Jamenei, en la que se intentaba frenar el programa nuclear de ese país, que se está expandiendo rápidamente, Jamenei respondió en una reunión celebrada durante el Ramadán a la que asistieron funcionarios actuales y anteriores, declarando de manera beligerante:
“Algunos Gobiernos intimidadores insisten en las negociaciones. Pero su objetivo no es resolver problemas, sino imponer sus exigencias. Para ellos, las negociaciones son un medio para introducir nuevas expectativas. El problema no es solo el programa nuclear; siguen planteando nuevas exigencias que Irán, sin duda, no aceptará”, manifestó el ayatolá.
Jamenei dio más detalles sobre estas “nuevas exigencias”, citando las “capacidades defensivas” de su país —es decir, su programa de misiles— y las “capacidades internacionales” de Irán —es decir, sus diversas fuerzas sustitutivas en toda la región.
“Nos dicen 'No hagáis esto, no os reunáis con esa persona, no vayáis a ese lugar, no produzcáis ese artículo y no permitáis que el alcance de vuestros misiles supere cierto límite'. Las negociaciones tratan sobre estos asuntos”, indicó.
Jamenei nunca iba a aceptar negociaciones
Desde el principio, era evidente que Ali Jamenei rechazaría cualquier negociación. Su régimen se ha enfrentado a la resistencia persistente del pueblo iraní durante 45 años. Solo en 1988, 30.000 presos políticos fueron ejecutados, pero estas brutales represiones no lograron sofocar la oposición. Hasta la fecha, más de 100.000 disidentes políticos han sido asesinados por este régimen.
El régimen iraní ha seguido políticas agresivas de manera constante y ha utilizado el terrorismo como herramienta para enmascarar su represión interna. Cada vez que fingía interés en las negociaciones, se trataba simplemente de una estratagema para ganar tiempo, asegurando la supervivencia tanto de su programa nuclear como de sus fuerzas regionales.
Ejecuciones implacables: un signo de desesperación
El régimen iraní ha recurrido a ejecuciones masivas para reprimir el creciente malestar público. Solo en 2024, más de 1.000 personas fueron ejecutadas, y en los dos primeros meses del nuevo año se registraron más de 100 ejecuciones adicionales. Esta brutal represión pone de manifiesto tanto la profunda inseguridad del régimen como el explosivo estado de la sociedad iraní.
Al mismo tiempo, el régimen ha acelerado su programa de armas nucleares, utilizándolo como palanca para amenazar y chantajear a la comunidad internacional. Mientras tanto, la Resistencia iraní ha descubierto los emplazamientos nucleares secretos del régimen y ha puesto al descubierto sus planes encubiertos.
Amenaza nuclear inminente
El alarmante ritmo de ejecuciones es una clara señal de una sociedad al borde del levantamiento.
Para intimidar aún más al mundo, el régimen ha intensificado su programa de armas nucleares. La Resistencia iraní ha revelado detalles clasificados sobre estas actividades, revelando el alcance de las ambiciones del régimen.
El llamado “Plan de Acción Integral Conjunto”, el acuerdo nuclear de 2015 con las llamadas “naciones P5+1” (China, Francia, Alemania, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos) solo permitió al régimen acercarse a la adquisición de una bomba nuclear.
Como declaró el sábado la líder de la Resistencia iraní, Maryam Rajavi, en su discurso ante la gran manifestación de la comunidad iraní en Washington D. C., “el primer paso urgente para evitar que este régimen belicista y exportador de terrorismo adquiera una bomba nuclear es desmantelar por completo su programa nuclear”.
De no hacerlo, se plantearía una inmensa amenaza para la estabilidad regional y mundial.
Hamid Enayat es un experto en Irán y un autor y escritor afincado en París, donde ha escrito con frecuencia sobre temas iraníes y regionales durante los últimos 30 años.
Artículo publicado en el diario WorldNetDaily