Sudán introduce una nueva moneda para hacer frente a la crisis económica generada por la guerra

Vendedores de verduras venden productos frescos en un mercado de la capital sudanesa, Jartum - PHOTO/ ARCHIVO
En noviembre, el Banco Central de Sudán anunció la emisión de un nuevo billete de 1.000 libras sudanesas

Esta semana, Sudán comenzó a poner en circulación su nueva moneda, recién emitida tras la recomendación de los expertos con el objetivo de frenar la economía sumergida y combatir la falsificación, consecuencia de la guerra que perdura desde principios del año pasado.

A principios de noviembre, el Banco Central de Sudán anunció que introduciría un nuevo billete de 1.000 libras sudanesas, medida que rechazaron las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), calificándola como un paso hacia la división del país.

Analistas consultados por Al-Arab coinciden en que la decisión de reemplazar los billetes antiguos es un paso necesario para estabilizar la economía, ya que las políticas financieras y monetarias requieren un entorno político adecuado. Sin embargo, algunos cuestionan su efectividad, argumentando que podría agravar la inflación debido a que muchas sucursales bancarias han interrumpido sus operaciones.

El proceso ha sido posible gracias a un consenso entre el Ministerio de Finanzas y el Banco Central, que han acordado evitar conflictos que podrían reducir la eficacia de las políticas y, en el peor de los casos, generar decisiones con graves consecuencias para la economía y la población sudanesa.

La nueva divisa se empezó a introducir en los siete estados considerados seguros de los 18 que conforman el país, excluyendo las zonas bajo control de las RSF, que rechazan este procedimiento debido a la actual situación política y de seguridad.

La guerra, que comenzó en abril de 2023, ha sido un golpe devastador para la economía sudanesa, ya gravemente afectada por años de conflictos. El cierre constante de bancos, la paralización del comercio internacional y el colapso de la libra han agravado aún más la crisis económica del país africano.

Un niño lleva una bolsa de pan en Jartum, Sudán - REUTERS/ MOHAMED NURELDIN

Se estima que alrededor del 90% de la masa monetaria, equivalente a unos 900 billones de libras, circula fuera del sistema bancario. Al mismo tiempo, el tipo de cambio de la libra sudanesa se ha desplomado desde el inicio de la guerra, con el dólar alcanzando los 2.300 libras, frente a las 600 libras previas al conflicto.

La guerra ha llevado al cierre del 70% de las sucursales bancarias en las zonas de combate, según un informe del Banco Central publicado a principios de este año. En el documento, se señala además que numerosas propiedades, activos y recursos de los bancos fueron saqueados.

Esta nueva moneda busca enfrentar los principales desafíos que amenazan a la economía, siendo uno de sus objetivos más destacados la lucha contra la falsificación, que se ha intensificado debido a los intentos de milicias y grupos no oficiales de falsificar la antigua moneda.

Los autoridades también señalan que uno de los objetivos del proceso es fortalecer la economía, ya que la sustitución de la moneda ayuda a reducir la circulación de dinero fuera del sistema bancario.

Carniceros preparan carne en un mercado de la capital sudanesa, Jartum - PHOTO/ ARCHIVO

Además, se busca mejorar la confianza en el sistema bancario, incentivando a los ciudadanos a abrir cuentas y realizar transacciones a través de ellas. También se pretende enfrentar la economía sumergida para reducir las actividades ilegales que dependen del efectivo fuera de los canales oficiales del Estado.

La agencia oficial de noticias sudanesa citó al director del Banco Nacional de Omdurman en Shendi, localidad del estado del río Nilo, Ibrahim Abdullah, quien destacó la importancia del proyecto en relación con el saqueo de la moneda, que contribuyó a la destrucción de la economía. Igualmente, subrayó la relevancia de esta decisión para controlar el tipo de cambio.

Se espera que el programa de sustitución de moneda tenga un impacto significativo, contribuyendo a la recuperación de la economía devastada por la crisis, además de promover el desarrollo de métodos de pago electrónicos.

Abdullah expresó su confianza “en los métodos de pago electrónicos, ya que serán una alternativa al papel moneda en el futuro cercano, el cual está plagado de grandes riesgos, como el robo, la falsificación y la clonación”.

El país se vio afectado por una disminución de los ingresos públicos, lo que provocó importantes pérdidas que impactaron en el Producto Interno Bruto y en todas las actividades económicas.

Vendedor ambulante espera a los clientes en un mercado en Jartum - PHOTO/ ARCHIVO

Incluso antes de que estallaran los enfrentamientos entre las dos partes del conflicto, la economía ya sufría una profunda recesión debido a una crisis que se remonta a los últimos años del gobierno del expresidente Omar al-Bashir y a los disturbios que siguieron a su derrocamiento en 2019.

Según pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Sudán registrará las tasas de inflación más altas de la región árabe en 2025, alcanzando alrededor del 119%, seguido de Egipto con un 21,2%.

Por su parte, el ministro de Finanzas sudanés, Jibril Ibrahim, reveló que la economía se contrajo un 40% el año pasado debido a los conflictos armados en varias regiones del país, y se espera que la contracción continúe en torno al 28% en 2024.