Tensión creciente entre Marruecos y Argelia
Un reciente informe publicado por Oxford Analytica ha puesto de manifiesto las crecientes tensiones entre Marruecos y Argelia, dos naciones vecinas cuyos enfoques políticos divergen cada vez más. Mientras Marruecos ha optado por el camino del desarrollo y la estabilidad, Argelia parece tambalearse en una estrategia de confrontación que busca encubrir sus crisis internas.
Según el informe, Marruecos ha reiterado su disposición a cooperar y entablar un diálogo constructivo con su vecino del este, pero las políticas hostiles de Argelia y su apoyo incondicional al Frente Polisario han mantenido las relaciones en un estado de constante tensión. La estabilidad relativa entre ambos países se sostiene principalmente por la autocontención, ya que una guerra abierta tendría consecuencias impredecibles y catastróficas para ambas naciones.
El informe advierte sobre la posibilidad de una escalada militar en el Sáhara Occidental tras el colapso del alto el fuego en noviembre de 2020, señalando directamente al Polisario y a sus partidarios en Argelia como responsables de perpetuar las tensiones mediante la adopción de la violencia, en lugar de adherirse a las soluciones internacionales.
En términos militares, aunque el ejército argelino supera en número y presupuesto a su homólogo marroquí, Marruecos ha logrado una ventaja cualitativa y tecnológica gracias a la modernización de su arsenal en colaboración con Estados Unidos e Israel. El informe destaca los avances marroquíes en áreas clave como la guerra electrónica, los drones y los sistemas de defensa aérea, lo que ha reforzado su posición estratégica.
El papel de Estados Unidos también se subraya como un factor clave en el equilibrio de poder entre ambos países. El posible regreso de Donald Trump podría fortalecer aún más la posición marroquí, especialmente después del reconocimiento estadounidense de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara en 2020. Además, la designación de Marco Rubio como Secretario de Estado podría consolidar este apoyo, dado su conocido respaldo a Marruecos y su crítica a la alianza argelina con Rusia.
En un intento por equilibrar la balanza, Argelia ha tratado de acercarse a Washington mediante la firma de nuevos acuerdos de seguridad. Sin embargo, estas iniciativas chocan con las contradicciones de su política exterior, que sigue estrechamente vinculada a Moscú y mantiene su respaldo al Polisario, debilitando sus opciones como socio estratégico fiable para Occidente.
El informe concluye que Marruecos sigue fortaleciéndose en la escena internacional gracias a sus políticas pragmáticas y su estabilidad, mientras Argelia se ve cada vez más aislada por su enfoque confrontativo. Con el tiempo jugando a su favor, Marruecos se centra en el desarrollo y en una diplomacia eficaz, dejando a Argelia atrapada en una estrategia que erosiona su posición regional e internacional.